Capítulo 6: Un hermano

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ELÍAS

Sus ojos celestes me devuelven la mirada a través del cristal. Su cabello rubio no deja de brillar. Recuerdo la primera vez que la vi, supe de inmediato que era mi hermana, no cabía duda alguna.

Apenas tenía diez cuando papá me llevó al orfanato donde ella estaba. Ahí la conocí y no le caí bien al principio, claro que no, ella amaba ser hija única, era la consentida de Darren, él solo tenía ojos para ella y todos sus caprichos. Y, claro, cuando mi madre me dejó conocer a mi papá biológico, aparecí de la nada en sus vidas. Obviamente ella no me quiso.

Afortunadamente, sólo duró un tiempo. Cuando los niños empezaron a molestarla y yo a defenderla comenzó a quererme. Incluso, hubo un tiempo en el que solo me usó como su guardaespaldas personal para poder hacer y deshacer a su antojo, sabiendo que yo, como un maldito hermano mayor ingenuo estaría para ayudarla.

Me sonríe del otro lado del cristal como cada vez que la veo.

—¿Qué me has traído hoy?—preguntó.

—Lo que pediste —le entrego la bolsa y sonríe cuando ve que si le hice caso esta vez, cuando hago las compras siempre se me olvida algo y se molesta conmigo porque no presto atención.

Dejo el cuadro con la fotografía de mi hermana sobre la mesa y volteó hacia mi novia que tiene el ceño fruncido.

—No me olvidé nada, no pongas esa cara.

—Si, lo hiciste. Te faltó la salsa de tomate.

—¿En serio?

—Si, ¿Cómo piensas que haré espaguetis con albóndigas si no tengo salsa de tomate?

Suspiré y Shelly se fue a la cocina.

—Ya voy a comprar.

Volví a subir al auto y conduje hasta la tienda más cercana. Empecé a salir con Shelly hace dos años y hace unos meses nos mudamos juntos, me ha ayudado mucho a procesar lo ocurrido con mi hermana y yo a ella con sus sesiones en el psicólogo, sigue siendo bailarina exótica, le gusta su trabajo y a mí me encanta verla feliz, pero su profesión requiere de fuerza mental para soportar los hombres que se sobrepasan de la raya.

Recibo la llamada de la mamá de mi hijo cuando regreso a casa.

¿Puede ir contigo esta noche? Tengo algo que hacer— nos hemos turnado como podemos para poder criar a Luca entre ambos, han sido años duros, ya que nos tuvimos que mantener alejados de la prensa y demás para no poner en peligro la identidad de nuestro hijo.

—Claro, ¿Lo traes o quieres que lo vaya a buscar?

Yo lo llevo— hace una pausa antes de suspirar —. Gracias.

Le doy la salsa de tomate a Shelly cuando llego a la cocina.

—Luca vendrá esta noche.

—Oh— parece sorprendida. Ha llevado bien el hecho de tener que compartirme con mi hijo, de hecho ambos se llevan muy bien, incluso con la madre de Luca ha podido crear una buena relación juntas, no diré que son buenas amigas, pero por lo menos no se llevan mal. Sin embargo, sé que hay veces que preferiría que tengamos una noche solos, ya que el último tiempo se ha estado quedando más conmigo que con su madre, ella tiene demasiado trabajo últimamente.

—Solo será esta noche— le digo y asiente.

—Está bien, ¿Por qué no lo traes a almorzar? Así ve a sus abuelos.

Mis padres vienen hoy, ya estaban agotando mi paciencia con sus insistencias para venir de visita. Shelly los invitó para conformarlos ayer y aceptaron tan rápido que ya hoy vendrán.

IRREMEDIABLES [•2]Where stories live. Discover now