~• Capítulo 4 •~

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Ya era el latigazo número 34. Pero no se atrevió a soltar ningún quejido. El látigo había sido modificado para que le doliera aún más, agregándole púas y kairoseki. Su cuerpo sangraba por todos lados. Una risa burlesca se escuchaba a su lado, pero no le prestó atención. Esto no era más que un pequeño detalle para salvar a sus nakamas, eso era lo que repetía en su mente.

Luffy había buscado por todo el bosque, pero no logró llegar a encontrar 120 conejos. 79 fue su cómputo final. No tuvo más remedio que volver a dónde se encontraba Skyp y su gente. Habían pasado 23 horas desde el inicio hasta que volvió. Aunque eso no le agradó al "jefe".

-¡Señor, Mugiwara se encuentra en la entrada!- le avisó un sujeto.

-Oh, vamos a divertirnos un rato, ¿Les parece, hombres?- dijo Skyp mientras se levantaba.

Todos salieron de la casa para encontrarse con un chico semi congelado, medio muerto de hambre y con un inmenso saco al hombro.

-¿Ya volviste? No creo que hayas conseguido los 120 que te pedí.

-No, n-no los conseguí...- Luffy tiritaba tanto que apenas podía hablar.

-Vaya inútil, ¿No eres capaz de hacer una tarea tan simple como esa?- dijo Skyp con ira- ¡Eso no es nada más que una falta grave contra mi palabra! ¿sabes lo que significa, no es así? ¡Tus nakamas pagarán por tu inutilidad!

Unos hombres lanzaron a Luffy al suelo, sujetándolo. Skyp tomó lo que parecía un látigo con unas cosas filudas en el extremo y salió en dirección a la casa de Gront, dónde estaban los Mugiwaras. Sin embargo, no logró si quiera dar cuatro pasos.

-¡E-espera!- Luffy había tomado el pie de Skyp, sujetándolo con firmeza- ¡Esto no es justo, no habían más conejos de este lado de la montaña!

-¿Crees que eres el indicado para hablar de justicia, pirata?- le respondió con desprecio, para luego pisar la mano del pelinegro, aunque no lo soltó.

-Yo... ¡Yo tomaré el castigo por ellos!- habló con decisión.

Skyp sonrió.

-Bien, pero tomarás diez latigazos por cada unos de ellos.

