—Ya no hay nada que podamos hacer —murmuró mirando hacia arriba—. Pero, en cuanto acabe esta locura, nos marcharemos de aquí y no volveremos a acercarnos a este lugar —le advirtió

—Estoy de acuerdo con eso —contestó Nalbrek cuando el suelo tembló—. Se está moviendo —Él asintió mientras recordaba que Fargla se lo había advertido.

—Baem, debe haber salido ya al campo de batalla —murmuró mirando el cielo pensativo.

—Lo sé.

—¿Él está conectado conmigo?

—Desde la primera vez que te vi.

—¿Sigue conectado conmigo? —le preguntó y cuando Nalbrek no contestó, suspiró—. Ojalá estuviésemos lejos de aquí, muy lejos, porque necesito sentir nuestro vínculo —se lamentó.

—No es el momento.

—Pero es injusto. Cuando Andros murió, tuve que prestarte mi culo durante varios días sin quejarme y yo no tengo ni una sola vez.

—Esta vez las circunstancias son distintas.

—Lo sé, pero, aun así, me disgusta.

—No te preocupes, no moriremos en esta guerra y, cuando acabe, volverás a tirarme de la cama por metértela demasiadas veces —le aseguró.

—Gracias por la mentira obvia, pero no me ayuda —le advirtió.

—Está bien, solo dame un poco de tiempo. Necesito borrar lo que he visto ahí dentro.

—No, no te preocupes. No quiero tener a un grupo de mirones empalmados a mi alrededor durante los próximos días —rechazó.

—¿Tanta confianza tienes en ti, zorro? —le gritó alguien.

—Desde luego —contestó antes de volverse hacia Nalbrek—. Así que esperaremos a un momento mejor —prosiguió como si no hubiesen sido interrumpidos.

—Nos alejaremos —repitió.

—Nal, ¿tú crees que funcionará? —le preguntó cambiando de tema. No quería pensar en Baem ahora que sabía que estaba muerto. No cuando su pareja no podía consolarlo.

—¿La ceremonia? —Él asintió—. No lo sé —admitió—. No mentían sobre que hay algo y lo que han hecho ha funcionado, por más que sea una locura, pero lo que pretenden hacer... No puedes meter a alguien en lava, es imposible. Por desgracia, no creo que nadie vaya a detenerlo.

—Luego tú crees que no lo lograrán.

—A una parte de mí le gustaría creer que es posible, ¿sabes? Que podemos llamar a ese ser y lograr que acabe con los humanos, recuperando nuestro país. Después de todo, es nuestra única oportunidad de sobrevivir, por más que sea una locura. Pero luego recuerdo lo que hemos visto ahí dentro, lo que sentí, lo que pretenden y sé que es inútil. Ese ser nunca nos escuchará y, si lo despertamos, hay tantas posibilidades de que nos destruya a nosotros como a los humanos. En realidad, lo más seguro es que nos mate a todos antes de volver a donde estaba. Sin embargo, no debemos preocuparnos porque no es posible que la ceremonia funcione. Solo van a mandar a esas mujeres a la muerte y volveremos a estar como ahora.



Hoppla! Dieses Bild entspricht nicht unseren inhaltlichen Richtlinien. Um mit dem Veröffentlichen fortfahren zu können, entferne es bitte oder lade ein anderes Bild hoch.
Cambiantes Libro III TrascendenciaWo Geschichten leben. Entdecke jetzt