Venta de jugo de naranja.

30 4 0
                                    

Una mañana pasé por un puesto de jugo de naranja y me dio curiosidad, por lo que fui a ver de qué se trataba.
–Buenos días –le saludé al vendedor.
–Buenos días, caballero –me respondió el saludo.
–¿Qué es lo que usted ofrece?
–Me alegra que pregunte. Ofrezco jugo de naranja de la más alta calidad, y a un precio increíble.
–Interesante –dije, increíblemente interesado en lo que el señor vendía.
En eso, llegó una señora al puesto y ordenó:
–Véndame un jugo de naranja.
–Por supuesto, señora –respondió el vendedor. Él tomó su cucharón, llenó un vaso con jugo de naranja y se lo entregó a su cliente–. Tome.
–Gracias –dijo la señora, mientras toma su vaso y le da una moneda de $10.
–A usted.
Después de eso, la señora se retiró y yo me quedé maravillado.
–¿Diez pesos un vaso? Véndame uno a mí también, por favor.
–Claro. –El vendedor me sirvió un vaso con jugo de naranja y me lo dio–. Aquí tiene.
Yo tomé el vaso, bebí el jugo de naranja y... no me gustó.
–Disculpe –le dije, apenado.
–¿Sí? –me preguntó el vendedor.
–¿No me había dicho que este jugo de naranja es de la más alta calidad?
–Claro.
–Pues de naranja no tiene casi nada –dije, indignado–. ¿De qué está hecho?
–Pues... –El vendedor se quedó pensando si sería buena idea revelar la receta, hasta que finalmente dijo–: Está hecho de agua, endulzante de naranja y mucha azúcar.
–¿En serio? –pregunté, todavía sin poder creerlo–. Eso es una porquería. ¿Por qué lo hace así?
–Por varias razones: primera, es más fácil de hacer; segunda, es más barata de hacer; tercera, es más fácil de tomar; y cuarta, es mucho más vendida.
–Bueno, entiendo todas esas razones; pero, ¿a qué se refieres con mucho más vendida?
–A que también vendo un buen jugo: uno que es más caro de hacer, lleva más tiempo y es un poquito menos disfrutable en un inicio. Pero este jugo sí está hecho con naranja natural, agua purificada, sin endulzantes y sin sabores ficticios creados en una fábrica. Sin embargo, a diferencia del que está usted tomando, este otro jugo casi nadie lo compra. Es por eso que prefiero hacer el jugo barato y con mal sabor: porque se vende más.
–Ah, ya entiendo –le dije, comprendiendo finalmente que el vendedor no tiene la culpa del todo–. Solo por curiosidad, ¿tendrá un poco del jugo caro?
–Me queda un poco por acá –me respondió el vendedor.
–¿Me vende un vaso?
–Claro.
El vendedor me dio un vaso del jugo de naranja natural. Yo lo tomé, bebí el jugo y, aunque al principio no lo consumí tan rápido como el anterior, al final lo disfruté mucho más.
–¿Cuánto cuesta éste?
–Cincuenta pesos.
Le entregué un billete de $50 al vendedor y, justo cuando él los tomaba y los guardaba, le dije:
–Es triste que las personas prefieran comprar lo barato solo porque es más vendido, menos costoso y más ligero, y en cambio dejen pasar la oportunidad de probar lo más caro, pero que a la larga es más placentero y mejor.
–Pues sí –comentó el vendedor–. Pero es lo que las personas compran, y yo necesito vender.
–Es cierto. Ojalá algún día las personas se den cuenta de lo que realmente es mejor.
Después de eso, le agradecí al vendedor la experiencia y me retiré, sabiendo que cuando hablaba de lo comercial y lo real, no solo me refería a los jugos de naranja.

Jugo De NaranjaWhere stories live. Discover now