-Hecho.


~~~


Luffy colocó su mano encima de sus ojos por la cantidad de luz que le llegaba directamente. Recién despertaba desde que cayó inconsciente por la fatiga, el cansancio, el hambre y el dolor.

-Será mejor que no te muevas.

-¿Mm?

-Eso dijo el viejo Gront.- un chico de no más de 14 años y de pelo castaño revolvía unas cosas y hierbas en unos frascos- Le dejó sus saludos "al joven Rey".

-¿El viejo estuvo aquí?- Luffy preguntó, luego se fijó en la situación- ¿Dónde es aquí? ¿Y quién eres tú?

El chico se dio la vuelta hacia Luffy y luego se sentó en un banquito para empezar a pelar una papa.

-Luego de la paliza que te dieron Skyp y su gente, te lanzaron a la cima del barranco costero, esperando que algún animal o algo te comiera. Lamentablemente, pasé yo por el lugar y no te pude dejar a tu suerte, así que te traje aquí a mi casa.- el chico suspiró mientras cortaba rodajas de papa- Luego llamé al doctor y resultó ser que te conocía. Me llamo Cohur.

-¿Como Yogurt?- preguntó Luffy.

-Como Cohur simplemente.- se paró de su asiento y comenzó a colocar las rodajas de papa en la frente del pelinegro, cambiando otras que ya tenía antes.

-¿Qué haces? Las papas se comen, ¿Sabes?

-Cállate y no te muevas, esto es para quitar la fiebre.

-¿Tienes comida?- preguntó Luffy entusiastamente.

-Debe estar por llegar.

-¿Por llegar?- preguntó confundido Luffy- ¿Quién?

-La comida.

-¿...?

-De forma resumida... Skyp es quien nos da los alimentos.- dijo Cohur.

-Oh, entonces... ¿Es bueno contigo?

-Para nada. Lo único que esperamos es su muerte.

-¿Por qué?

-El nos da la comida, pero porque no nos permite cultivarla o comprarla de algún lado. Nos mantiene con dos alimentos diarios. El de medio día que es una sopa, y el de la noche que es un medio pan.

-¡Eso es horrible!- Luffy recordó haber comido la sopa del doctor- Sanji estaría furioso...

-Eso no es asunto de ustedes. De cualquier modo, ¿Cuándo se irán de aquí?

-Cuando mis nakamas despierten.

-Quizá tengas que irte antes de eso.- habló con indiferencia.

-¿Qué?

-Eres un Yonko, ¿No?- Luffy lo miraba serio, así que Cohur siguió hablando- Daría lo mismo si pierdes a estos tripulantes, en cuanto hables, cientos de piratas querrán estar a tus órdenes.

-¿De qué estás hablando?- Luffy se había puesto de pie- Mis nakamas son irremplazables, ¡No podría dejarlos a su suerte aquí!

-¿Un pirata como tú dando discursos de moral y ética?- Cohur lo miró con aburrimiento- No bromees.

-No, ¡Tú deja de fastidiar!- Luffy lo tomó de la camisa desafiante- ¡¿Qué mierda importa que sea un pirata?!, ¡Ellos son mis nakamas!, ¡Y eso no va a cambiar!

-¡Baja la voz, imbécil!

Cohur saltó y le tapó la boca a Luffy, desequilibrando al mayor y lanzándolo bajo la cama.

-¡Mocoso, tu comida!- un hombre puso un plato junto a la puerta de la casita (que por cierto era de unos 6 metros cuadrados), para luego darle una patada a la puerta y traspasarla un poco.

-Tsk. Gracias.- Cohur salió para tomar el plato y volvió a entrar.

Luffy estaba sentado en la cama mientras observaba al chico volver con el plato. Al momento de estar junto a él, Cohur le ofreció la comida a Luffy.

-Eso es tuyo. Dijiste que no tenías otra cosa que comer, ¿No?- Luffy rechazó el almuerzo.

-Deja de hacerte el bueno, solo come.- Luffy estaba babeando, pero aún así se negaba.

-No quiero.

Cohur se dio la vuelta y sacó un plato de un mueble, vertiendo la mitad de la sopa en él.

-Ten.

Luffy tomó el plato y luego sonrió feliz y agradecido.

-¡¿Ya te lo comiste?!

-Sí.

-¡¿Y dónde está el plato?!

-Eeh... ¿Q-quién sabe...?

-¡Que pésimo mentiroso!

-...

-Espera... ¡¿Te comiste el plato?!

-Shishishi, estaba bueno, aunque le faltaba un poco de sal.

