Al principio no había animales malos y otros buenos, ni unos que hicieran daño a otros. También la creación fue hecha esclava del mal y espera la liberación final de los hijos de Dios.

Ella también fue sometida a la esclavitud.

A ti no te gustan las ratas, dicen que son animales dañinos que se multiplican mucho y que se tienen que esconder en las cloacas.

El mal se multiplica mucho, hace daño y vive escondido y al acecho.

También muchos hombres viven así y no hay derecho a ello, pero el mal les hace vivir como las ratas y con ellas.

¿Crees que yo puedo querer que mis hijos vivan así?

Por eso enseño el camino de la libertad que no es otro que el del amor.

El que ama es libre, se olvida de sí mismo para andar nuevos caminos.

Es valiente, no le asusta el dolor y por eso coge su cruz y se viene conmigo.

Yo he abierto un camino, voy dejando mis huellas, mis pisadas, para el que quiera venirse conmigo ponga sus pies en ellas y no se pierda.

Mis pisadas tienen el polvo del cielo que es luz, y con ella puedan distinguirlas.

Te dije que te hablaría de mi Madre.

Mi Madre siempre ha sido mi más fiel seguidora.

Cuando me fui, ella dejó su casa y su pueblo para ir detrás de mí y seguir mis pisadas.

Escuchaba todas mis palabras y parábolas.

Ella estaba siempre cerca de mí.

Cuando le decían que estaba loco o que era un borracho y comilón, ella no se lo podía creer.

Pero estaba cerca siempre, para alentarme y apoyarme aun sin comprender. Fiándose siempre de mí.

Para seguirme a mí no volvió la vista atrás, ni dijo que los tiempos pasados fueron mejores.

Ella vivía la realidad, y aquella realidad la vivía día a día, unos días buenos, otros regulares.

Todos los días sabía nuevas noticias mías de que hubiera hecho algo nuevo, y en silencio lo vivía.

No era ella la que vivía, sino que yo vivía en ella, éramos uno y nos comprendíamos.

Yo sabia que podía confiar en ella, y por mucho que le dijeran no se iba a escandalizar de mí.

Y así me siguió siempre, alentando y acompañando a otras mujeres que me seguían, sirviéndonos siempre.

Porque lo mío era abrir camino, no detenerme, anunciar, porque el tiempo se acortaba.

Los hombres me rechazaban y no me querían por rey, ellos querían seguir teniendo el poder.

No podían ni querían creer que el poder viniera de mi Padre, hasta me achacaban el poder del demonio.

¡Tan ciegos estaban!

Se aprovechaban de Dios para sus fines, pero no lo amaban, ni lo conocían ni lo necesitaban, lo mismo que ahora.

Siempre aprovechándose del amor porque el amor no puede hacer mal a nadie. Por eso los hombres de todos los tiempos se aprovecharon de Dios que es Padre y amoroso, el más amoroso de todos, es amor puro y eterno.

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⏰ Last updated: Jul 14, 2023 ⏰

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