♤41♤SECRETOS AL DESCUBIERTO

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Año 8
10Ka, 50Ma.
Jadre.

Akenatem Hakwind me había enseñado a usar la cabeza dejando los impulsos de lado. En cuestiones de vida o muerte es fácil hacerle caso a tu corazón, pero eso no te garantiza que saldrás victorioso.

En una ocasión el general, tratando que aprendiera en acción esta enseñanza, me había lanzado con un simple bote al mar Ciónico. Allí me encontré, en el lado que estaba detrás de la isla de Territorio Infame y colindaba con las montañas donde terminaba Jadre con la orden que luchara contra un monstruo marino. Más allá de las montañas no había nada literalmente, pues un infinito vacío se extendía propiciando —según las lenguas más viejas— que se formaran agujeros negros a voluntad del que dispusiera de los métodos para conseguirlo.

Me dio escalofríos pensar que aquella era una debilidad de mi mundo y que la línea que me separaba de Balgüim era muy fina.

Pero no podía ocupar mi mente en divagaciones, tenía un trabajo que hacer. Al monstruo lo llamaban "Pless" porque se trataba de un Plesiosaurio gigante que custodiaba las fronteras de las montañas y estaba adiestrado por idryos, Legendarios del elemento agua. Al principio pude someterlo ejerciendo un control magistral de olas que le golpearon la cabeza una y otra vez en cuanto lograba sacarla a la superficie. Pless se enfureció tanto que me volcó del bote, pero con un dominio que hasta el momento no había utilizado, me alcé con presión acuosa que parecía salida de un grifo abierto a su máxima potencia y lo vencí en altura. El monstruo rugió y me llenó de baba al tiempo que su aliento a pescado me dio ganas de vomitar. Pero le lancé chispas al cuello, graduando la intensidad para no achicharrarlo y no le quedó otra que rendirse ante mí.

Ese día aprendí que no hay contrincante más fuerte o grande si tú resultas listo.

Así que, fuera lo que fuese que esperara detrás del misterio que llevaba meses acechándome en los entrenamientos con el general, yo me sentía preparada para descubrirlo. Tal vez fuera otra prueba de Akenatem, solo había una forma de averiguarlo.

Avancé hasta adentrarme en el bosque, y con sigilo me acomodé entre las hojas, buscando... Entonces, después de esperar por un rato prolongado, vi que salió al claro para tomar agua del río; el mismo río Istigio que atravesaba el terreno de Jadre hasta desembocar al sur en el cálido mar Meridional.

Me concentré y sin emitir el mínimo sonido apunté al zorro rojo con la punta de la lanza. Tracé una trayectoria mental y la levanté en dirección al animal, dejando el arma lo suficientemente visible para que fuera interceptada.

—¡Altoooo! —el grito se escuchó justo al lado de mi escondite, haciendo que el pequeño zorro levantara la cabeza asustado y corriera a su dueña que salió de entre las hojas.

Bajé la lanza y caminé hacia ellos, viendo como mi hermana Kyra atrapaba a su mascota con los brazos y esta a su vez esta se restregaba complaciente en ellos.

—Tranquilo Dapter, no dejaré que nadie te haga daño —le susurró.

—No pensaba hacerle daño, solo quería ponerte al descubierto.

Kyra alzó la cabeza y me miró con una expresión que no supe descifrar, terminó de acariciar al zorro y después se puso se pie para enfrentarme.

—No estaba haciendo nada malo —dijo a la defensiva.

—Kyra llevas acechándome todos los entrenamientos.

LEGENDARIOS2️⃣MIENTRAS TE LLEVO CONMIGOWhere stories live. Discover now