Raptada

Promesa

Pilar se acercó a Lizzie preocupada, sin saber que hacer en ese tipo de situaciones. La más joven no tenía con qué llamar, así que ayudó a Lizzie a subir las escaleras y la acostó en su cama.

— espérame aquí...— la menor corrió, bajando las escaleras tan rápido que ya ni veía los escalones.

Luego salió y vio a uno de los guardias que debían vigilar la casa.

— por favor, necesito que llame a alguien, un doctor, no sé— la desesperación de Pilar empezó a preocupar al guardia.

— señorita, cálmese — dijo el guardia, lo que enfureció a la rubia.

— no me pidas que me calme y llama a alguien !!!— gritó

— ¿acaso sigue queriendo escapar?, la señorita Olsen...—

— váyanse todos a la mierda— susurró

Entró corriendo y buscó el teléfono de Elizabeth, subió y puso su dedo en el botón para que la pantalla se abriera y buscó en los contactos a alguien. Luego de unos minutos, encontró el contacto de Miriam.

— ¿si señorita Olsen?— respondió la criada del otro lado del teléfono.

— M..Miriam— dijo entre sollozos la joven, quien no podía parar de llorar, Elizabeth había perdido el conocimiento, ella no despertaba por más que Pilar lo intentara.

— ¿Pilar?— la criada estaba confundida de escuchar al teléfono a la más joven.

— necesito que vengas, rápido, ella...ella no se ve bien— sollozó— perdió el conocimiento, ella está muy pálida, ayúdala...por favor—

— estoy allá enseguida— Pilar colgó la llamada.

Limpió sus lágrimas y trató de despertar a Elizabeth, cuando finalmente la millonaria reaccionó, sacó su cara al suelo y vomitó. Pilar acariciaba su espalda para que supiera que no estaba sola.

— ven, te hará bien una ducha— La más joven ayudó a Elizabeth a llegar al baño y agradeció que este tuviera una bañera.

Se aseguró que el agua comenzara a salir tibia y llenó la bañera, ayudó a Lizzie a entrar y se tranquilizó al ver que su estado mejoraba. Tomó una esponja y le puso gel de baño y comenzó a restregarlo cuidadosamente por el cuerpo de Elizabeth.

— te puedes ir a tu cuarto, estoy bien— La joven ignoró completamente a la mayor, su enojo había vuelto— Pilar...—

— te escuché — dijo en un tono frío la mencionada.

— lo siento...— murmuró arrepentida Elizabeth.

— no lo estás— dijo esta, lavando el cabello de Lizzie.

— estaba...dolida y enojada y no pensé con claridad— admitió

— ¿y ayer?...¿ayer también?— preguntó Pilar, haciendo que Elizabeth frunciera el ceño confundida.

— ¿de que hablas?—

— hablo de esa tal Juli, es otra de tus prostitutas, ¿no es así?— Elizabeth se quedó callada. La joven soltó una risa sarcástica— lo sabía—

— no, Pilar escucha— Lizzie suspiró, no entendiendo cómo llegó a tener que estar dándole explicaciones a alguien— Juli si es una de...mis prostitutas, es aquella morena que viste conmigo, aquella noche...pero ella me conoce hace más años de los que pueda recordar, fuera de eso, somos amigas, ella fue a mi trabajo a recoger su dinero y hablamos un rato, no...no pasó nada— explicó Elizabeth— ayer solo trabajé hasta tarde porque se suponía que hoy pasaría el día contigo, y no quería que el trabajo estuviera de por medio, debes creerme—

Pilar se quedó callada ante las declaraciones de Lizzie. ¿Debía enserio creerle?

— t..te creo — susurró finalmente— prométeme que...no traerás a nadie más, que no habrá nadie más que te toque—

— lo prometo...cambiaré solo por ti—

— dios creí que morirías— admitió Pilar abrazando a Lizzie, sin importarle que se mojaría un poco.

La joven se soltó luego del abrazo, las miradas de las dos se encontraron. Pilar miró los labios apetitosos de Elizabeth y no dudó en juntarlos con los suyos. Aquel beso fue lento, pero representaba el cariño que se tenían las dos a pesar de todo.

— lo siento tanto— dijo Lizzie arrepentida.

— está bien bebé— dijo la menor, haciendo sentir por primera vez a Elizabeth en las nubes.

Terminaron de ducharse y Elizabeth tenía dificultad para caminar, las prostitutas habían dejado muy claro lo que harían.

Luego de finalmente poder llegar a su cama, se puso pijama y ropa que le sacó Pilar y se acostó, Pilar se dio cuenta que el vomito de Lizzie ya no estaba, por lo que supuso que Miriam ya había llegado y había limpiado todo el desastre. La menor fue a salir del cuarto cuando la mayor la llamó.

—Pilar..—

— ¿si?—

— ¿te puedes quedar aquí?— la menor sonrió de lado y asintió.

— espérame, solo iré a ver a Miriam, la llamé por ayuda y debe estar de los nervios— la mayor asintió y Pilar bajó.

Cuando fue a la cocina, ahí estaba Miriam, haciendo una sopa por lo que parecía.

— subí corriendo cuando llegué y las escuché hablando en el baño así que pensé que todo estaba bien y vine a hacer algo de sopa antes de irme— declaró

— gracias Pilar— dijo la joven.

— gracias por ayudarla— agradeció, suspiró y tomó las manos de Pilar—te voy a contar algo que quizás ella no te lo quiera contar por miedo— tomó aire y luego habló—hace un año ella perdió a su hermano gemelo...ella estaba en el auto con el ese día, y se culpa todos los días porque cree que la que debía haber muerto era ella...las primeras semanas no dormía, ni comía, ni si quiera hablaba...tiene una sobrina, hija de su hermano, hace un año también que se niega a verla...— Miriam suspiró con pesadez en su pecho— la niña tiene un enorme parecido a su hermano y no puede verla sin recordar el accidente, esas mujeres rondando sobre ella, ese alcohol estaban ahí antes, solo que era menos frecuente, era para divertirse, después fue cuando comencé a darme cuenta que era el mismo desastre cada día—

— ¿porque hace eso?— preguntó Pilar

— la razón por la cual escogió ese camino, las desconozco, pero solo se que tu la haces sentir diferente, ella te mira diferente...ayúdala, sácala de ese pozo en el que se está hundiendo— pidió Miriam y Pilar asintió.

— debo ir a verla...— susurró la joven, para luego subir las escaleras hacia el cuarto de Elizabeth.

La mayor dormía plácidamente en su cama. Pilar se acostó a su lado y sintió a la mayor rodear su cintura con sus brazos. Pilar conocía las consecuencias de tener algo con Elizabeth, sabía que podría salir lastimada de esta historia, pero estaba dispuesta a asumirlas.