PRETTY WHEN YOU CRY | ❝Que seas lindo no te da derecho a ser grosero.❞
Emily solo quería encontrar un rumbo en su vida, pero encontró algo más que eso, algo que no pensó encontrar nunca en su corta vida, esto podría ser una salida o un obstáculo.
...
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— Narra Emily.
No estaba segura de haber escuchado bien, o si fue alguna voz mental la que dijo eso o si de verdad lo había escuchado. Traté de volver a la realidad, no sé tal ves, estaba alucinando, hice mi mayor esfuerzo para observar bien de quienes se trataban en realidad en esa "pelea".
Mis pensamientos no estaban claros en esos momentos y solo comencé a negar con la cabeza por alguna razón.
— ¿Susan? — susurré suavemente, casi inaudito, que incluso ni yo misma me pude oír.
— ¡Sepárense! — escuché gritar desde una esquina a los oficiales mientras soplaban sus silbatos llamando la atención de todos los presentes y ocasionando que todos se esparcieran y se empujaran entre sí.
Todos comenzaron a huir y consigo lograron dispersarme entre la multitud, por dios, pareciera que estos niños comieran rocas, eran duros. Me hicieron perderme–bueno en realidad yo estaba siendo estúpida–me habían logrado alejar hasta incluso a unos centímetros de la salida–la verdad no, solo estoy siendo dramática– observe el mapa que se encontraba a mi derecha e intenté volver a ubicarme, caminé en dirección hacia mi anterior camino y por fin llegué hacia donde quería, baje las escaleras, caminé unos centímetros un poco perdida, no puede creer que durante 15 años de mi vida no me pueda haber aprendido los caminos correctos de toda la estación.
Por todo esto no me había dado cuenta de la hora, no puede ser — ¡Carajo! — había perdido mi tren — Voy a matarme — seguía hablando sola y maldiciendo interiormente, lo que ocasionó que gente que pasaba por ahí me mirara de manera extraña.
Hoy me pasaba de todo, tenía deudas por expirar y me había quedado sin dinero, había perdido mi tren, mi madre estaba cada vez más cerca de entrar en un coma etílico por tanto alcohol y para rematar había tenido locas "alucinaciones", si así lo quiero llamar.
— Narra la Autora.
Aquellas "alucinaciones" por parte de la rubia, no eran más que hechos reales, lo que había visto era real, sus suposiciones eran ciertas, aquellos cuatro niños con los cuales había vivido una de sus mejores aventuras de toda su vida y la que la cambió para siempre, se encontraban ahí, sentados en una banca, solamente a unos cuantos metros de ella, sin embargo ella no lo había notado.
— ¿Qué pasó está vez? — preguntó Susan refiriéndose a la pequeña pelea que había pasado apenas hace unos minutos.
— Chocó conmigo — respondió Peter aún enojado
— ¿Y le pegaste? — intervino Lucy
— No, después de chocar, me dijeron que le pidiera disculpas. Entonces le pegué — explicó simplemente
