Después de unas fotos con Aria y la familia me fui hacia el principio del pasillo de flores que había en el jardín marcando el recorrido hasta el señor que iba a realizar la ceremonia. Carraspeé mirando a mi alrededor observando a toda la gente que ya permanecia sentada en sus asientos, estaba por comenzar la boda y Raynard debía de venir ya para entrar conmigo. Jakob estaba al pie del altar de rosas blancas nervioso, le dedique una sonrisa a lo que me respondió con un asentimiento. Cuando escuche un "chss" gire la cabeza observando a Kaito y Daiko sentados en una esquina, este ultimo me guiño un ojo provocando que soltase una carcajada.

Este chico nunca cambiara.

-        Algún día le arrancaré la cabeza. – El acento alemán de una persona en particular amortiguo mi cuello provocando un escalofrío.

Me medio giré para quedar cara a cara con él, el aire se quedo atascado en mis pulmones cuando lo vi por completo. Trague duramente la saliva que se había formado en mi boca sin poder formular una maldita palabra. Raynard estaba increíblemente sexy y guapo. Su traje negro ceñido con una corbata del mismo color rojo de mi vestido le quedaban de escándalo.

-        No creo que... - Carraspeé. – que sea necesario. – Mi estúpida tartamudez provoco una sonrisa ladeada de su parte.

-        Estas preciosa, hübsch. – Sin poder evitarlo me sonroje.

Joder, me estaba mirando de una forma tan potente que en cualquier momento mis piernas dejarían de funcionar y me metería un buen tortazo contra el suelo. Aprete los labios intentando pensar con claridad que decirle.

-        Tu también estas muy bien. – Alzo una ceja con una sonrisa socarrona.

Aprete los puños a ambos lados de mi cuerpo. El vestido que Aria me diseño era perfecto, ella me conocía mejor que nadie, tanto mis medidas como mis gustos, su arte era incuestionable. Me sentía sexy, segura, una mujer dispuesta a todo, pero ahora con Raynard mirándome así, sentía como todo eso se iba a la mierda.

Una campanas dieron el aviso de que todos los invitados se pusieran de pies, suspire tranquilizándome. Raynard puso su brazo de forma que pasase el mío con el de él, le mire fijamente unos segundos antes de pasarlo. Su otra mano se posó en la mía creando el famoso escalofrío que solo él había sido capaz de provocar en mi maldito cuerpo hormonado.

La canción dio pie a que comenzásemos a andar hacia el altar y en aquel momento no pude mas que imaginarnos a nosotros dos casándonos algún día, que el fuera quien me esperaba en el otro lado con una enorme sonrisa y las ganas de pasar la vida juntos. Aprete los labios cuando un puchero amenazaba con salir, solté levemente el aire por mis labios con la mirada fija en el frente. Un apretón se hizo en mi mano cuando llegamos, mire hacia otro lado separándome de Raynard para así colocarme en mi sitio a la espera de que mi amiga apareciera del brazo de su padre. Podía sentir la mirada de Raynard encima de mí, sin embargo, luche con todas mis fuerzas para no mirarle.

La música ceremonial se puso mucho mas alta dando la entrada de mi mejor amiga acompañada por su padre, me mordí el labio inferior con una enorme sonrisa y sin poder evitar que mis ojos se cristalizasen, caminaba tan segura de si misma que me encantaba verla así. Escuche una risa a mi izquierda viendo como Jakob le sonreír mientras se limpiaba un par de lágrimas rebeldes.

Dios, esto era tan bonito.

Aria me dio su ramo que agarré sin dudar, nos dimos un pequeño abrazo antes de que se pusiera frente a su futuro marido.

Mire a Raynard después de mucho luchar dándome cuenta de que mientras el cura hablaba sus ojos estaban fijos totalmente en los míos. ¿Estaría pensando en un futuro donde nosotros estuviésemos en la situación de nuestros amigos? Me limpié un par de lagrimas que cayeron sin poder detenerlas. Miré de nuevo a los novios atenta a todas las palabras que el señor les decía hasta que llegó la entrega de alianzas.

El Ángel del Diablo. | II DIABLO |Where stories live. Discover now