Chapter Three

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"Plan"

Kuina y Azumi esperaban a Chishiya en la pequeña habitación de una de las jóvenes

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Kuina y Azumi esperaban a Chishiya en la pequeña habitación de una de las jóvenes.

El hombre había organizado todo su plan la noche anterior. Tan sólo faltaba comunicárselo a sus compañeras.
Chishiya solía ser un chico calculador. Pero está vez, tenía que pensar en algo que no pusiera en riesgo a ambas chicas.

—¿Desde que hora lo estamos esperando?

—Desde... ¿Las cuatro?

—Nos hizo madrugar por nada

—Es chishiya, él es así

Diría que fue por arte de magia pero, justo después de que Azumi haya dicho eso, la puerta empezó a sonar.

Chishiya ni siquiera espero una respuesta de parte de las chicas. La puerta se abrió.

—Hasta que llegas—Dijo Kuina de manera molesta.

El chico la miró sin interés alguno a sus palabras y solamente asintió. Se quedó parado a un lado de la puerta.

—Lo lamento, ¿Si? Niragi ha estado pisandome los talones.

—¿Te sorprende? Es un idiota —Soltó Azumi en un balbuceo. La chica estaba cansada. Recibió una risa burlona de parte de Chishiya al escuchar como trataba de vocalizar la oración.

—¿Podrías ir al punto de todo esto? —Dijo la chica.

—Necesitamos gente que nos ayude a robar las cartas. Tengo a algunos en mente pero, no estoy seguro.

—Escuche que encontraron a dos chicos a las afueras de aquí. Podríamos investigarlos—Sugirió Kuina. Mientras esperaba una respuesta de parte de la mujer.

—¿Pero cual es la probabilidad de que salga bien?

—Eso lo veremos hoy.

—¿Y si descubren que somos nosotros?

De cierta forma, Azumi sentía un mal presentimiento. El pensar que podrían matarlos por lo que estaban a punto de hacer la llenaba de miedo.

—Aprende a vivir sin miedo. Ve las posibilidades.—. Chishiya odiaba el miedo que tenía la chica. No podía hecharse para atrás en esto. Aunque ella era de confiar. También sabía lo manipulable que podía llegar a ser. Tenía que mantenerla alejada de Niragi, un experto en ese tema.

—Yo hablaré con los nuevos —. Dijo Kuina mientras posaba sus brazos a los costados del sofá.

—Azumi, te encargarás de vigilar

—Que asco—Respondió balbuceando aún.

—La vida es cruel.—Respondió Chishiya con una sonrisa.

Por más que no pareciera. El hombre estaba asustado por el destino de su plan. Si algo salía mal, condenaria a dos personas, ahora las más importantes en su vida. Estaba harto de fingir que todo estaba bajo control, cuando claramente las posibilidades de que algo saliera bien eran pocas.
Sin haberles dicho nada a ninguna. Él planeaba condenar a otros. Saldría de este mundo cueste lo que cueste, incluyo si eso incluyera sacrificar vidas.

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