-Jajajaja, hombre, el viejo Gront tenía razón.- por fin se rió Cohur- Eres bastante singular.

-Entonces, Yogurt, si le pateo el trasero al tipo ese, ¿Tendrás más sopa?

-Que manera más simple de decirlo. Mírate, estás peor de lo que estoy yo... y eso ya es mucho decir.

-¡Soy muy fuerte!- le aseguró Luffy- Solo esperaré a que mis nakamas despierten y entonces podré devolver el favor a ti y al viejo. ¡Sanji hará unas sopas mucho más deliciosas!

Luffy y Cohur estuvieron hablando de distintas cosas durante mucho tiempo. Eso hasta que escucharon un ruido afuera.

-Oye, tenemos que salir de aquí.- dijo Luffy saltando de la cama.

-¿De qué hablas?

-Son ellos. Quemarán la casa.- Luffy había usado su haki para ver lo que sucedería- ¡Debemos salir ahora!

-¡¿Quemarán la casa?!- Cohur se exaltó, pero de inmediato volvió a si mismo- ¡Ven, sígueme!

El de pelo castaño corrió la cama y abrió una trampilla similar a la de Gront.

-¡Oh, los túneles de conejo!

-¿Túneles de qué?- pero entonces comenzó a salir humo- ¡Solo entra, vamos!

Una vez abajo, cerró la trampilla y salieron corriendo hasta llegar a otra trampilla. Al subir, estaban junto a los Mugiwaras nuevamente.

-¡Chicos!- Luffy saltó junto a ellos- ¿Aún no despiertan?

-Lamentablemente aún no, joven Rey.- habló la voz de Gront.

-¡Oh, viejo!

-Sigo sin entender, ¿Por qué joven Rey?- preguntó Cohur.

-Estás frente al futuro Rey Pirata Luffy, Cohur. Deberías respetar un título así de grande.- habló con tranquilidad.

-Que estupidez. Como sea, estaré durmiendo en tu pieza, no molestes.

-Bueno...

Luffy observó a Gront mientras él miraba a Cohur, pues nuevamente sentía lo mismo.

-Viejo, ¿Por qué estás triste otra vez?- preguntó Luffy.

-Chico, en serio deberías dejar de hacer eso...

-Lo siento.

-Bien, te lo explicaré. Hace unos cuatro años atrás, esta isla era gobernada por una reina muy gentil y carismática.- decía mientras se sentaba en la camilla de Chopper- Y durante ese tiempo, Skyp era un aventurero junto a su tripulación.

-¿Era pirata?- preguntó Luffy, mientras se sentaba en la camilla de Zoro.

-No, solo era un aventurero. Pero ese fue el problema. Skyp fue encarcelado por la venta ilegal de armas, haciendo que la mirada del gobierno mundial recayera en nuestra isla. La reina le debía unos cuantos favores a Skyp por sus viajes, por lo que decidió soltarlo bajo vigilancia, pero ese fue un gran error. Cuando el mocoso se vio en libertad, acusó a la reina de piratería y luego destruyó a varios buques de la Marine, para después inculparla a ella y sus soldados.

-¿Y él quedó de rey?

-Como el gobierno mundial desafilió a nuestro pequeño reino, quedamos en un completo desorden. Finalmente Skyp y sus seguidores llegaron al poder. Aunque del otro lado de la montaña, aún queda una pequeña resistencia que le impide gobernar todo el territorio. Yo formé parte de esa resistencia en algún momento.

-¿En serio? ¿Y por qué estás aquí ahora?

-Vivíamos en lo más bajo del pueblo de la resistencia, éramos mi hermano, mi cuñada, mi sobrino y yo. Pero... mi hermano nos traicionó y entregó parte del pueblo a Skyp. Esa noche solo pude salvar a mi sobrino, pues los hombres de Skyp mataron a todos, incluso a mi hermano. Pero mi sobrino no entendió eso, él piensa que dejé morir a sus padres y por eso me odia.

-¡Pero tú lo salvaste!

-Eso da lo mismo... Cohur no lo entendió de esa manera.

-¿Qué tiene que ver Yogurt en todo esto?

-¿Yogurt...?- Gront se rió a carcajadas- Cohur es mi sobrino.

-¡¿Él?!

-Sí.

-Oh...

-Pero eso es cosa sin importancia ahora mismo.- dijo Gront mientras revisaba sus apuntes- Tus nakamas... realmente son bastante resistentes, parece que despertarán antes de lo previsto.

