Capítulo 35 - Cosas que se ganan, cosas que se pierden.

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El equipo de cifrado tenía la boca abierta.

—Soleil. No pueden restringir el apellido —le dijo Solange —. Aunque no tenía idea que incluso bajo estas condiciones... digo, supuestamente siendo líder de un movimiento en contra... pero...

—¡Wow! Son tontos o el nepotismo está cabrón —dijo Kim con su acento adorable.

—Un poco de ambos —le contestó Solange aguantando la risa, aún cuando Kim se había dedicado a estudiar y aprender suficiente español, aún la agarraba desprevenida cuando usaba groserías o palabras no comunes.

Entraron y tanto Kim como otros de sus compañeros corrieron hacia las computadoras. No podían perder tiempo. Con manos habilidosas teclearon códigos y comandos que Solange no pudo entender.

Ella se quedó cerca de la entrada vigilando. Por primera vez después de su combate con Siria pudo examinar sus heridas. La mayoría ya habían cerrado gracias a la ampolleta de sangre de vampiro, aunque el tenerla aún en su sistema le trajera una ansiedad terrible.

—Ugh... está bloqueado —escuchó a uno de los chicos quejarse.

—Esta también —dijo Kim. Él miró hacia todos lados después de que su computadora misma marcara error varias veces. Como si buscando algo más.

Y entonces sin siquiera escucharlo, Solange sintió un golpe que a cualquier mortal le hubiese destrozado la mandíbula.
Sus compañeros se levantaron de inmediato para ver qué sucedía.

—¡¿Estás bien?! —escuchó a Kim gritarle tras verla girar por el piso.

Fuera de sentirse como una piñata, estaba bien.
—Yo... —dijo Solange levantándose pero cayendo de nuevo como si le hubiesen movido el suelo. El golpe fue tan fuerte que el dolor se le distribuyó a las sienes quitándole la vista por unos segundos.
Pero no tuvo que ver al agresor para saber de quién se trataba. El profesor Deepak, retirado de la cacería y decano de la academia, siempre tenía un ligero aroma fragante, pues meditaba y entrenaba con unas cuantas varitas de incienso.
Era muy raro aún entre mentores y maestros usar fragancias, la mayoría no estaban autorizados, por tanto Solange lo reconoció de inmediato.

—Profesor — dijo Solange apenas pronunciando las palabras tras la hinchazón inmediata de su boca. El profesor no era joven pero sabían de sobra de sus capacidades.

—Esto se termina ahora. Me causa una gran decepción que estén tras este golpe. Espero estén contentos. No tienen idea del daño irreversible que traerá esto. Solo están causando división —dijo él.

Los presentes sintieron un dolor en el corazón en cuanto dijo eso. De todos los profesores, Deepak siempre había sido como un tío buena onda. Estricto pero muy amable y con un conocimiento preciso de su materia. Uno de los mejores profesores de la academia sin duda. Justo después de exterminar a la Corte, sí, había sido de los profesores que habían hecho muchas preguntas sospechosas, pero siempre asumieron que lo hacía porque lo obligaban a, nunca pensaron que de verdad apoyara al sistema.

—¿Nosotros? —por primera vez Kim lo miraba de forma retadora —. Esto no estaría sucediendo si no quisieran controlarnos como sus marionetas, ¿no les satifacen nuestras vidas? ¿Por qué quieren también nuestra voluntad? Se han dejado caer en lo peor, se han convertido en villanos.

Solange quiso decir algo para apoyar aquello pero el golpe solo le permitió balbucear cosas incoherentes por unos segundos. Los otros chicos, aprovechando el drama, volvieron a las computadoras.

SolangeWhere stories live. Discover now