Capitulo 11:

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Los guardias estarían quitándole la seguridad al humanoide, para despues abandonar la celda dejando al medico solo nuevamente, el solo se sentaria en su cama para poderse recostar un poco pensando si es que lo que acababa de hacer hace un mes atras fue lo correcto..., ¡CLARO QUE LO FUE!, Raymond estaba enfermo... El ya no era el mismo... Pero lo unico que le sorprendia es... ¿Cómo no pudo detectarlo a tiempo?, eso lo frustraba muchísimo más, el ya sabia que dentro de poco la "pestilencia" iba a tacar alguno de estos doctores pero nunca se habia imaginado que uno de ellos seria su amado Hamm..., con sus manos enguantadas se cubriria su rostro dejando escapar unas cuantas lagrimas, odiaba contadas sus fuerzas en sentir este amargo sentimiento de dolor y ¿culpa?, todo esto era su culpa..., ¡SU MALDITA CULPA!, si es que el mismo hubiera estado atento, el Dr. Hamm aun seguiria a su lado..., ahora los demas de esta Fundación lo veían cómo un monstruo, un asesino,... Que no tuvo piedad de haberle quitado la vida a uno de sus colegas..., al único hombre que más amo en este enfermizo mundo..., el solo se levantó nuevamente de su cama para despues ver su bolso de medico que estaba encima del escritorio, tomandolo para despues abrirlo, le habia costado pero pudo lograr que se anchara para poner todo su peso en el, No supo cuanto tardo en ensancharse para pasar, en realidad ya no registraba el paso del tiempo, luego, estaba en un pasillo iluminado y desprovisto de cualquier otra vida..., siguió la sensación punzante de la enfermedad navegando entre los pasillos como si hubiera dibujado el plano en su mente, por suerte toda las luces funcionaban y las camaras de contencion aun estaban selladas, por fin lo habia encontrado detrás de una puerta abierta dentro de un casillero de metal cerrado bajo llave, la puerta de su celda de contención había sido hecha de un material mucho mas rígido, en poco tiempo la puerta ya hacía torcida a sus pies, saco una caja de metal rectangular del casillero, estudiandola atentamente, su dedo encontró un botón, lo presionó y la tapa de la caja se abrió, los gases conservantes sobreenfriados se habian mezclado en el aire fuera de la caja por primera vez en mucho, mucho tiempo, bien podria haber sido golpeado en la cara, un vapor, más frio que el hielo, se elevó en una gran nube desde la caja sin sellar y la dejo caer al suelo con un estrépito, que habia resonado por toda la silenciosa instalación, se armo de valor, se arrodilló, levantó la caja boca abajo aun lado y con cuidado saco a la pequeña mosquito que estaba debajo en el dedo índice y el pulgar, detrás de su mascara apretó los dientes y acerco el mosquito a su ojo, no era el insecto, era el saco de sangre que la criatura habia engullido, la caja de metal volcada se convirtió en su mesa de operaciones, la bolsa negra se estrello contra el suelo sin contemplaciones, sus manos se surmegieron en el interior, extrayendo una jeringa de latón vacía y un vial de líquido espeso y negro, la aguja atravesó el tapón de corcho y lleno el cilindro de vidrio asta la mitad con la brea viscosa, La aguja se retiro, luego perforó el cuerpo del mosquito hinchado extrayendo sangre plagada de su interior para mezclarla con la medicina negra en su jeringa, Dejó la cáscara seca del insecto sobre la caja, llevando la jeringuilla a la altura de los ojos. Lo sacudió, golpeando el vaso con el dedo para estimular la reacción. Consideró la cáscara muerta del insecto aún ante él. No sería bueno dejar que ningún rastro persistente de la pestilencia quedara en la pobre criatura, Cuando estuvo satisfecho con la mezcla, la aguja volvió a encontrar el saco de sangre del insecto, llenando su diminuto cuerpo con la fría y negra mezcla, El cuerpo del insecto muerto se retorció y cobró vida cuando el fluido negro lo llenó. El movimiento del cuerpo generó una pequeña carga eléctrica, suficiente para reiniciar los microprocesadores de silicona en el cerebro del insecto, Los ojos del mosquito fueron el primer órgano que recordó cómo interpretar. Ella... ella debería estar en la sala de estar, Ahí es donde ella había ido, pero esta no era la sala de estar de Merle, La figura borrosa que vio... no podía ser Merle

¿ESTAS VIVO? Doctor Hamm x SCP 049 o SCP 035 x SCP 049Where stories live. Discover now