PROVENZA. (CHANGLIX)

¿Qué de malo puede pasar?

Felix no estaba listo para darse otra oportunidad en el amor, estaba disfrutando su soltería de lo mejor: saliendo con conocidos, besándose a desconocidos y bailándole a quién presentara una pisca de interés en él. Después de todo, él ya no estaba con nadie y tenía todo el derecho a vivir su vida como quisiera.

Pero para Minho, su último ex, aquello no le parecía lo mejor. Sentía que Felix no le estaba dando el luto necesario a la ex relación, demostrando que nunca lo quiso y que sus acciones lo estaban aniquilando de la peor manera.

Verlo en esa fiesta de disfraces besando a su primo fue todo lo que necesitó para poder desatar su ira, dirigiéndose así hasta el centro de la pista para tomar la muñeca del mayor, logrando que Felix se sobresaltara y le diera la cara sin saber lo que le esperaba.

Una bofetada impactó en su ruborizado rostro haciendo que los presentes se alteraran y comenzaran a gritar, el primo de Minho fue a detenerlo rápidamente empujándolo por el pecho, presionando sus manos con las suyas para evitar otro golpe. Felix por su parte perdió el equilibrio por unos segundos, siendo tomado por su mejor amigo, sin embargo tras recuperarse no tardó en abalanzarse a su ex para comenzar a repartirle arañones por todo el rostro a la misma vez que generaba presión en su estómago con ayuda de su rodilla.

- ¡¿Qué carajo crees que haces, Lee Minho?! -gritó el mayor muy enfurecido por el golpe en su mejilla, situando sus manos al rededor del cuello de este para hacer presión con sus dedos.- ¡No me vuelvas a tocar en tu vida! ¡¡No me vuelvas a tocar!!

El atacado intentó zafarse el agarre del más bajo pero le era imposible al tener esa dura presión en su estómago que le impedía respirar, por lo que sus dedos se aferraban a las piernas del ajeno, intentando apretar con todas sus fuerzas para que éste lo soltase.

- ¡Felix, para! -gritó su amigo del trabajo, su acompañante intentó separar al otro de las garras de Felix pero tenía mucha fuerza.

- ¡Felix ya basta que lo vas a matar! -añadió el acompañante, terminando por abrazar a Felix por detrás hasta finalmente separarlo de Minho quién ahora tenía rasguños con sangre por todo el rostro y mentón.

La cara de Felix ardía en cólera que incluso sus dulces facciones de siempre se convirtieron en unas intimidantes ¿En serio llegaron a esos extremos? Las intenciones de Felix jamás fueron meterse con el primo de Minho, cuando él pisó el local de aquella fiesta, Changkyun ya estaba dentro. Ya se conocían, sabía perfectamente que las cosas con Minho ya tenían un punto final desde hace mucho tiempo, entre el calor de la fiesta y unas miradas cómplices ambos terminaron besándose sin saber que este los observaba desde el fondo del puesto de tragos.

- ¿Te estás vengando acaso? -el castaño finalmente habló, intentando acercarsele siendo retenido por su primo.- ¿Por eso lo besaste, Felix?

Felix sonrió maliciosamente.- ¿Vengarme? -tronó su cuello hacia un costado.- ¡Por favor, Minho! Yo solo me topé a tu primo por sorpresa.

- No puedo creer que me estés haciendo esto, Felix -su tono de voz cambió de repente, como si quisiera llorar.- Después de todo lo que pasamos juntos...

Felix rodó los ojos, no iba a caer en su papel de chico arrepentido.- No vengas a dar pena, Lee Minho, -soltó con tono altanero, agarrándose del brazo de su amigo.- que tú de pobrecito no tienes nada así que mejor déjame en paz.

A Felix no le entraba por la cabeza el cómo Minho pudo volverse tan insoportable, de cómo pudo pasar de ser lo que más quiso a agarrarle casi odio. Minho lo había engañado incontables veces durante los ocho meses que estuvieron juntos y de todas las excusas existentes, el castaño aseguró que todas sucedieron "en su momento de borrachera." Felix podía dejar pasar una, dos, hasta tres metidas de pata... Pero seis ya eran demasiado, Minho estaba jugando con él y no iba a seguir permitiéndolo.