Mechoa / one shots (Lionel Messi x Guillermo Ochoa)

fresas

- Donde Guillermo come muchas fresas. -

Lionel Messi siempre se pregunto algo, ¿los labios de Ochoa sabían a fresas?

Este siempre pensaba en eso, a Guillermo le encantaba mucho está fruta, las comía todo el tiempo, fresas por aquí, fresas por allá.

Ambos eran buenos amigos, pero no podía evitar pensar siempre en eso.

En los días de clases solía verlo con sus labios rojos, un rojo que se veía exquisito a su parecer.

¿Serán por comer tantas fresas?

En el recreo ambos fueron a las bancas para ver a sus demás amigos jugar fútbol, era divertido ver como jugaban, así podía apreciar mejor como Guillermo degustaba esa fruta.

Un delantero y un guardameta, buena combinación, ¿no?

Grandes, rojas y jugosas, tan sólo verlos hacia que tu boca se haga agua... las fresas que traía Guillermo también hacían ese efecto.

Abrió sus labios dejando ver sus dientes blancos y rectos, posicionó la fresa en ellos y le dio una mordida haciendo que está haga un sonido glorioso.

Mientras Guillermo comía las fresas Lionel lo veía embobado, ¿se podía poner tanta perfección en alguien?

La imagen que tenía era única, debería valer millones según él, lo que podía apreciar era a Guillermo de perfil, atrás de él árboles y demás personas pasando, sus rizos moviéndose por el viento, su mandíbula marcada que le daba un toque único, y su mano llevando fresas a su boca.

"Digno de un museo" pensó Lionel.

Aunque trate de decir que es sólo su amigo no podía ocultarlo de su corazón y mente.

Sus ojos lo relataban con todo el mundo, curiosamente menos con Ochoa.

Ahora que recordaba, pronto será el cumpleaños del rizado, necesitaba el regalo perfecto.

Después de clases se fue apresurado a buscar un regalo digno, al final sólo compro una horas y guantes originales, ¿les costó mucho? Si, pero Guillermo vale eso y más.

Unos días más y llegó el tan esperado día, la fiesta se llevó a cabo en la casa del rizado, aunque sus padres querían hacerlo en un salón grande para que sea mejor, así que engañaron a todos y se los llevaron ahí.

Eso molesto a Ochoa, no quería que gastarán tanto dinero en él.

Mientras todo transcurría, él seguían con las fresas, los bocaditos eran la mayoría postres hechos con fresas, los demás ya eran de todo tipo para los demás.

La tarde se la pasaron bailando, comiendo, tomando el alcohol que metieron sus amigos, groserías y demás.

Con eso ya había llegado el momento que más esperaban, así es, la piñata, los demás del Instituto se reunieron para ver como debían destruir la piñata.

Todo iba bien hasta que alguien llamado Javier se avivo y lanzó a su novio portugués, este cayó sobre los otros que querían saltar a los dulces mientras Javier recogía los que podía.