capitulo 7

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El viaje.

—¿No me digas que no llevas estás?

—Claro. Que. No.

—Pero Mel...

-Boddy-Luz puso sus manos en la cintura con su mejor intento de cara sería-, es un viaje profesional, no una excursión de facultad.

Ya eran más de las cinco y Luz tenía todo lo que necesitaba en un bolso. No llevaba mucho, su ropa era muy ligera y no iba a pasar más de tres o cuatro días antes de que ella y él se regresarán. Sin embargo, el bolso era muy grande, lo suficiente como para llevar ropa para cuatro días, otro par de zapatos, unos gorros y varios calcetines, también llevaba ropa interior de respuesto. Claro. Y repuesto del repuesto, si una cosa su mamá-de esa vida- le había enseñado, era que una mujer precavida vale por seis, y que siempre llevará ropa interior de repuesto.

Llevaba un bolso a parte con una reserva de chocolates, también traía ositos de goma. Boddy había llegado a casa tarde y la estaba obsesionado con que llevara un bikini diminuto que él le había regalado la navidad pasada. Luz simplemente ignoró su acotación y pasaron unos minutos viendo la serie favorita de los dos.

-¿Cuánto tiempo te quedas por allá?

-No lo sé, menos de tres días, tal vez.-ella estaba masticando algunas palomitas de maíz que le robaba a Boddy, estaba recostada del sofá, muy calmada -No me extrañes tanto ¿Sí?

-Eso nunca cariño, al fin los dulces durarán más de tres día en el refri, esto es un logro -ambos rieron, Boddy fue el primer en dejar de hacerlo para tomar la mano de Luz y hablar serio -Eh, cariño, si que voy a extrañarte, no nos hemos separado por tanto tiempo desde lo de la india, y solo dure una semana y media-bromeó el-, así que Mela, si piensas abandonarme por tu amiguito...

-No voy a abandonarte Boddy-lo tranquilizó -Eres como la mascota de la familia, ¿Que haríamos sin tí?

-Ya, lo sé, soy indispensable.

-¡Claro que sí!

-Pero, Mel, en serio, no te has ido y ya siento tu ausencia. Prométeme que me llamarás.

-Lo prometo.

-A menos que tengas la boca ocupada en otras cosas...

Luz le dió una manotazo, medio molesta, medio divertida. Un segundo después alguien tocó la puerta. Luz, casi, voló hasta la puerta para encontrar el gigante y silencioso cuerpo del suicida rubio con el que iba a dar vueltas de mañana. O algo así. Ella sonrió.

-Rheymon.

-Luz.

Rhey llevaba unos pantalones chinos negros, una preciosidad. También llevaba una camisa de cuello alto y mangas largas de color azul oscuro sin contar la chaqueta, que era de color beigel, y... Vale, se podría decir que Luz se derritió un poquito (muchísimo) en ese momento, pero claro que era normal ¿No? Rhey media como una ochenta, era guapísimo y de paso era rubio, y bueno, Luz tenía una pequeña debilidad por los rubios.

A pesar de eso, él tenía ese auge tan... ¿Tranquilo? Claro, era Rhey, ella adoraba a Rhey, él era así como... ¿muy importante para ella? y, que su corazón este a punto de explotar era más que normal ¿Verdad? Él al mismo tiempo se veía tan... Se podía estar destruyendo el mundo y él seguiría estando en la misma calma. Él era el ojo del huracán, y Luz era el desastre al rededor.

Saliendo de sus pensamientos sin sentido, ella se hizo a un lado para dejarlo entrar, pero él no lo hizo, se quedó en la puerta y bajó la mirada.

-¿Estás lista?

Incluso Cuando Seamos FantasmasWhere stories live. Discover now