🚌Capítulo 1🚌

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EL ENAMORADO, LA TEMPLANZA, LA SACERDOTISA, EL MUNDO Y EL CARRO

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EL ENAMORADO, LA TEMPLANZA, LA SACERDOTISA, EL MUNDO Y EL CARRO

Madrid. 9 de junio del 2023

Deslizo la barra de labios con extrema precaución para no salirme del recorrido que previamente he trazado con el lápiz; mientras tanto, hago recuento de las cosas que he metido en el bolso. El reflejo de mi rostro en el espejo con la boca abierta me hace reprimir una carcajada por lo ridícula que me veo en esa pose.

Llaves, móvil, cartera, tabaco, mechero. Se me olvida algo y no sé qué es. Empiezo a notar el tic en el ojo por el estrés y los nervios, y dejo de mirarme los labios para mirarme el ojo izquierdo.

En ese mismo instante, llaman al timbre y, como era de esperar, entre unas cosas y otras, me desconcentro y termino con una línea rosa zigzagueante que llega hasta mi barbilla.

Mierda.

Oigo el ruido de unas llaves introduciéndose en la cerradura de la puerta principal antes de que Karina se abra paso hasta mi apartamento.

—¡¿Por qué demonios llamas al timbre si tienes llaves!? —grito enfocándola desde el espejo.

—Por si acaso. Imagina que entro y te pillo dale que te pego con algún tío. Es una imagen que preferiría ahorrarme presenciar —contesta mientras se encoge de hombros y se deja caer en el sofá—. ¿Qué te queda? El festival está a punto de comenzar.

El concejal de festejos ha tenido la iniciativa de celebrar un Festival del Romance en mi barrio esta noche, donde, supuestamente, cientos de personas asistirán en busca de su pareja ideal.

—Ya habría terminado de no ser por tu abrupta interrupción.

Karina ignora mi ataque y se sumerge en el móvil para contestar a uno de sus muchísimos ligues; al contrario que yo, ella nunca ha tenido problemas para encontrar pareja. Lo cierto es que mi mala suerte en el amor comienza a ser preocupante.

Caramelos. Eso es lo que se me olvidaba. La cantidad de cigarros que fumo durante el día me reseca la boca. A pesar de saber que es mentira, me autoconvenzo de que el tabaco me relaja. El tic del ojo continúa aturdiéndome hasta que termino de arreglarme el maquillaje.

—Carol, de verdad, vamos a llegar tarde, date prisa.

Tras un último vistazo al espejo, respiro hondo para calmar mis nervios y me giro hacia mi amiga.

—Venga, pesadilla, vámonos ya.

Karina no tarda en levantarse del sofá para salir corriendo hacia el ascensor. La sigo tras coger los caramelos del recibidor y cerrar la puerta con dos vueltas de llave, asegurándome de que está bien cerrada.

—¿Estás nerviosa? —me pregunta una vez en el ascensor.

—¿Por el festival o porque mañana me voy de viaje?

Lo predijeron las cartasWhere stories live. Discover now