Mentiría si dijera, que no había echado de menos verla así. Encontrarla en mitad del campo riendo y hablando con la persona que más quería en el mundo, y sentir que la había dejado en buenas manos.

— Mami — la pequeña que hasta ahora había estado en silencio observando cómo las dos adultas hablaban y se miraban, ahora estira la mano de su madre en busca de atención—. La entrenadora Chae me ha dicho que su película favorita es....

— Grease — Chaeyoung le ayuda cuando ve a la pequeña fruncir el ceño.

— ¡Grease! — Exclama — Y le he dicho que el otro día vimos los minions, ¿Te acuerdas? — Mina sonríe dulcemente y asiente — Entonces también me ha dicho que nunca ha visto las películas de los minions y he pensado que podía venir a casa a verlas con nosotras

La simple idea de tener a Chaeyoung sentada en el sofá de su hogar mientras ven una película junto a su hija le hace sentir fuegos artificiales en todo su interior. Y quizás es una señal para que se niegue, se invente una excusa y cambie de conversación.

Pero sin embargo, asiente.

— Claro, ¿por qué no? — Dice con la mayor sonrisa

— ¡Sí! — Haewon exclama dando pequeños saltos.ㅡ¿Una cita?

Los ojos de Mina se abren en sorpresa tras aquellas dos palabras que salen de la boca de su hija, mientras su rostro explota en colores carmesí. Y Chaeyoung por su parte suelta una pequeña risa mientras niega levemente.

— Que cosas dices — la nipona dice con nerviosismo, intentando quitarle importancia mientras sonríe—. Anda ve a por tus cosas que tenemos muchas cosas que hacer.

— Es una cita. — Dice la pequeña antes de salir corriendo hasta donde había dejado sus cosas.

Mina suspira mientras la ve marcharse, y espera que Chaeyoung no note el calor que siente en sus mejillas.

— No sé de donde ha salido tan descarada.

— Es adorable.— responde la rubia con una sonrisa honesta.

Mina asiente y esconde sus manos detrás de su espalda. Y espera no verse muy ridícula con aquel suéter morado y sus pantalones deportivos llenos de harina.

— ¿Nunca has visto los minions? — pregunta con una pequeña sonrisa.

— Mi mejor amiga, Jeongyeon, está obsesionada con esas películas — Rueda los ojos —. Pero no, no las he visto.

— Bueno, pues lo decía enserio. Estás invitada a verla — Dice jugando con las mangas de su suéterㅡ. Los viernes son noche de películas, si te apetece...

— Me encantaría.

Y con una sonrisa y dos palabras, Chaeyoung libera a miles de mariposas en el estómago de Mina.

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Llega la medianoche, y con ella, una fuerte tormenta. Mina agradece que su hija tenga el sueño pesado, porque si no, ahora tendría a la pequeña asustada junto a ella, y de ese modo jamás terminaría aquellos malditos cupcakes.

Está agradecida de tener tanto trabajo, porque gracias a eso puede pagar la gran casa en la que viven, pero a veces es agotador. Su hogar no es la gran cosa, pero tiene una cocina enorme que enamoró a la nipona la primera vez que la vio. Fue amor a primera vista, y aquella casa se convirtió rápidamente en el hogar perfecto para ella y su bebé, que para entonces apenas tenía unos meses.

La lluvia comienza a golpear con fuerza los cristales de las ventanas de la cocina, y la nipona sonríe con cansancio mientras desea poder darse un cálido baño e irse a dormir.

❝ ¡Entrenadora Chae! ❞ || MichaengWhere stories live. Discover now