Ya estando en el departamento, Emiliano se dirigió a la cocina en busca del mate mientras Lionel se acomodaba en el living, mirando al televisor. Una película cualquiera se encontraba pausada. Para colmo, en inglés y sin subtítulos.

─¿No apagás la tele? ─le comentó alzando la voz, ya que estaban lejos.

─¿Qué cosa? ─se escuchó un grito desde la cocina. Martínez no lo había escuchado bien.

Volvió rapidamente con el agua caliente en una mano y el mate en otra, más la hierba y el azúcar en sus brazos, como podía. Messi no tardó en levantarse para ayudarlo. Ambos dejaron las cosas en la mesita y se sentaron, tal vez un poco demasiado cerca.

─¿Qué me preguntaste? ─cuestionó Emiliano, mientras comenzaba a hacer el mate.

─Que si no apagás la tele, tenés una peli puesta. ─le señaló con la cabeza, alzando las cejas.

─Ah, pasa que vine antes de que vinieras y estaba esperando acá ─le pasó el mate al contrario. ─. No sabés lo empelotado que estaba, no te podía recibir así.

Lionel sorbió de la bebida en silencio y negó.

─Qué importa, bobo. Cuando llegaramos, yo te ayudaba.

Emiliano le sonrió, y Lionel no pudo evitar sentir un nerviosismo recorriendo su cuerpo. El semblante de su compañero era más atractivo de lo normal. Hasta parecía que se había preparado para su llegada. El perfume cautivador no tardó en llamar su atención, haciéndolo estremecerse. Era un combo de cosas.

─¿Querés comer algo? ─Emiliano habló, al sentir la pesada mirada de Messi sobre su rostro. Sus mejillas estaban calientes.

Al mayor se le pasaron diez chamuyos por la cabeza, los cuales claramente no dijo. La situación lo ameritaba pero tenía que controlarse.

─No no, tranqui. Comí hace un rato.

Emiliano comenzó a preparar otro mate mientras Lionel se revolvía en sillón, poniéndose más cómodo.

─¿Tu mujer no te preguntó nada? ─consultó el capitán, llamando la atención del que tenía la bombilla en la boca.

─Le dije que salíamos a comer. ─dijo, dudoso.

─Entonces le mentiste también. ─sentenció. Emiliano se había puesto en evidencia, y Messi dejó de sentirse tan culpable por haberle mentido a su esposa en la primera instancia. ─¿Por qué?

─Y... Es que... No sé. ─Ambos sabían la respuesta. En algún punto, habían pensado con segundas intenciones. Sino, ¿por qué le mentirías a tu esposa sobre juntarte con un amigo?

Una cierta incomodidad se instaló en el aire. Más que incomodidad... cierta tensión. El contacto visual que mantenían, más sus posiciones, chocando piernas y hombros. Lionel no tardó en desviar la mirada, no quería involucrarse de vuelta. Esto era nada más que una juntada entre amigos. Aún así no despegó su pierna ni su hombro, manteniendo el contacto sutil que los hacía conscientes a los dos.

─Eh... ¿Y qué peli veías? ─el mayor cambió el tema rápidamente, no estaba listo para discutir sobre sentimientos. Emiliano captó la señal de inmediato.

─Ah, sí. Velvet Goldmine se llama. Se trata de música. Uno de los protagonistas es como una referencia a David Bowie ─explicó. Messi lo escuchaba atento. ─y... Eh... El supuesto romance que tuvo con Iggy Pop. ─aunque no lo pareciera, uno de los pasatiempos de Dibu durante su adolescencia, además del fútbol, había sido la música. Claramente en mucha menos cantidad que el deporte, pero aún así le interesaba saber.

𝗞𝗜𝗦𝗦𝗘𝗦 𝗔𝗡𝗗 𝗥𝗘𝗚𝗥𝗘𝗧𝗦 messi, dibuDove le storie prendono vita. Scoprilo ora