-¡Claro que lo son!- dijo Luffy orgulloso.

-Y por otro lado... tu no deberías poder ponerte de pie con todas esas heridas descubiertas... no sé si impresionarme o regañarte.

-Shishishi, no importa.- Luffy sonrió con calma.

Gront se levantó y salió de la habitación, pues habían tocado la puerta. Luffy iba a hacer lo mismo, pero al momento de levantarse, sintió el agarre de su camisa. Al girarse, vio a Zoro sujetando su camisa mientras luchaba por decir algo.

-Luf... cough...- Zoro trataba de hablar.

-¡Zoro! ¡¿Despertaste al fin?!- Luffy agarró la mano del peliverde, haciendo fuerza en ella.

-...cough...

-¡ABRE LA PUERTA!, ¡SABEMOS QUE ESTÁ AQUÍ!- los gritos de afuera alertaron al pelinegro.

-Zoro, escucha.- Luffy sabía que Zoro estaba prestando atención a sus palabras, aunque no pudiese confirmarlo- No te preocupes, ¿Bien? Solo voy a cumplir con un pequeño trato... ya sabes, soy sinónimo de desastres, ¿Recuerdas?

-No...- Zoro intentaba hablar, pero sus esfuerzos no daban resultados.

-Cuando despierten todos, no dejes que ninguno vaya a buscarme. Tampoco vayas tú. Te perderías shishishi.

-¡Chico, debemos salir de aquí! ¡Vamos!- Gront entró y abrió la trampilla para escapar.

-¡Mierda!- Cohur entró corriendo a la habitación- ¡Viejo, están incendiando la casa!

Luffy ayudó a bajar las camillas de sus nakamas, luego esperó a que bajaran el viejo y el Yogurt. Cuando finalmente no faltó nadie más que él, cerró la trampilla y la aseguró trancándola con un mueble.

-¡¿Qué crees que haces?!- Cohur trató de abrirla, pero le fue imposible.

-¡Muchacho, no puedes-

-Viejo, prometiste que los cuidarías, ¿No es así?- dijo Luffy, mirando hacia la puerta que los de afuera trataban de abrir.

-Cuando un rey se deja caer, todos sus soldados se dan por perdidos. ¡¿Qué crees que pasará cuando despierten y ya no encuentren a su capitán?!- habló Gront.

-Ellos sabrán que hacer. Además, no moriré aquí, viejo.

-Iremos al otro lado de la montaña, ¡Debes venir ahora!- le gritó Cohur.

-Iré en cuanto pueda.

-Con esas heridas y con tu estado actual... no serás capaz de derrotarlo. Te volverán a torturar hasta el borde de la muerte, desearás la muerte como una solución en ese momento... ¡¿Y me dices que no te importa pasar por ese infierno por estas 9 personas?!- le gritó Gront.

Luffy que aún mantenía su mirada en la puerta principal, se quedó un par de segundos completamente quieto. Finalmente miró fijamente hacia el túnel y al anciano que le había gritado. Luffy solo le sonrió como respuesta, luego salió corriendo al lado de la puerta principal.

-¡Hey, vuelve, imbécil!- gritó Cohur.

-¡...!- Gront había quedado en un leve shock cuando el pelinegro sonrió.

-¡Oye, viejo!, ¡Ayúdame a abrir esto!

-Nos vamos.- sentenció el anciano.

-¿Qué?

-Nos vamos he dicho.

-¡¿Piensas que dejaré atrás a otra persona por tu orden?!- le gritó Cohur.

-¡No es mi orden la que tomó esta decisión!- gritó Gront mientras tomaba las camillas y las empujaba.

-¡No me digas! ¡¿Y de quién es entonces?!

-Ese chico, cuando sonrió... estoy seguro de haber escuchado que respondió a mi pregunta con un "No, no me importa." - respondió el doctor.

-¡¿Y entonces quieres que siga la orden imaginaria de tu "joven Rey"?!

Gront se detuvo y se volvió para mirar fijamente a su sobrino. Sus ojos tenían lágrimas de impotencia. Cohur detuvo su rabia de golpe.

-No fue la orden de un rey.- habló el anciano- Es la determinación de un capitán.

Cohur quedó estático ante las palabras del viejo. Al instante tomó las camillas y se puso a empujarlas.

-Bien, no hay tiempo que perder.- le sonrió a su tío.

Mugiwara no Luffy: Los sacrificios del capitán.Where stories live. Discover now