—Jamás te atrevas a darme ordenes, puta de mierda. — sentencia y sonrió pasando mi lengua por mi mejilla interna.

—Tal vez ellos crean que tu eres su dueño, — hablo apretando los dientes cuando me entrega otra bofetada— , o su estúpido "rey"— rio suave, escupiendo sangre —, pero para mí eres una mierda que estorba en este mundo y que pronto destruiré con gusto.

—Mi querida... — se acerca a mi rostro y veo con claridad sus ojos azules llenos de maldad, deseo de sangre, de asesinar y ganas de ejercer dolor. Son sus demonios que desean someterme, pero me niego. Suficientes tengo con un imbécil que trato de olvidar. — , soy eso y mucho más. Me gusta las mujeres fuertes, determinadas y decididas, no tienes ni idea cuando duro me estas poniendo. Desde este momento me sentencio como tu rey, Pakman, tu dios Perùm y tu jodido dueño, o mejor dicho tu todo.

«Todo»

Mi respiración se altera y la cabeza me da vueltas. Maldita palabra, detesto esa palabra. Alek vuelve a darme otra bofetada en el rostro, asiéndome ver hacia la ventana donde veo caer la nieve con lentitud. No me duele los golpes físicos, sino los internos que me hace sin darse cuenta de ello.

—Bien, comencemos malysh que no tengo mucho tiempo.

Respiro y ahora entiendo que hace la mujer enfrente mío en mí misma posición. Necesito salir de aquí, necesito sacar a mi hermana y correr lejos de este imbécil de mierda.

—¿Quién te mando? —pregunta dando vueltas por la habitación enorme donde nos encontramos.

—Púdrete. — escupo con coraje y dolor.

—Bien —sonríe y se posiciona enfrente mío dejándome visto de la mujer y el. Estira el cuero y hace un sonido en el aire cuando lo parte para impactar. Mi corazón se paraliza cuando el látigo impacta en su cara dejándole una herida grande. —, es un placer para mi hacer un poco de ruido en esta habitación tan silenciosa.

La mujer llora y suplica.

—Mi rey, piedad... — solloza y me hacen lagrimas del coraje, pero me niego. —, puedo servirle, majestad por favor...

Impacta de nuevo en ella y cierro los ojos, sintiendo como el dolor se produce en mi al escuchar gritar y llorar. Tiene una familia maldita sea, es madre, tienes dos bebes en casa esperando por ella, y está aquí pagando mis errores que pronto le costaran su propia vida.

—¡Mira! — grita Alek tomando mi barbilla hacia la mujer, esta sangrando del rostro y del brazo—, esto lo haces tú por desobediente. —determina y niego derramando lágrimas, no hay nadie para ayudarme —, y esto lo haces tú con tu rebeldía. — miro hacia donde me indica y casi vomito al ver su erección grande mientras azota a una mujer como si fuera un animal, y no un ser humano.

—Empecemos de nuevo... — me suelta y vuele a estirar el látigo el aire haciendo ese ruido que cala mi alma—, ¿Quién te mando a mí?

—Primero muerta... — niego y vuelve a escuchar el impacto del látigo en la mujer. —, ¡Déjala en paz, golpéame a mí! — grito con todas mis fuerzas.

—No. — azota de nuevo a la mujer. — Eres resistente, pero muy débil con el dolor de los demás, así que dime malyhs, ¿Hasta dónde lo soportaras y que pasaría si traigo a su hija de tres años y el niño de cinco?, lo descubriremos.

Maldigo cuando la mujer se retuerce y llorar pidiéndome que la ayude, pero no tengo manera. Implora con dolor que no toque a sus hijos, pero este ríe más azotando como si fuera un yegua. Solo necesito una oportunidad, necesito salir de aquí..."

MI NECESIDAD OSCURA [EN EDICIÓN]Kde žijí příběhy. Začni objevovat