FOLLAENEMIGO

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Jaime (26 años)
Marlene (30 años)

Una vez más estábamos frente a frente, en el mismo lugar de siempre y faltaba quince minutos exactos para que sea la misma hora de siempre, ese pequeño dato me daba la noción de que la desesperación y ganas de hundirme en esta situación no era solo mia, porque le podía mentir a ella, a mis padres y hasta a mis amigos, pero nunca a mi ni a mi conciencia que hacia estragos en mi mente gritandome lo que ya me había dado cuenta.

Nos miramos, ella apenas movió la cabeza en un gesto de que la siga y eso hice.

La veía caminar adelante mío moviendo de manera sensual sus anchas caderas, su delicado vestido color lila con detalles de pequeñas flores la hacían lucir como una muñeca sexi.

Paramos frente el ascensor, como todo un caballero aprieto el botón, esperamos y una vez abiertas las puertas muevo mi mano hacia su espalda baja para que ingrese primero.

Anda de caballero a otra parte, vos queres seguir contemplando ese redondo trasero.

Una vez las puertas se cierran, me quedo atrás de ella, tan cerca que puedo ver como los bellos de su nuca se erizan al instante que paso mi nariz por ella, cierro los ojos y respiro tan hondo que no me importa que se de cuenta, me encanta su olor.

Marlene inclina la cabeza dándome más acceso, voy dejando pequeños besos en su cuello y hombro descubierto, de esta manera puedo ver el inicio de sus pechos que sobresalen del escote, es sutil pero solo eso me sirve para prenderme, su escote...de nadie más..suyo y mio.

Ella lleva sus manos hacia atrás, aferrándose a la tela delgada de mi pantalón de vestir empuñandolo tan fuerte que la parte trasera de este presiona mi trasero de una manera rara.

El cuadrado de metal se detiene, me alejo protestando, la veo respirar agitada, sale y camina como si nada por el pasillo.

Eso lo que siempre me asombra de Marlene, el que la conoce por primera tiene dos opciones, la admiras o la odias.

Marlene Bennet tiene carácter, es fuerte, decidida, ojos de fiera y dispuesta a todo a lograr sus objetivos, con tan solo 25 años acepto luego de años ser la dueña del imperio Bennet que consiste en 450 hoteles de lujos en todo el mundo.
Por lo que se sabe su padre siempre la presiono para que se siente en el sillón de directora y dueña de todo, pero los rumores decían que ella era un alma libre y su único deseo era viajar, conocer el mundo y explorar cual selva aparezca en el mapa, dicen que su sueño era ser exploradora, arqueóloga o hasta dijeron que estuvo 2 años en la Antártida junto al equipo de la universidad de Boston para estudiar a los pocos animales marinos que habitan las aguas congeladas.

Hasta que de un dia para otro, todas las caderas nacionales e internacionales dieron un alerta, cortaron su transmisión habitual y a si toda persona frente a una televisión estaba atenta escuchando la conferencia de prensa que daba Adrien Bennet, en su lado derecho estaba su fiel asistente, del otro lado se encontraba una mujer hermosa mirando al frente sin detenerse en nadie en especifico, estaba seria, achinaba los ojos y cada tanto emitía pequeños gestos frunciendo los labios logrando que su pequeña nariz se frunciera.

Llegamos a una puerta, emito una risa ironica, la misma de siempre, la abre y pasa dejándola abierta, la sigo, tanteo el interruptor de la luz prendiendola y de una patada cierro la puerta

Voy hasta el sillón que esta en la sala, me desago del saco, le sigue la corbata.

Una vez más suelto voy hasta el tan conocido pasillo.

Doblo a la derecha, paso dos puertas cerradas tomando el picaporte de una tercera, muevo mi mano e ingreso.

Una tenue luz roja ilumina, las paredes negras,no se logra ver nada pero no es necesario ponerme a inspeccionar, conozco cada parte, cada rincón de esta  habitación.

RELATOS....sexuales. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora