💕YOU ARE MY LIFE💕

💕CAPITULO 66 PARTE 2💕

— ¿En serio? ¿Tú también has estado allí?

A'Yu preguntó en voz baja, mirando a Er JingYi con una mirada de admiración, pensando que aquellos que no le temían al dolor en el hospital son héroes.

— Sí

Er JingYi asintió y sacó dos bollos blancos de su bolsillo.

— Come esto y crecerás tan alto como yo, así no le tendrás miedo al hospital.

A'Yu dejó de llorar de inmediato, su pequeña cara se sonrojó, se metió el gran bollo blanco en la boca, sonrió a Er JingYi un par de veces y tomó la iniciativa de correr a los brazos de Xiao Zhan, lo que significa que estaba dispuesta a ir al hospital.

Xiao Zhan se rio y salió con A'Yu. El pequeño se despidió de Er JingYi con la mano, dio un paso y dio tres vueltas. El pequeño niño le sonrió a través de la barandilla de hierro, mostrando sus dientes de leche.

A veces los sentimientos de los niños se calientan tan rápido. Después de jugar juntos durante unas horas, se lleva mejor con el niño que con su padre, Xiao Zhan se sentía un poco amargado en su corazón. (El menos celoso le dicen XD)

* * * *

El padre y el hijo llegaron en auto al Hospital Popular Municipal. Debido a que era un día laborable y ya era cerca de la hora de la salida, Xiao Zhan rápidamente obtuvo un número y tomó a A'Yu para un examen físico.

Lo que le piden que revise para entrar al jardín de infantes no es mucho, principalmente es sobre la altura, el peso y el desarrollo intelectual. A'Yu se estaba portando bien, no ha llorado ni ha causado problemas a pesar de que una persona en bata blanca lo está revisando. Cuando veía al médico, tomaba la iniciativa de saludarlo, su sonrisa era tan dulce que agradaba a muchos médicos de varios departamentos.

Debido a que era por la tarde el chequeo, los análisis de sangre y otras cosas que necesitan ayuno no podían hacerse hasta el día siguiente, por lo que el examen físico de A'Yu terminó pronto. Como no hubo ni inyecciones y medicinas o sintió algún dolor, además de que tíos, tías y abuelos le daban bocadillos, A'Yu pronto olvidó el miedo al hospital y simplemente se sentó en los brazos de su padre para comer.

Después de persuadir a su hijo, Xiao Zhan tuvo que enfrentarse a sus propios problemas, en ese momento, pensaba en la llamada telefónica que el hospital le había hecho hace un momento y todavía estaba preocupado.

No es que le tenga miedo a la muerte, sino que no sabe qué le pasa en la cabeza. Cuando nadie le había dicho antes sobre eso, no sentía nada; pero cuando entró al hospital y olió el fuerte olor a desinfectante, su estómago se revolvió de nuevo, la fuerza de su cuerpo parecía haberse vaciado; incluso si se movía un poco, se sentía exhausto.

Con paso pesado, llegó a la clínica especialista en neurocirugía. En la clínica había una médico anciana con lentes, después de preguntarle sobre sus síntomas, tomó un pequeño martillo y se acercó a la cabeza de Xiao Zhan.

Toc.

— ¿Te duele aquí?

La anciana golpeó la parte posterior de la cabeza de Xiao Zhan.

— Uh... no.

— ¿Qué hay de aquí?

La anciana volvió a golpear su frente.

— Uh... probablemente...

«Cualquiera al que le peguen ahí sentirá dolor, ¿no?»

Las cejas de la anciana se fruncieron, tomó una linterna y abrió los párpados de Xiao Zhan para mirar adentro, tomó un reloj de bolsillo y lo colgó frente a sus ojos.