Odiaba a aquellas criaturas. Las odiaba. ¿Quiénes creían ser? ¿Por qué pensaba que tenían el derecho de llamarlo? ¿De encadenarla? ¿Por qué le pedían ayuda? ¿Por qué creían que sus ruegos le importaban? Él solo hizo tratos para acabar con todo cuanto antes, nada más. No tenía sentido salvar a unos seres que morirían antes de que diese un parpadeo.

—Aunque para ti sea un parpadeo, para nosotros no.

¿Y acaso eso debería importarle?

—No. Imagino que no —admitió divertido cuando notó la misma sensación. La quimera llamando al sacrificio. Dawi. Tan irritante...—. Es irritante, pero te acostumbrarás.

¿Por qué tendría que acostumbrarse?

—Porque ahora estás dentro de mí —contestó abriendo los ojos y mirando abajo, a los demás, en la isla rodeada de lava. La gente del templo repitiendo las mismas tonterías, los elegidos, mirándolo horrorizados, Nalbrek sin perderlo de vista como si pensase que, si lo hacía, iba a desaparecer.

Absurdo.

—Estoy de acuerdo. Pero no menos es menos absurdo que esta situación.

Verlo todo es demasiado para vosotros, asintió, y es que en esos momentos el sacrificio podía ver todo lo que pasaba. Lo que pasó. Demasiada información para aquellas débiles mentes.

—Solo hay una cosa que desee ver —contestó el sacrificio mientras fijaba la vista en Nalbrek centrándose en él—. Y al menos ya no duele.

No me importa.

—Lo sé. A ti no te importa nada y a mí solo me importa una cosa. Hablemos. Tú quieres irte y yo quiero recuperar mi cuerpo, mi vida. ¿Hay alguna manera de solucionar esto?

Matarte.

—Eso no lo puedo permitir —negó mirando al lobo con el que estaba unido, que lo mantenía allí. Su pareja. Si aquel ser no existiese...—. No te lo permitiré —le advirtió.

¿Puedes evitarlo?

—¿Puedes hacerlo? Ese lobo es mío y nadie lo va a tocar sin mi permiso.

Entonces esperaré. Los cuerpos son débiles.

—Y tú quieres irte lo antes posible.

¿Qué quieres, sacrificio?

—Acabar con esto —respondió—. Si nos ayudas, tal y como quieren, te dejaré seguir durmiendo.

¿Y darte acceso a mí? ¿A mi poder?

—¿Crees que estoy interesado en cualquiera de esas dos cosas? —le preguntó el sacrificio y tuvo que admitir que no. Podía ver su interior y solo había una cosa que aquel ser desease: proteger a aquel lobo—. Además, no es como si te preocupase el destino de cualquiera de esas criaturas, podría someterlas, matarlas y a ti no te importaría.

Me importaría porque, para hacerlo, tendrías que traerme.

—No para hacer algunos trucos. Mi único deseo, al igual que tú, es terminar con esto rápido. Ayúdame y serás libre.

¿Y por qué no me dejas ir sin más?

—Porque, a pesar de todo, necesitamos echar a los humanos de aquí y asegurarnos de que no regresan. Es lo único en lo que esos locos tienen razón.

No.

—¿Acaso te importan los humanos?

¿Acaso me importáis vosotros?

—A mí me importa uno. Ayúdame a protegerlo y yo te dejaré libre.

No necesito tu ayuda. Puedo matarte.

—Ahora que estás aquí, matarme solo servirá para quedar atrapado en alguien menos razonable que yo. Por más que te moleste, sabes que soy tu mejor opción.

Puedo matarlos a todos.

—¿Y entonces quién te liberaría? Soy tu mejor opción y lo sabes. Cumple mi deseo y yo te dejaré dormir hasta que muera, momento en el que serás libre. Apenas un parpadeo para ti.

Por un momento el ser quedó en silencio.

Nos mezclaremos.

—Lo menos posible.

Y dejarás de ser mortal.

—Pero algún día desapareceré.

Los que se unieron a mí antes que tú, tuvieron destinos terribles.

—Lo sé, puedo verlo. Pero yo tengo algo que ellos no.

En realidad, no me importa lo que te pase. Al contrario. Cuanto antes enloquezcas y mueras, mejor. Acabemos con esto sacrificio, estoy cansado. Hazlo y déjame ir. Tan solo recuerda el precio si me traicionas.

—No te traicionaré. Y ahora, comencemos —aceptó levantando la cabeza para mirar a Nalbrek—. Vuelvo enseguida —le aseguró guiñándole el ojo antes de hundirse en la lava.



Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.



Bueno, Dawi ha conseguido sobrevivir a la ceremonia con ayuda de Nal. Nadie lo dudaba, ¿cierto? Nuestro zorro tiene demasiado personalidad, hasta para un dios 😆

Y dos cosas: En primer lugar que Drej, nuestro espíritu, cambie entre masculino y femenino cuando habla no es un error. Drej no es ella ni él, es un espítitu, pero en español no tenemos neutro, así que "cambia" (?) cuando Dawi l@ escucha hablar. 

En segundo lugar, se supone que, cuando habla Drej, esa parte está en cursiva para diferenciarlo.  Y sí, desde fuera, Dawi habla consigo mismo en dos tonos diferentes, uno muy molesto y otro muy calmado😆. Si no se distingue bien, me lo decís para ponerlo en negrita 💖

Cambiantes Libro III TrascendenciaWhere stories live. Discover now