°•°•°Reencarne En El Villano De Una Novela°•°•

-6-

La sangre bajaba de el pecho y cabeza de Zhu Jin, haciendo un charco y quedara manchado su libro preferido.

Zhu Jin, lo único que vio después fue oscuridad. Su cuerpo ardía, nunca había sentido tanto dolor. Después de sentir qué “dejaba este mundo”.  Sintió su cuerpo entumecido. Se sintió extraño como en el abismo.

Se sintió después en una nube ya no se sentía entumecido. Lo que sentía era una brisa y una suavidad que acariciaba su cuerpo. El aroma que entró por su nariz era como la de una Peonía. Empezó a abrir los ojos al sentir la suavidad y el aroma.

Se sintió mareado, con la vista un poco nublosa, al enfocarse se dió cuenta que abrazaba a una almohada. Se levantó mareado y con un ligero dolor de cabeza. Miró alrededor, es una habitación cómoda, demasiado elegante para su gusto. Se sentía extraño.  “¿No se supone que debo estar muerto?”. Pensó al recordar.

—Seguro sueño— Se dijo a sí mismo, con preocupación, para echarse el flequillo hacia atrás. Se quiso pellizcar, al darse cuenta de su atuendo, se extrañó. Se subió la manga y se pellizco.

—Ay no, no es cierto.— Dijo alarmado. Vió el espejo que estaba en la esquina de la habitación y se acercó. Caminó casi corriendo. Su cuerpo se sentía débil, temblando a tal punto de caerse. —

Cuando se miró en el mismo. Abrió la boca y ojos sorprendido, se quedó estático.

Después de salir de el shock, se tocó el rostro con su mano derecha lentamente. La nariz, los labios, las mejillas. Se miró su cuerpo, el traje que llevaba puesto le quedaba un poco grande. Trató de no entrar en pánico y gritar. Se quitó el traje.

Se fue quitando la camisa para ver su abdomen. Su cuerpo no era el mismo. Media cómo de 1.60 y se veía más flaco. Lo único que cambiaba era eso y sus facciones. No cambiaron, excepto por los ojos.

— ¿Asustado?— Dijo un chico que se le apareció por detrás a Zhu Jin. Interrumpiendo su momento, momento que logro hacer que entrara más en pánico y gritara. Cayendo sentado en el piso, mostrando sus piernas.—

—¡Quién carajos eres!— Dijo alterado.—

— Ok, Cálmate, Cálmate, ¿Si? — El chico parecía un azulejo.— No. — Dijo serio con voz firme.— El chico suspiró con pesadez. Mientras se tocaba el puente de la nariz con los dos dedos en señal de frustración. Bajó su mano y lo miró.

— Ok, Escúchame, niño— Dijo con fastidio, diciendo lo último, casi con burla.— Escúchame — Repitió firme, casi enojado.— Primero, vas a hacer todo lo que te diga. Si es que quieres regresar. — Dijo mientras sacaba un dedo en señal de enumerar. — Segundo, Reencarnaste. — Dijo Con fastidio. Mientras sacaba el segundo dedo, para después bajar la mano.— Tercero...— Dijo con una sonrisa pícara. — Reencarnaste en el villano. — Dijo con burla sin poder evitar reír.
 
— ¿Ah? — Eso fue lo que salió de su boca. Pues. El pobre no encontraba qué decir. Estaba anonadado, con la mirada y labios temblorosa.— Al final de el silencio que invadió la habitación, dijo: “ Mentira”.

Prácticamente se negaba a aceptar.

— A Ver...— Dijo con fastidio. —  Por qué si no te has dado cuenta, ese cuerpo, está habitación. Nada es tuyo. — Dijo incrédulo. — Y-Yo, pero...— Se le puso la voz temblorosa.— Escucha. — Dijo desapareciendo y apareciendo a su lado izquierdo. Zhu Jin abrió más los ojos mientras lo miraba, se quedó mudo. — Esto lo comprueba más que todo — Dijo acercándose a centímetros de su rostro, con un tono pícaro. Se inclinó para estar a centímetros de su rostro.— Imagina que soy cómo un ángel de la guarda, seré tu guía.— Dijo levantando la cabeza de Zhu Jin hacia él, con su dedo índice. Justo qué lo mirase . — Yo soy el qué  te ayudará en las misiones. También las asignaré. —Dijo alejando su mano.— Tu debes hacer lo que te diga si quieres volver a tu mundo. — Lo miró con frialdad. Para alejarse de aquel rostro el cual estaba lleno de miedo.— Entonces, promete que voy a regresar. — Habló pausadamente.— No te prometo nada, depende de que colabores.— Dijo colocando sus manos en su cintura. Aún seguía serio y con la mirada  fría. Zhu Jin se sintió intimidado, así, que bajó la cabeza.—

Hubo un momento de silencio hasta qué se rompió el silencio.

— Acepto— Dijo mirándolo con seguridad.—