💕YOU ARE MY LIFE💕

💕CAPITULO 71💕

Originalmente quería continuar de todos modos, pero tan pronto como se movió, Xiao Zhan gritó de dolor; rápidamente, comenzó a sacarlo, ese grito de Xiao Zhan ¡casi lo mata!

En ese momento, Xiao Zhan no estaba mejor que él. Cuando Yibo había metido su miembro, sentía excitación y dolor; cuando el miembro se movió dentro de él, sintió una dulce tortura, y no tenía a donde ir.

- No... No te muevas, solo haz esto... ¡Dije que no te muevas!

Xiao Zhan sostuvo el lavabo con ambas manos, sus ojos llenos de lágrimas gracias a la cebolla, con esa apariencia y con su voz lastimera, el miembro de Wang Yibo se hizo más grande.

- Joder... Pavo real, ni creas que te escaparas y me dejaras, así como esa vez en el resort.

Wang Yibo, que había aprendido una lección ese día, sabía desde hacía mucho tiempo lo astuto que era ese pavo real y pensaba que justo ahora estaba usando un "truco" para engañarlo de nuevo.

Tocó la cabeza de Xiao Zhan y besó la comisura de su boca como si tratara de tranquilizarlo, mientras se movía lentamente; bajó la cabeza y comenzó a besar su pezón, dejando un rastro húmedo.

- ¡Él... realmente no quiero! Yibo, ¡maldita sea, déjame ir! No, no hagas esto...

Xiao Zhan estaba realmente asustado por el dolor que cada vez se volvía más agudo, tenía mucho miedo de lastimar el pequeño chícharo en su estómago e intentó alejarse, hasta pateó el hombro de Yibo.

En este momento, Wang Yibo lo estaba besando desde sus costillas hasta su estómago. Originalmente, quería llegar hasta el miembro de Xiao Zhan, para hacer que se relajara, pero cuando sus labios recorrieron su abdomen, se detuvo de repente.

Una vez que el miembro duro salió de su cuerpo, Xiao Zhan finalmente dio un suspiro de alivio. Se reclinó en la pared y jadeó, pero escucho que Yibo le decía.

- Zhan, tu barriga... ¿Cómo es que engordaste tanto?

Si esta frase hubiera sido dicha entre amantes normales, hubiera sido algo vergonzoso, pero ellos no eran esos amantes normales. Xiao Zhan obviamente no sabía cómo lidiar con esto, abrió los ojos y abrazo su estómago inconscientemente.

- ¿Qué... de donde estoy gordo?

En su rostro no mostraba nada, pero su corazón latía con mucha fuerza. Afortunadamente, su vientre no es tan grande como el de las mujeres, ahora solo se ve un poco más hinchado y ya no se ven tan marcados sus músculos abdominales. La mayoría de la gente no pensaría en nada más, pero sí Wang Yibo se enterará de lo que estaba pasando, no sabría qué hacer.

Los ojos de Yibo estaban medio entrecerrados y su palma tocó su estómago a pesar de la reacción de Xiao Zhan, no hubo ninguna reacción en el vientre, era como si solo fuera grasa acumulada.

- Zhan, ¿me estás ocultando algo?

Xiao Zhan temía que el latido de su corazón lo delatara, se levantó y saltó del lavabo, con una mueca de desprecio en su rostro.

- ¿Por qué estás tan paroico como una chica? Estoy cansado y no quiero hacerlo. ¿En qué estás pensando?

Mientras juntaba su ropa, apenas se atrevió a mirar a los ojos de Wang Yibo, se dio la vuelta, listo para salir, pero su brazo fue atrapado de repente.

Yibo lo arrastró hacia atrás con ojos afilados, como si quisiera ver a través de él.

Normalmente, Xiao Zhan no tenía miedo a nada, y mucho menos enfrentarse a Wang Yibo, pero en ese momento, estaba escondiendo algo y se sentía asustado, de sus palmas salía un sudor frío.

Justo cuando su conversación estaba en un punto muerto, un timbre irrumpió en la cocina. Xiao Zhan suspiró aliviado, su espalda ya estaba medio mojada de sudor.

- Mi teléfono, debo contestar. Hablaremos de esto más tarde.

Finalmente había encontrado una excusa para huir, estaba agradecido por esa llamada, pero antes de que pudiera escapar, de repente fue detenido por Yibo y no pudo evitar que tomara su teléfono y viera el nombre que aparecía en la pantalla: Bible.

«Bible, de nuevo...»

El rostro de Yibo se hundió, tomó aire y le devolvió el teléfono a Xiao Zhan.

Xiao Zhan no quería permanecer bajo su mirada ni un segundo más. Salió corriendo de la cocina sin decir una palabra mientras sostenía el teléfono. Yibo se quedó allí, mirando su espalda y su estómago ligeramente curvado, y frunció el ceño ligeramente.

«¿Será lo que creo?»