Pon tus manos sobre mí

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En las noches oscuras y penumbrosas,
Desliza tus dedos ásperos y fríos
Por mi piel cálida y suave.
Provócame un escalofrío que me recorra como una corriente eléctrica,
Que me haga sentir que estoy aquí.
Que me haga sentir viva.
No temas encontrarte con mis cicatrices.
Habrá más de una,
Así que mejor no preguntes.
La sangre que fluyó alguna vez por ellas se detuvo,
Pero sigue allí, estancada, clamando piedad.
Tú sólo sigue subiendo por mis muslos,
Encuéntrame en la pelvis y los placeres que se ocultan debajo.
Pero no te detengas ahí.
Aunque mi respiración se acelere,
Aunque mis ojos sigan tus movimientos
Con ansias y expectación.
Sube hasta mi pecho agitado,
Que sube y baja al ritmo de mis latidos eufóricos.
Si quieres puedes detenerte un segundo sobre mi corazón,
Pero no demasiado.
Aún te falta subir un poco.
Sólo otro poco.
Sube hasta llegar a mi cuello.
Inspecciónalo.
Acarícialo.
Tócalo.
Pon tus manos sobre él.
Y presiona un poco.
Lo suficiente como para hacerse notar.
Otro poco.
Lo suficiente como para hacerme separar los labios en busca de más oxígeno.
Un poco más.
Ese oxígeno que buscaba comenzaba a hacerse escaso.
Sigue presionando, sin límites.
Lo suficiente como para matar.
Lo suficiente como para matarme.
Y no pares hasta conseguirlo.

Corazón lóbrego [+21] √ #PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora