— ¿He hecho algo mal, Mina? — Dice finalmente, volviendo a la realidad.

— ¿Qué? — Frunce el ceño mientras levanta su mirada — Claro que no.

Verla directamente a los ojos se siente como un huracán de emociones que explotan en caos, y Mina está atemorizada

— ¿Entonces? — Se muerde el labio sin apartar la mirada de aquellos ojos que tanto había extrañado — Echo de menos verte llegando tarde con harina en el rostro.

— Oye, aquello solo ocurrió una vez. — Dice con falsa molestia.

— Si tú lo dices — Chaeyoung sonríe, y el caos desaparece para tornarse calma.

Y Mina se da cuenta justo en aquel momento, que no puede huir eternamente. Así que suspira, y afronta a aquello de lo que se había escondido por semanas.

— No debería haberte besado. — Dice con voz baja y una mueca en su rostro.

La sonrisa de Chaeyoung desaparece, y cuando Mina levanta la mirada para afrontar su reacción, casi puede ver un rastro de decepción en aquellos ojos negros.

— ¿No?

Mina niega.

— No estuvo bien, lo siento — frunce el ceño en cuanto las palabras abandonan su boca—. Es decir, no digo que el beso estuviera mal, no es eso, no estoy diciendo que no me gustara ni nada parecido, ya sabes, ¿Sabes?

Chaeyoung sonríe con cariño al verlo tropezar con sus propias palabras. Aquello era tan Myoui Mina, y lo había echado tanto de menos.

— No quería hacerte sentir incómoda — Dice, intentándolo de nuevo y dejando salir un suspiro.

— Nunca lo hiciste.— Chaeyoung aclara, encogiéndose de hombros.

— ¿No? — Mina la mira confundida, sintiendo el caos volviendo a explotar dentro de ella.

— No, Mina — dice, con una sonrisa algo triste —. Estuvo bien, de hecho.

Al escuchar aquellas palabras salir de los labios de la rubia, Mina ya no siente que lo que hay explotando dentro de ella sea el caos absoluto. Ahora, quizás son fuegos artificiales en la noche del 4 de julio.

— ¿Sí? — pregunta, con cierto brillo en sus ojos.

— Bueno, no quiero aumentar más tu ego porque creo recordar que hablábamos de lo narcisista que podías ser...

— Solo soy realista. — Le interrumpe con una pequeña sonrisa avergonzada.

— Si tú lo dices — Ambas sonríen, y Chaeyoung quiere enmarcar la sonrisa de Mina, porque era demasiado preciosa como para verla constantemente. Cree que podría llenar su pequeño apartamento con fotos de la sonrisa de Mina.

— No tenias que esconderte de mi, todavía no he mordido a nadie.— Mina rueda los ojos, pero sonríe. Era reconfortante la forma en la que Chaeyoung estaba llevando la situación, y Mina desearía ser mejor al explicar sus sentimientos para hacerle entender que no huía exactamente de ella

— Tenía miedo de haberla cagado, suelo hacerlo mucho —Dice con una sonrisa un tanto triste—. No quería afrontar una charla incómoda o que tu forma de verme cambiara, así que hice lo pensaba que era más fácil.

— No ha cambiado en lo absoluto— asegura rápidamente, queriendo apartar aquellos pensamientos de la mente de Mina—. Sigo pensando que eres genial, y sigo esperando ansiosa a que llegues a recoger a Haewon unos minutos más tarde con cualquier excusa para que podamos hablar durante unos pocos minutos.

Las mejillas de Mina enseguida se vuelven de color carmesí, y preparar el té deja de ser algo importante. Quiere quedarse ahí, en su cocina con la entrenadora de su hija mientras le dice lo mucho que desea verla y mantener conversaciones con ella. Desea quedarse allí eternamente.

— Siento haber huido — susurra avergonzada, con sus mejillas aún ardiendo—. No ha sido muy adulto de mi parte.

— Esta todo bien — Chaeyoung dice, mirándola con cariño. Queriendo acariciar su mejilla y abrazarla durante toda la noche—. Pero tan solo si me preparas otra vez aquellas galletas tan deliciosas.

— Hecho.

— Y Mina.

— ¿Si?

— El beso, me gustó mucho, de verdad.

Mina siente cómo todo su rostro arde, al igual que su pecho. Parece estar prendido en llamas, y un cosquilleo agradable recorre todo su cuerpo. Son los fuegos artificiales, son las mariposas que se transforman en dragones que prenden todo su interior en llamas.

Es Chaeyoung, que le hace sentir todas aquellas cosas a las que le tiene tanto miedo.

— A mi también.— Susurra, y los ojos de Chaeyoung brillan al escucharla

Y cuando va a abrir la boca para responder, la pequeña Haewon entra en la cocina con la mayor sonrisa en su rostro.

— ¡Arriba, arriba por favor! — Pide, subiendo los brazos en alto para que su madre la tome en brazos.

Es exactamente lo que Mina hace, tomarla en brazos y darle las gracias telepáticamente por interrumpir aquella pequeña burbuja que habían creado.

— ¿No estabas viendo tu película favorita, enana? — Le pregunta, dejando un pequeño beso en su mejilla.

— Sí, pero no podía concentrarme.ㅡDice con el ceño levemente fruncido.

— ¿Y eso porque?

— Quería saber si la entrenadora Chae y tú volvían a ser amigas

Mina y Chaeyoung se miran, y todo lo que la nipona puede hacer es morderse el labio en busca de una respuesta.

— Pues claro que si, Haewon. Te dije que no debías preocuparte.— Chaeyoung responde por ella, sonriente.

Los ojos de Haewon se iluminan en ilusión, mientras su mayor sonrisa se dibuja en sus labios y una gummy smile aparece en su rostro. Suelta un pequeño grito de emoción y alegría, mientras se lanza a los brazos de su entrenadora. Quien para ser honestos, parecía casi tan emocionada como ella.

Sin embargo, Mina las mira mordiéndose el labio con tanta fuerza que casi puede sentir el sabor metálico de la sangre. Rostro inexpresivo mientras el agua para el té pasa a ser un segundo plano.

Haewon no tenía que estar preocupada por su relación con Chaeyoung, pero Mina ciertamente lo estaba.

La forma en la que Haewon se siente con Chaeyoung es casi reconfortante, si no fuera por el hecho de que es su simple entrenadora, si no fuera por el hecho de que el corazón de Mina es caprichoso y quiere con fuerza en poco tiempo.

Si no fuera, porque Mina siempre ha estado tan llena de amor, que ahora le aterrorizaba dárselo a la persona equivocada. Que le pasara aquello que ya le había pasado más de una vez. Que todo el amor que tenia para dar, fuera rechazado y tachado de demasiado.

Mientras ve a su hija en los brazos de su entrenadora mientras le explica porque Tiana y el sapo es su película favorita, Mina sabe que está más jodida de lo que se imaginaba.

Y que esta vez, no habría forma posible de esconderse.

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❝ ¡Entrenadora Chae! ❞ || MichaengWhere stories live. Discover now