✔𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟐|𝑻𝒖𝒍𝒊𝒑𝒂𝒏𝒆𝒔

713 44 13
                                    

Miles de pensamientos me abordaron durante esos largos segundos en donde solo se quedó viéndome, sin ninguna expresión en su rostro.

-¿Podrías darte la vuelta? -preguntó bajando la mirada hacia sus zapatos.

Giré sobre mi eje, dándole la espalda y escuche como se desplazaba por la habitación.

-Quédate unos minutos así. -Respire hondo mientras me abrazaba a mi misma-. No me mires, porque si clavas tus hermosos ojos marrones en los míos, no podré hablar. -Escuché como una risa ronca se escapaba de su garganta-. _____, no me había sentido desde hace tiempo tan solo como los últimos días; y hace unas horas en la torre de astronomía lo entendí mientras miraba las estrellas. Tengo que aceptar, que si no te digo lo que siento no vas a entender el porqué de mis acciones.

Tomo una pausa de algunos minutos y volví a escuchar como se pasaba por el lugar.

-En algún lado leí que: "El amor es una cosa que, se da de pronto, en forma natural; y sin tener principio, llega a su final." Y cuanta razón tiene. -Hizo otra pausa y escuché el sonido de algunas hojas-. _____, la verdad, esto de expresar mis sentimientos nunca fue mi fuerte, y pensaba escribirte una carta, de hecho, era lo que estaba haciendo. Y ya que estas acá, te la leeré.

Lo escuche desplazarse, y sentí como se coloco a unos centímetros detrás de mi.

-"Querida, pequeña Diggory. No tienes noción de cuanto me has hecho falta; ni tampoco de todas las veces que me quedo mirándote como un imbecil; o como te abrazo y reposo mi cabeza sobre la tuya cada vez que me rodeas con tus largos brazos; o las infinidades de veces que antrelazo tu mano con la mía y la aprieto para que no te vayas. -Carraspeo su garganta y prosiguió-. Pequeña, regalame tu risa, para guardarla en un frasco y escucharla siempre que me sienta mal. Enséñame a soñar como aún no sé. Con sólo una de tus caricias, haces que me olvide de lo cruel que es todo. Regalame tu mirada brillante, la que sale siempre iluminando mis días y te entregaré mi vida. -Escuché como sorbio su nariz, dejando escapar un suspiro-. Cuando entraste en mi vida hiciste que mi cielo se volviera azul, que todas mis mañanas, al acompañarte a tus clases, se pintaran de colores. Y tú, sola y únicamente tú, hiciste que mi alma se despertara con tu luz."

Empece a voltear despacio, y la imagen frente a mi me ablando el corazon: Draco, con un pergamino entre sus manos; sus mejillas rojizas y una que otra ladrima deslizándose

-Esto es demasiado cursi. -dijo casi entre dientes mientras bajaba el pergamino y subía su vista al techo dando un largo suspiro.

Me acerque lentamente y tomé su rostro entre mis manos para que me mirara.

Todo lo que dijo fue hermoso. Es una experiencia que todos deberíamos vivir: el que alguien te diga todo lo que siente al verte, todo lo que le haces sentir.

-Fue muy cursi, ¿verdad? -preguntó mirándome seguro de que así era.

-No. -Le sonreí acercando más su rostro al mío-. Fue perfecto.

Me mostrando su cautivadora sonrisa para luego juntar sus labios con los míos; los movió un par de veces gentilmente para luego separarse solo milímetros.

-Me tomaste muy por sorpresa, ¿sabes? -Me miró sonriendo divertido-. Si te hubieras esperado un poco más, me habrías dado tiempo para mínimo conprarte un ramo de tulipanes.

-Ya había esperado suficiente. -Acaricie el cabello de su nuca, mientras mis ojos bajron a sus labios rosa para subir casi al instante a sus ojos-. ¿Acaso casi dos años te parece poco?

-Obvio que no es poco, pequeña. -Tomo mi cintura pegándome un poco más a él-. Pero hubiera podido preguntarte apropiadamente si me darías el honor de ser tu novio.

𝐌𝐢 𝐩𝐞𝐪𝐮𝐞𝐧̃𝐚 𝐃𝐢𝐠𝐠𝐨𝐫𝐲 𝐈𝐈| 𝑫𝒓𝒂𝒄𝒐 𝑴𝒂𝒍𝒇𝒐𝒚Where stories live. Discover now