XI

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Capítulo 11: La gota que colmó el vaso

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Capítulo 11: La gota que colmó el vaso.

Oliver

El amargo sabor de la resaca me mantiene en cama desde que llegué después de salir de Underground, el local que regento desde los 17, a las 5 de la mañana. Me siento mareado, la cabeza me martillea y tengo la boca pastosa a pesar del agua que estoy bebiendo como si fuese un camello. Sé que aún estoy ebrio, la habitación me da vueltas y estoy preocupado, pero de la misma manera del viernes, sábado y domingo cuando me reuní con mis amigos.

—¿Oliver? 

No hay forma humana de que me levante de la cama y vaya a Castellar, no cuando mi cerebro me tortura recordándome que mi querido amigo Louis se negó a responder una simple pregunta.

Tantos años siendo amigos y, cuando más le necesito, me da de lado, justo ahora. No quería conocer todos los detalles de su historial médico, lo único que me da interés es saber si está o no está embarazada. Me creo con todo el derecho del mundo de preguntar y más al recordar el preservativo roto que apareció en la habitación del hotel.

—¿Entonces?

—Entonces, ¿qué?

—¿Está o no está embarazada?

Louis se posó el vaso de cristal contra los labios negándose a responder mientras la música se alzaba sobre nosotros a medida que avanzábamos en Underground. El gentio me molestaba y no estaba acostumbrado a no conseguir todo lo que quería, pero desde que ella había aparecido en mi fiesta me estaba saliendo todo mal. ¿Era una especie de castigo por ser tan hijo de puta?

—¿Por qué no se lo dices y ya? —Intervino Gio, no por mí, sino porque él que se moría de ganas de conocer el chisme completo.—¿No ves que nuestro amigo está sufriendo?

—Tampoco es...

—Sufriendo, sufriendo —el italiano pasó la mano por mi cuello e inclinó mi cara como si quisiera demostrar el punto —. ¿Ves, Louis?

—¿Habéis oído hablar del secreto profesional?

—Pero nosotros no vamos a decir nada, ¿verdad? Me codeó el italiano y le di la razón.

—¿Puedes ayudarme?

Vi como mi amigo dudaba, se estaba ablandando y era muy probable que me diera la respuesta que tanto ansiaba.

—Pásate el lunes por mi consulta, veré que puedo hacer.

El recuerdo desaparece cuando escucho unos incesantes ruidos contra la madera de mi puerta. Giro la cabeza hacia un lado, el reloj marcan las 8, no he dormido ni tres horas y no quiero ser molestado. Ignoro todo, los golpes y las llamadas de Nana para que me levante.

Cierro los ojos y quiero dormir, necesito descansar o al menos quedarme echado mientras no me preocupo por nada de Castellar. No me necesitan, todos tienen sus tareas asignadas y saben qué deben hacer, e incluso en la peor de las situaciones Nate puede sustituirme hoy.

Millionaire: Un embarazo inesperado #1 [BORRADOR]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora