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Era impresionante la cantidad de reporteros que habían invadido las afueras de sus oficinas principales de trabajo apenas poner un pie en la vereda del edificio.

No tenía ni la más mínima idea de qué maldito escándalo había sucedido ahora y por qué mierda estaba él implicado como para tener hasta al secretario del presidente preguntándole en persona.

Los micrófonos acaparando su panel de visión no tardaron absolutamente nada, las cámaras y los entrevistadores igual que las luces flasheantes se acumularon de un momento a otro y no le dio tiempo a parpadear cuando las preguntas ya le estaban lloviendo.

- Señor Nakahara, ¿qué opina de las recientes controversias que han habido con su marido?- preguntó una reportera de cabello negro y rizado

- Por favor, ¿tiene algo que decir al respecto de las imágenes filtradas?- le siguió un chico bastante joven

- Para el noticiero nacional, ¿nos dirá su opinión y notificará acerca de las actualizaciones en la pelea por la custodia en caso de separarse?

- ¡Nakahara, por aquí, una foto!

- ¡Nakahara, voltea para la revista del mes!

- ¡Nakahara, necesitamos una respuesta!

Nakahara esto, Nakahara lo otro, ¿¡qué mierda pasaba y de qué mierda no se estaba enterando!? Necesitaba quitarse a todos esos buitres de encima y rápidamente llamó a todos los guardaespaldas que tenía disponibles a simple vista, cubriendo su rostro con unos lentes oscuros y su clásico sombrero para escapar lo antes posible.

Iba paso tras paso haciendo que casi resonara la leve plataforma que llevaba, apresurado y ansioso de poder llegar al interior de su automóvil personal y poder descansar de tanto maldito alboroto. No le tomó importancia a las preguntas estúpidas de las televisoras ni noticias amarillistas, simplemente siguió con su camino sin bajar la mirada pero si tomando las debidas precauciones.

Al llegar, se encerró con seguro de inmediato y suspiró ruidosamente dejándose caer en los asientos de atrás, dejando salir un quejido largo y fastidiado que debaja escuchar el cansancio de su pobre cuerpo y mente.

- Hirotsu, ¿qué chingados está pasando y por qué me rodearon así de horrible?- cuestionó luego de que el mayor arrancara el auto - ¿Teníamos rueda de prensa en la agenda o qué mierda?

- No, le prometo que no teníamos nada de ese estilo para esta semana... debió haber ocurrido algo inesperado en alguna parte- respondió entregándole la tableta eléctrica al contrario - Le haría sentir mejor la razón de todo esto, así que investigue, por favor

- Si, muchas gracias

Primero revisó sus mensajes privados viendo que todo era un total caos y tenía como 50 chats nuevos y sin abrir, pero le dio una pereza extrema verlos y pasó de largo. Aún así se le quedó en sentimiento amargo de todo eso, un mal presentimiento se instaló en su pecho.

Se lanzó literalmente a verificar las tendencias en sus redes sociales, su nombre y el de su esposo se encontraban en el top 1, seguido de #QuieroSerLaPróximaEsposa y de #OsamuTraidor, nada le daba ni una maldita respuesta precisa.

Hasta que se encontró con un artículo de una reportera que no le agradaba en lo absoluto, pero se veía muy llamativo y con los argumentos necesarios para atraer a la gente y que vieran el contenido. Lo peor de todo era el título de dichoso anuncio.

"Dazai Osamu fue visto en vivo y en directo con otra, ¿cómo responderá su esposo?"

Mientras más leía, más rabia le entraba. No había ni una sola palabra en todas sus malditas redes sociales que no implicara el nombre de ese imbécil, todos y cada uno de los mensajes privados que tenía eran por parte de sus amigos cercanos y familia preguntando qué había pasado y por qué todo se estaba saliendo de control tan de repente.

Tiradera // BSDWhere stories live. Discover now