Ocho de la tarde

8 0 0
                                    

Me acomodo.. ¿Es suficiente? No sé... mmh... me incomoda. Déjame probar con la silla, el sillón es muy bajo.

Comodidad.

Por qué empecé esto, ah- Sí. Mi mente está dando vueltas.

Está dando vueltas desde que desperté, desde que mi corazón se sentía pesado y mis pulmones cerrados. Qué será, qué es.

Presentimiento

Me duché rápido, pinté mis pestañas y me puse mis lentes de contacto. 

Me demoré en elegir el outfit, quería verme bonita, sentirme yo entre todo este encierro. Me hubiese puesto una mascarilla pero no tenía ganas. No todo tiene que ser perfecto –suspiro, sé que esa palabra es polémica- tengo pelitos en la cara, muchos. Hoy se dejan ver.

Amor propio

No digo nada ante mi roommate hablando de la chica a la que violaron por cuatro días.

No creo, me niego. A mi no me va a pasar si pienso que no me va a pasar, a mi nunca me ha pasado. Nunca. Yo no he vivido eso, jamás.

Mentira

Camino y de inmediato siento ese escalofrío. Me recorre la espina dorsal y luego hace un viaje hacia mi estómago. Un mal presentimiento. No dejo que se adueñe de mi, puedo atraer esa energía y lo último que quiero en ésta etapa de mi vida es el miedo a andar por las calles sola.

Le tengo miedo a tener miedo a andar en las calles sola.

Entro en el negocio, entro y compro. Normal, no me importa si notan que estoy drogada. 

 Ya salí, ya vine, da igual. Normal.

Veo el papel higiénico.. ¡Ah, seré un adulto! Compraré algo para la casa pero galletitas también.

Mantengo mi ceño serio, no puedo sonreír porque sí sonrío creerá que le estoy coqueteando y no lo estoy haciendo. No lo hago, pero sé que él va a pensar eso.

Me llama "mi reina" (me cae mal, a menos que venga de una manera amorosa de alguien que conozco)

Me dice que no hay que andar amargado por la vida y entonces, noto, que está siendo respetuoso. No sé qué es, pero algo me lo dice porque a ese segundo una media sonrisa se me escapa. Trato de esconderla y lo intento, de verdad lo intento. Y cuando él la nota, sigue con su postura de vendedor simpático. 

Dios mío, el señor sólo trata de ganarse la vida en tiempos de crisis. Déjalo.

Me despido entre una leve sonrisa y agradecimientos. Bien, ya está.

Me voy devuelta a casa.

Está oscureciendo.

Mierda, no tengo música.

El celular quedó al fondo del bolso

No puedo sacarlo, porque sí lo saco y ven que soy mujer, me creerán indefensa y me asaltarán.

No tengo para comprarme otro celular

No puedo, no puedo. Tengo que ser valiente.

Sigo caminando, sigo, sigo, sigo, sigo.

Rápido

Más rápido

No.

"Hola, mi amor"

"Buenas noches"

Sé amable. No todos son iguales. No, la cagaste. La cagaste

¿Viste su mirada?

Sí, sí. La vimos. Corre.

Corre.

Otro grito. No sé que dice. Corre. Tú solo corre.

Sigue, sigue, sigue.

Saca el celular

Háblale a esa chica que viene caminando hacia a ti. No, no le hables. No la conoces. Sigue y mírala por detrás como si miraras en ella, entonces, así pasará desapercibido estás sintiendo que te persiguen.

Si viene detrás de ti, lo verás.

No está

Otro grito

Alguien corriendo, adelantándose.

Quiero llorar, muy fuerte.

Lo llamo, no me contesta. Cada pitido es un llanto que quiero soltar y me acuerdo. Me siento, me veo.

Estoy tiritando. No, no, no. No me hagas hablar, no tengo aire porque voy caminando muy rápido y tengo miedo. Por favor, cállalos. Calla esos pensamientos.

Nadie me sigue, estoy bien. No me va a pasar, a mi no me va a pasar. Ayúdame.

No sé cuántos años tengo. Pero el colectivo me dice que no puede ir a dejarme a casa. 

Soy pequeña, mis pies a penas llegan al piso del asiento del copiloto. Señor, por favor, no me deje. No podré caminar todos esos caminos oscuros, no llegaré viva a casa.

Salgo del auto casi llorando.

Soy una niña y no sé si hoy llegaré a casa.

Camino, camino, camino. Rápido. No llores. No llores. Sí lloras te van a ver débil. No lo hagas.

Tomo mi celular y lo llamo.

Todo es oscuro. Queda poco, muy poco. El puente, ese maldito puente.

Paso.

Lo encuentro y corro llorando. Me dice que soy una boba y que no llore, que está todo bien y que nunca me va a pasar nada.

Por favor no me preguntes, no quiero hablar de ello en voz alta.

Hay cosas con las que no me siento cómoda hablando en voz alta, me avergüenzan, me persiguen por las noches y no me dejan dormir

Las escribo y cuando las escribo las quemo.

En el presente, entro en casa, tiritando. Desesperada. Dame mi laptop, dame mi laptop. Necesito escribir.

Necesito gritar, no. No gritar. No pasa nada. Está bien, se acabó.

Se acabó.

Sucedió

Que no vuelva a suceder.

No seas boba, niña. Nada te va a pasar jamás.

Abrázame, no me preguntes que me pasa. Abrázame y hazme cariño en el cabello mientras me prometes que nada me va a pasar. Aunque sea una promesa falsa y nefasta.

Relatos de cuarentenaWhere stories live. Discover now