Flechazo | KookTae

Flechazo #9

—Conocí a este chico en vacaciones y quería invitarlo a salir, pero no sé cómo hacerlo—les contó NamJoon mientras pelaba una mandarina. SeokJin bufó.

—Te dirá que sí no importa cómo le preguntes—aseguró ganándose una mirada confundida por parte de los otros tres en la mesa.

—¿Cómo puedes estar tan seguro? —preguntó JiMin confundido.

—¡Las señales están ahí! —exclamó como si fuera obvio. Al notar que los otros no comprendían, siguió explicando—. Siempre están hablando por mensajes, se preocupa por NamJoon, es atento...creo que es bastante obvio que también le gustas.

Las mejillas de NamJoon se pintaron de rosa, causando que SeokJin comenzara a molestarlo. Mientras los otros tres seguían hablando del tema, la mente de JungKook se desvió por un momento, pensando si esas señales también las podría notar TaeHyung. Tal vez el mayor ya se había dado cuenta de sus sentimientos, aunque él siempre había tratado de no ser tan obvio frente a él.

De un momento a otro, comenzó a comparar lo que había dicho SeokJin con la manera en la que TaeHyung se comportaba con él. ¿Podría ser posible que TaeHyung también sintiera algo por él?, de ser así, ¿serían las mismas señales?

Quería preguntarles a sus amigos al respecto, pero no pudo pensar en una manera en la que no fuera obvio que hablaba de sí mismo. No se sentía preparado para confesar frente a sus amigos que tenía un intenso flechazo por TaeHyung, no cuando ellos eran familiares directos del mayor.

Terminaron su comida con JungKook intentando apartar de su mente todos esos pensamientos. Los cuatro chicos aún tenían una hora más de descanso antes de que tuvieran que regresar a clases, así que permanecieron sentados dentro de la cafetería un poco más. En cuanto la puerta del lugar comenzó a abrirse en repetidas ocasiones, anunciando una nueva horda de estudiantes que apenas iniciaban su hora libre, JungKook comenzó a lanzar miradas fugaces a la entrada.

TaeHyung le había comentado que a esa hora él iría a la cafetería a almorzar junto a sus amigos, y JungKook esperaba poder verlo por lo menos unos segundos cuando cruzara la puerta.

Desde que habían intercambiado número de teléfono durante las vacaciones, ambos no habían parado de mandarse mensajes. A veces eran conversaciones cortas, cinco o diez mensajes para preguntar cómo estaban, y otras ocasiones conversaban todo el día hasta altas horas de la noche.

Con el pasar de las semanas los mensajes de buenos días se hicieron recurrentes entre los dos. A lo largo del día TaeHyung le mandaba fotos de restaurantes o lugares que quería visitar junto a él, haciéndole prometer que irían cuando ambos tuvieran tiempo. JungKook por su parte le mandaba algunas fotos de él junto a su perrito Bam, le preguntaba cómo estaba su día y en general intentaba siempre conocer más al mayor.

Solo bastaron algunos minutos para que el menor pudiera ver de reojo que TaeHyung por fin había llegado a la cafetería. JungKook notó que el mayor observaba a alrededor con atención hasta que sus ojos chocaron entre la multitud. Una sonrisa apareció en ambos rostros ante el intercambio de miradas que duró poco más de tres segundos.

JungKook dejó salir un pequeño suspiro cuando regresó la vista a la mesa que tenía frente a él, aún con la sonrisa asomada en el rincón de sus labios y el pensamiento de las señales molestando en la profundidad de Su mente. SeokJin había visto la escena y trataba de ocultar su propia sonrisa detrás de sus manos, tratando de fingir que no se había percatado de nada.

Unos minutos más tarde, una figura alta se colocó a lado de JungKook, llamando su atención y recibiendo un saludo amistoso como bienvenida.

— Yoon, no te veo desde que salimos de clases—comentó JungKook intercambiando un saludo con las manos, el chico pálido parecía contento de verlo también.