UNA ESPERANZA Y UN POEMA ROTO

20 1 2
                                    


Hoy he estado pensando en la esperanza, yo la defino de la siguiente forma:

Esperanza:

La distancia prudente entre dos... (personas, objetos, planetas, sistemas solares, átomos, electrones y neutrones... etc.) que hace que puedan estar juntas solo por el hecho de querer alcanzarse.

Es decir, en realidad no están juntos, tal vez jamás lo estén, pero lo que los mantiene vivos, en movimiento, en acción y reacción es, precisamente, el hecho de querer estar algún día, el uno junto al otro.


A eso se le suele llamar, química, atracción, magnetismo.

Para mí la esperanza es el magnetismo que sostiene la vida.


Para mí la esperanza es eso que hace que el corazón lata más rápido y todo nuestro sistema entre en movimiento, es decir, se sienta vivo, quiera estar vivo.

Con este resiente descubrimiento en mi vida, sé de dónde proviene la chispa que a veces me alienta. La chispa que me lleva a escribir, no es lo que tengo, sino dónde estoy. Si estoy a la distancia suficiente de algo, entonces hay esperanza, entonces hay química, hay magnetismo. Se mueve la vida, hay inspiración.

Eso me lleva a pensar que ideas como el amor, la felicidad, no existen. No existen como las pensamos, sino que existen en ese espacio vacío donde la imaginación lo hace posible de infinitas formas.

Sigo pensando, sigo filosofando sobre algo que he encontrado y que me tiene maravillada. Ese espacio vacío, ese silencio, esa esperanza de lo que no tengo, pero sé que está a unos pasos de mí.

La tentación de vencer el magnetismo, la tentación que algún día llegará porque, sé, sabemos, que algún día pasará. Algún día esa esperanza será tan fuerte que la única acción inevitable es estar ahí, tan cerca, frente a frente, tal vez encima de aquello que tanto nos atraía y, entonces empezará otro camino.

Continuo...

Por ahora, me quedo anonada, encandilada con la idea de la esperanza.

Estaba leyendo unas páginas anteriores de este diario en las que hablo de la desilusión, supongo que esas páginas deberían venir después porque ¿qué hay después de la esperanza?, igual que el título de uno de los libros de Rosa Montero: "La loca idea de no volver a verte".

Viene la muerte. Viene la pérdida, de todo el camino que recorrimos, de todo lo que sentimos y que luego tiende a desaparecer, entonces solo nos queda volvernos a ilusionar, volvernos a magnetizar, volvernos a esperanzar.

Ahora, imaginen que también somos la esperanza de alguien más.


Quédate ahí un momento más por favor, aún no te acerques, déjame disfrutar mientras mi esperanza se va convirtiendo en deseo, mientras mi piel presiente tu cercanía, mientras mis labios se humedecen preparándose para una realidad que han estado esperando. Pero aún no por favor, aún no seas esa realidad. Sigue siendo mi esperanza, déjame aún disfrutarte a esta prudente distancia donde mi corazón late fuerte, me impulsa, pero aún tengo el control.

Déjame olerte desde lejos, déjame sentir los años de espera que ahora se han convertido en unos pocos centímetros, quédate ahí, aún no avances por favor.

Déjame tener el valor de mirarte a los ojos y saber que eres aquello por lo cual mi corazón ha estado palpitando, al principio, sin saberlo.

Déjame ser consciente de que ahora te veo, de que ahora creo conocerte, de que ahora parece que me miro en ti. Déjame disfrutar este instante en donde se me es permitido mirarte, porque luego... Luego cerraré los ojos solo para desparecer en ti y sentir como tú desapareces en mí, porque luego, ya no habrá diferencia, luego, la esperanza habrá muerto.

Pero por ahora, no quiero que muera. Quiero seguir imaginando que te tengo tan cerca y que tal vez nada podría suceder, déjame seguir temblando de miedo, porque una vez yo en tus brazos y tú entre mis labios y mis piernas, el miedo de que no suceda, habrá desaparecido.

Pero hay algo de especial en este miedo que me mantiene tan viva, porque no es miedo, sigue siendo esperanza.

Déjame sentir que mis pechos me halan inevitablemente hacía ti. Déjame sentir que ya no puedo más. Déjame que sea este momento tan mío, solo mío.

Déjame imaginar que tu sientes lo mismo. Que has sentido lo mismo

Déjame imaginar que todo este tiempo hemos vivido para este momento. Que todo lo que hemos escrito, todo lo que hemos contado, todo lo que hemos dicho, en el fondo, hablábamos de los dos, de ti, de mí.

¿Es justo matar este momento?

Si reúne tantas cosas, si nos inspira tanto. Pero la muerte se siente placentera, inevitable, la muerte se camufla en la vida latiendo en su punto máximo.

Y cuando llegue ese punto máximo, cuando tus manos toquen las mías, cuando nuestras narices respiren el mismo aire, cuando nuestros labios ya no lo soporten más y entonces se devoren los unos a los otros, cuando no me quede otra opción que dejar de resistirme y por fin rendirme ante nosotros, y la vida empiece a desplegarse entre besos, abrazos, caricias, humedades, pensamientos...todo lo que fuimos, todo lo que estamos dejando de ser, todo lo que no sabremos si seremos.

Cuando la vida y la muerte se rían de nosotros por no saber en dónde estamos ni a dónde iremos. Cuando el impulso sea más fuerte, cuando...

Cuando llegue ese momento, todo esto habrá acabado.

Ya no habrá la magia de saber si alguna vez supiste que todos mis poemas eran para ti, ya no habrá la magia de ilusionarme ahí, en la nada, en el vacío. De desilusionarme creyendo que no estás cerca, de ilusionarme cuando te vuelvo a ver.

Entonces ¿con qué me quedaré? ¿qué me dejarás a cambio?

Si yo te entrego mi esperanza, tú ¿qué me entregarás?

¿Sabrás recibir todo esto que invisiblemente cultivé?

¿Tendrás el valor de abrazar todo mi deseo?

¿Serás tú? ¿seré yo?

¿Un efímero instante valdrá la muerte de todo esto tan bello que he construido, este camino de ilusiones y esperanzas que he construido desde mí?

¿Lo habremos valido?

Déjame seguir imaginando que ese momento puede llegar...

Y luego, luego destroza todo lo que he creado y déjame sentir que eres real, déjame conocerte, déjame desilusionarme - si es el caso -. Bájame de mi nube, sácame de mis poemas, mete tu mano en mis heridas y bésame cuando duela. Y luego, luego solo descansemos el uno a lado del otro, el uno encima del otro, el uno del otro. Descansemos de habernos buscado tanto, descansemos de haber imaginado tanto y disfrutemos del vacío roto, de la esperanza disuelta, del puente que ya ha cumplido su función y ahora debe desaparecer.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 18, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

EL DIARIO DE UNA ESCRITORADonde viven las historias. Descúbrelo ahora