—¿No tienes padres? —murmuró y la contraria negó—. Eso es... Triste, ¿no?

—Bueno... —se encogió de hombros—. No lo sé, nunca conocí a mis padres. Siempre viví en una casa enorme con más niños, de hecho... Ellos no han llegado aquí, ¡Muchos de ellos tenían mi edad! ¿Tú cuántos años tienes?

—Tengo ocho. —tragó saliva—. ¿Tú?

—Tengo diez, soy mayor. —sonrió—. ¿Tú por qué estás aquí? —ladeó su cabeza confundida.

Soltó un suspiro, encogiéndose de hombros y desviando su mirada—. Soy diferente...

Lia podía olvidar cualquier cosa, era alguien torpe que olvidaba las cosas rápidamente... Pero aún recordaba cada día, recordaba cada año, cada mes, cada semana y cada día que vivió ahí encerrada, no podría olvidar el dolor, la sangre, el sudor y las lágrimas que derramó.

Volvió a abrir sus ojos y dirigió su mirada hacia abajo, observando sus muñecas, brazo, tobillos, abdomen y piernas, todo su cuerpo seguía marcado por las cicatrices de las cuerdas y golpes de aquel tiempo, los métodos de tortura eran horribles.

—Por favor guarda silencio... —murmuró en un intento de callar a la menor—. Te harán más daño, por favor deja de llorar...

—¡Pero duele! —chilló mirando las heridas en sus brazos, de los cuales chorreaba sangre—. ¡Duele!

Al no tener "cura" la homosexualidad, la única solución para librar a la sociedad de estos elementos inútiles o incluso perjudiciales era el internamiento, la esterilización o la eliminación.

—¿Dónde está mi ropa? —preguntó después de entrar al laboratorio de su padre, observando un desastre en el mismo—. ¿Qué sucedió? —frunció su ceño unos segundos, cayendo en cuenta después de ver lo desesperado que se veía el mayor—. No me digas que...

—¡Lo he logrado! —chilló de emoción y sin darle tiempo a su hija de responder—. ¡He logrado abrir un portal en un punto del reino cuántico y salir en otro punto de él!

—¿Es más seguro que un agujero de gusanos? —cuestionó con algo de miedo al proceso realmente, mientras miraba el escritorio de su padre hecho un total desastre.

—¡Por supuesto que sí! Intenté conectar ambas cosas pero al hacerlo con partículas subatómicas logré entrar al reino cuántico, ¡¿Entiendes qué significa?! —sujetó a su hija por los hombros.

—Eh... No. —respondió un poco confundida, no porque no sabía sobre el tema, sino porque todo estaba pasando tan rápido que apenas procesaba el inicio de su conversación.

— ¡Significa que viajaras al futuro como tanto planeamos, Lia! —una sonrisa de oreja a oreja se formó en su rostro.

Se apartó de la menor y regresó a su escritorio donde había un computador el cual conectaba con un largo y grueso cable a un pequeño reloj de mano y que era de manecillas, al rededor del cristal, formando el círculo lo rodeaba un extraño y brilloso líquido azul.

— Tantos años... ¡Tantos años estudiando las partículas subatómicas, los agujeros de gusano, el reino cuántico, la velocidad de la luz e inclusive los agujeros negros... Y finalmente otra vez pude abrir el portal! —seguía exclamando con felicidad y orgullo.

Mientras al mismo tiempo estaba tecleando rápidamente en el computador, luego de eso se pasó al reloj y ajustó la hora, marcando el siete con la manecilla larga, y el uno con la pequeño. Inmediatamente tras hacerlo una luz se reflejó en toda la habitación al mismo tiempo en que a unos metros de Lia se abría lentamente un portal color azul.

—¡Vamos, tienes que cruzar! —avanzó hasta la castaña—. ¿Estás lista?

—Sinceramente no... —se dejó llevar por su padre hasta acercarse más a ese portal que seguía abriéndose— ¿Estás seguro de esto?

—Muy seguro. —lo miró con una sonrisa—. Te enviaré un año en el futuro, si todo sale bien, aparecerás aquí mismo, y si todo marcha de acuerdo a una sola línea de tiempo y no a otras líneas o realidades, entonces te estaré esperando aquí mismo en 1950.

— Si es una línea de tiempo... ¿No estaré yo en el futuro?

Su padre negó.

— Tu yo de este año viajará un año en el futuro, por lo que no estarás aquí durante todo el transcurso del año 1949 sino que pasarás directamente al año 50, ¿Me explico? —la menor asintió algo dudosa—. Es como hacer trampa en un juego, te brincas de un camino a otro, no avanzaste por todo ese camino por lo que estás más adelante.

— Creo que entiendo.

— Pero no es todo. —tomó algunas hojas de su escritorio, dándoselas a su hija. Estas estaban rayadas, otras tenían escritos que en ese momento la menor no pudo leer—. Es un mapa, en el círculo rojo estará nuestra nueva casa, pienso comprarla hoy mismo después de que te vayas y voy a invertir en ella desde ya, entonces para el año 50, la casa estará estable y puedes estar ahí.

Lia frunció su ceño, mostrando claro desacuerdo con lo antes mencionado.

— ¿Una nueva casa? Papá, perdimos nuestro hogar en el norte y aún no podemos volver ahí por los conflictos que aún hay, es difícil vivir aquí y con mucho esfuerzo podemos pasar el día... ¿Para qué comprar otra casa? No es necesario. —su padre la sujetó por los hombros, frotando éstos y sonriéndole a la menor.

— Tú lo has dicho, aún no se nos permite volver ahí, pero estoy seguro de que cuando las cosas se arreglen entre el norte y sur, podremos volver ahí y recuperaremos todo lo que perdimos, ¿De acuerdo? —le volvió a sonreír—. Tranquila, estará todo bien, ¿Puedes confiar en mí?

No tan segura asintió.

— Siempre. —respondió en un susurro, era la única persona que le quedaba, no quería perderlo, así que lo único que podía hacer era confiar.

A Lia le parecía imposible viajar en el tiempo, no podías simplemente alterar las partículas que viajan en una misma dirección, o retrocederlas, y prefería que fuera así, que nadie pudiera viajar ni al pasado ni al futuro. Las personas del pasado podrían decepcionarse por su futuro y las personas del futuro no querrán revivir recuerdos del pasado, parecía ser una espada de doble filo.

— Espera... ¡Tengo que despedirme de Jimin!

Pero su padre parecía no prestarle atención a sus palabras, seguía empujándola lentamente, acercándose cada vez más a la luz azul que se abría más y más.

— ¡No, papá por favor! —dijo desesperada intentando apartarse—. ¡Por favor, déjame ver a Jimin una última vez...!

— Estudia mucho, ¿Si? —dijo casi murmurando, confundiendo un poco más a la menor al no entender a qué se refería, y peor aún, se sintió más desesperado—. Nos vemos... Te amo hija.

Antes de que la menor pudiera responder, el portal terminó abriéndose por completo, consumiendo lentamente a Lia y haciendo que todo se volviera brilloso, por lo que al no soportar tanta luz, cerró sus ojos y se dejó llevar, esperando que todo saliera bien.

Chica rara [Chaelia]Where stories live. Discover now