Capítulo 3

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Aemond estaba muy enojado e irritado con Baela

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Aemond estaba muy enojado e irritado con Baela. La maldita había descubierto que él tenía sentimientos por Daena y ahora se veía como un estúpido niño enamoradizo y débil ante sus ojos.

Y no es que a él le importara particularmente lo que Baela opinara sobre él, pero estaba seguro que así no era como quería se percibido por la chica. No quería que nadie pensara que él era un tonto que vivía mirando a una mujer que ni siquiera se daba cuenta de eso. No quería que las personas lo percibieran como un tonto.

En ese momento estaba preparándose para el estúpido torneo que harían en honor a su sobrino mayor. Le importaban una mierda los torneos, y pensaba que no demostraban para nada si eras un buen guerrero, pero si podía aprovechar la oportunidad para dejar en ridículo al bastardo lo haría, sobre todo ante los ojos de Daena.

Aunque le hubiera gustado que el idiota de Lucerys Velaryon participara, y así derribarlo y humillarlo frente a todos, Rhaenyra no lo había permitido, alegando que uno de sus hijos ya estaba en representación de su casa y su familia.

Niño estúpido, pensó, siempre escondido tras su madre.

- Será fácil de derribar - escuchó que un caballero murmuraba cuando lo vió pasar - Después de todo tiene un punto ciego.

Escuchó como varios de los hombres comenzaron a reír por lo bajo. Los observó fijamente a todos, dándoles a entender que los había escuchado. Ellos bajaron la mirada intimidados por el príncipe.

Al menos ya sabía a quien elegiría como su primer oponente.

Cuando estuvo listo, se dió cuenta que debía pedirle el favor a alguien. Carajo, no había pensado en eso. No sabía a quién pedírselo, ya que si elegía a alguien al azar su madre seguramente haría que se juntaran después buscando algún matrimonio para una alianza conveniente. Y aunque le gustaría pedírselo a Daena, sería incómodo porque si Baela lo veía pidiendo el favor de la chica quedaría nuevamente como un tonto enamorado que no puede comprender cuando no lo quieren.

Y la verdad es que ya había sido suficiente con delatarse delante de ella una vez.

Pero no sabía que hacer. Y cuando vió al bastardeo de Jacaerys vestir los estandartes Targaryen y Velaryon como si lo mereciera y cuando escuchó que fue presentado como el heredero al trono después de Rhaenyra, sintió rabia. Todas esas cosas les pertenecían a ellos. El trono debería ser de Aegon, no de Rhaenyra. Y ellos ni siquiera deberían vestir los estandartes Targaryen o Velaryon, solo eran bastardos.

Entonces se decidió a molestarlo, le pediría el favor a Daena para que él no pudiera pedírselo primero.

- Sería muy afortunado de tener el favor de Lady Daena Hightower, sé que si tengo su favor saldré victorioso - dijo cuando se acercó al palco real.

Sintió como su madre lo miraba severamente, ya que Aemond sabía que nunca aprobó los sentimientos del chico hacia la chica.

Daena por su parte dudó un momento pero luego se puso de pie tomando una de las coronas de flores que había a un costado y acercándose a Aemond para ponerla en su lanza. Pero cuando lo hizo no lo miró a él, sino que miró a los caballeros que estaban esperando su turno atrás de Aemond, y él no tenía que voltear para saber a quien estaba mirando.

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⏰ Última actualización: Feb 10, 2023 ⏰

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