TIERRA GRIS

preludio: En escala progresiva

A lo que quiero llegar con todo esto

Todo empezó hace ya tiempo.

Cada lunes a la mañana, Eduardo Colonis se levantaba a las 7 y preparaba el desayuno para Matilde, la llevaba a la escuela a las 8, corría al trabajo para entrar a horario a las 9, se sentaba en su cubículo hasta las 5, iba a la casa de su hermana, que ya había retirado a Matilde de la escuela a la 1, volvían a su casa, hacían la tarea, jugaban, miraban tele, cenaban, ella se acostaba y el se quedaba mirando tele, leyendo un libro. Dormir a las 11:30, y al otro día volver a empezar.

Eso era su lunes a viernes.

Eduardo era viudo… Malena murió una mañana de domingo. No sufrió, pero tampoco se pudo despedir. Matilde con apenas dos años sufrió, pero después de 5 años aprendió a vivir sin mamá.
Eduardo por el contrario, aprendió a vivir solo, pero separándose del resto, cerrado, gris. Pero con Matilde era distinto, emanaba alegría verlos.

Esta historia pensarás, ¿Que tiene esta historia que ver con todo lo que pasa ahora?
Mucho y nada. Una vida diaria de viudo, un montón de sujetos grises que comen carne. No son zombies, a pesar de que Jhon Romero estaría feliz de ver este hermoso escenario putrefacto, salido de sus más recónditas pesadillas. Son algo más difícil de explicar. Bueno si son zombies, hay que aceptarlo, pero no tan así, porque los zombies no tienen conciencia, son voraces bocas en busca de carne, sin razón ni remordimiento.
En cambio, estos son algo distinto. Los grises dan pena. Miedo, mucho miedo… pero también dan pena, porque son personas poseídas por un parásito llamado nemados, que lo que hace es que la persona tenga tanto hambre, que necesiten comer todo el tiempo. Imaginarás que la comida en el momento era buena opción, pero cuando el hambre empezó a ser tal que las personas no podían esperar a que esté cocinada la comida, comenzaron a comer productos crudos, pero no era suficiente, y comenzaron a comer “productos vivos”, pobres mascotas, fueron las primeras víctimas. Luego empezó lo realmente  bueno… vecinos devorándose entre sí, debió ser un escenario horrible.
Nada sacia su hambre, no engordan ni les perjudica a su estado físico. Ya que el parásito lo que hace es transformar la comida digerida en energía, dando así un estado físico excepcional. Sin necesidad de sueño, ni descanso. Solo comiendo.
Si antes dije que me dan pena, es porque sufren por hacerlo, pero sus impulsos y su hambre son tan fuerte que no pueden evitarlo. Es normal ver a dos hombres llorando durante un ataque, uno despedazado por un gris, y el otro es el mismo gris.
Ese tono de piel es característico, suele empezar con una marca morada en la altura de la manzana de Adán. Que se expande hacia el resto del cuerpo, sosteniendo el color morado en los bordes, pero tomando color gris en el resto… quedando color gris el cuerpo. También provoca que el pelo se caiga en sectores, y lo que queda toma un color blanco grisáceo en las personas de cabello negro, y blanco amarillento en las personas se cabello rubio. Sus ojos, además de tomar un tono sangre intenso, adoptan un gesto de tristeza que conmueve al más fuerte.
Se descubrió que el parásito afecta al lóbulo occipital, haciendo que los sentimientos del portador se disparen. Haciéndolos demasiado sensibles. Así que el dolor por el que va pasando el portador es incalculable.
Escuché por ahí que en otros lugares le dicen de distinta forma. Por ejemplo, en regiones anglosajonas de Europa le dicen Sorryers, por ser tan común escucharlos disculparse por hacerlo, mientras lloran y comen. Acá, en la zona sur, simplemente lloran a los Grises. Pero lo que sí es común en todas las zonas es que su resistencia a temperaturas extremas es increíble, resistencia a impactos de fuego, a golpes, e insuperables en combates cuerpo a cuerpo.

Las zonas post aniquilación son:
Zona Sur: siendo una de las zonas más grandes y más importante del planeta actualmente, que comprende lo que antes eran los países desde Argentina hasta México. Es la zona más rica del planeta por su gran cantidad de terreno, así como sus salidas al mar por ambos lados, de abajo hasta arriba. Pero eso no es lo más importante, sino que su inmensurable cantidad de recursos naturales necesarios para la vida lo hacen incomparable.