El alfa lo miró unos segundos y asintió, miró su reloj, se dirigió a la puerta.

Pero no para irse como Oker había pensado, tomó algo de un mueble que había en el recibidor y volvió hasta él.

—Tienes un juego de llaves para poder volver a entrar cuando vayas y vuelvas de la escuela.

Oker no había pensado en ello, era siempre el alfa el que le abría y él no había tenido que abandonar la vivienda solo nunca.

Estaba por aceptar su oferta y que los acompañara.

Pero tomó las llaves, y sus dedos se tocaron.

El cuerpo le tembló, casi podría decir que el del alfa también, y las sintió, las feromonas del alfa sobre él.

Oker cerró los ojos, era una sensación tan cálida y protectora.

Cuando un alfa desplegaba ese tipo sobre un omega, le brindaba una satisfacción única. Oker no pudo evitar acercarse un poco más, y sintió la mano del alfa en su cadera.

Era como un baño de agua caliente envuelta en olores relajantes. Oker se pegó a su pecho, de modo inconsciente, deseando esa cálida protección.

Notó el cuello del alfa cerca de su rostro, invitándolo a frotarse contra él. Ese toque directo empaparía a Oker de feromonas, lo cubriría durante un buen rato. Y Oker aceptó, no recordaba haberse sentido tan bien en muchísimo tiempo.


Al menos, hasta que el alfa se separó.

—Con esto debería servir.

Oker parpadeó rápidamente varias veces, saliendo del sueño de feromonas.

—Vuelve rápido —le aconsejó el alfa, y Oker asintió.

Su hijo sonreía cuando el alfa se fue, Oker seguía con las llaves en la mano.

Sabía que lo que había hecho era solo para protegerle, aunque no tuviera una responsabilidad sobre ninguno de ellos dos.

Empapándolo de sí mismo, aunque solo fuera de un modo temporal, repelería a otros alfas.

Aquello se hacía cuando un alfa y omega se comprometían, pero aún no se habían enlazado. Oker hacía mucho tiempo tuvo el olor de otro alfa, su prometido, pero nunca fue tan íntimo, nunca se sintió tan bien.

Oker sabía que el alfa no lo había hecho por ese motivo, no se estaba comprometiendo con él. Oker no le gustaba, lo había dejado muy claro desde el primer momento.

Aquello era otra cosa, una con la que no debía hacerse ilusiones.

Estaba agradecido con él, nada más.

Aún podía oler al alfa en sí, como cuando sus ropas estaban recién lavadas y el suavizante lo impregnaba todo.

Eso no evitó que Oker tratara de no cruzarse con nadie en el camino a la escuela infantil de Kyle. Era complicado, muchos padres y madres estaban llevando a sus hijos a la escuela.

Oker iba todo lo despegado que podía, pero aún así se estaba llevando algunas miradas.

Kyle estaba emocionado mirando para todos lados, pero fuertemente sujeto a su mano.

Cuando llegaron a la puerta de la escuela, siguieron las instrucciones que les habían dado. Y ver el rostro conocido de Buddy le alegró tremendamente, eso y la enorme sonrisa del omega.

—Bienvenido, Kyle —le saludó tendiéndole la mano. Kyle miró a Oker, y este asintió.

El omega suspiró cuando vio como su hijo entraba contento y sin mirar atrás, era la primera vez que lo dejaba en un sitio solo, un brote de ansiedad le recorrió por dentro.

Era lo que tenía que hacer, Kyle estaría bien.

Cuando iba a irse los vio, al resto de padres, todos le miraban, unos directos otros más disimuladamente.

Oker no tenía marca, Oker seguía siendo un omega usado, el olor de Ivory no podía durar para siempre, ni camuflaba completamente su olor.

Los escuchó murmurar, y trató de salir de allí lo más rápido posible.

Tenía las llaves de la casa del alfa fuertemente cogidas en su mano, y hasta que no se encontró seguro en su casa no pudo respirar tranquilo.

En unas horas tendría que ir a recoger a su hijo, y eso se volvería a repetir. Su idea de dejarlo a una distancia prudencial cobraba fuerza.

Pero lo que hizo fue oler una vez más su cabello, donde el olor del alfa aún permanecía, y le hizo calmarse rápidamente.

¿Lo impregnaría de su olor todos los días? No pudo evitar emocionarse y soltar parte de sus propias feromonas. No debía hacerlo, lo sabía, pero no pudo evitarlo.

 No debía hacerlo, lo sabía, pero no pudo evitarlo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Lunes, y se refrotan... que se besen ya, joder.

Ups, a veces, me estreso yo sola jajjajaja

Bueno, acercamientos muy acercados, ejem.

Feliz inicio de semana.

Besos

Sara

OmegaWhere stories live. Discover now