Mis manos vagan al inició de su pantalón de pijama, bajándolo hasta liberar su polla. Estaba medio erecta, palpitando un poco y de color roja. Mi mano se cierra sobre su glande y masajeo con lentitud. El azabache suspira con satisfacción y sus manos aprietan la tela de las sabanas.
Acaricio con más rapidez su glande y presionó mi pulgar en su puntas. De ella sale un hilo de semen. Me fijo en las reacciones de Aki. Tiene las cejas fruncidas, los labios entreabiertos y esta sonrojado hasta las orejas. Su pecho sube y baja por la irregularidad de su respiración.
Siento mis bragas mojarse por mi esencia. Pero ahora me concentro más en el placer del azabache.
-"ooh.. que bien lo haces, cariño." -murmura en voz baja, casi imposible de escuchar.
Centro mi atención en su polla, ahora si que está despierta completamente. Esta dura y erguida, con la punta roja, goteando. Se ve exquisita. Acercó mi rostro a su parte baja y mis labios chocan con la punta de su pene.
Tomó su cabeza en mi boca sin dejar de acariciar el tronco con mis manos. La sensación de su polla palpitante me hace humedecer más mi tanga.
-"aahh mierda.." -Aki jadea desesperado.
Doy varios lengüetazos a la cabeza de su polla, llenándola de mi saliva. Gimoteó de satisfacción. Ya no creo poder resistir más.
Levanto mi rostro y acerco mi parte inferior a la suya. Nuestros sexos chocan sobre la tela de mi tanga, aunque no nos impide gemir por el tacto. Sus manos se aprietan en mis caderas, desesperado por más contacto.
-"Vamos, vamos. Móntame ya" -Aki me sonríe con picardía y sus ojos vagan a mi sexo vestido. Su polla me golpea con una palpitación.
Tomó mi tanga y la hago hacía un lado, con mis rodillas me impulsó un poco para arriba y acomodó su verga en mi entrada, dejándome caer en un lento y torturador movimiento.
Ambos dejamos caer nuestra cabeza hacia atrás, extasiados por las sensaciones placenteras. Me inclino hacia su pecho, centrando mis manos en su abdomen y sosteniendo mi peso. Levantó mis caderas sacando su polla hasta la punta, para hundirme en ella de nuevo.
Aki abre su boca sin emitir ningún sonido, solo jadeando. Repito mis movimientos anteriores, y me embisto a mi misma con su verga caliente. Oh Dios mío. Gracias por el pan de cada día.
Inclinó mi cabeza hacía atrás disfrutando de la sensación que remolinea en mi vientre bajo. Aki aprieta el agarre en mi cintura, clavando sus dedos, seguramente dejando marcas de ellos.
-"Aa-ahg.. Te sientes tan bien, (T/n)." -Carcajea lujurioso y emocionado. Maldito demonio sexual.
Rebotó con más fuerza sobre el, sintiendo la punta de su polla golpear la entrada de mi útero. Aki menea sus caderas sincronizando sus movimientos con los míos. Ambos estamos a nada de corrernos.
Unos minutos más y liberamos nuestra esencia sobre el otro. Exhausta me dejo caer sobre su pecho, sintiendo los hilos de semen caliente correr en mi interior.
Aki palmea mi nalga derecha suavemente y toma mi mentón para besarme. Nuestros labios se acariciaban con ternura y pasión. Saboreándose mutuamente.
-"¿Podemos ir por la siguiente ronda?" -pregunta en un tono suave. Dejo salir una risa con ternura y asiento.
-"Ahora tu ve arriba." -El azabache asiente y da la vuelta a nuestros cuerpos, quedando sobre el mío, sin dejar caer todo su peso. Enrollo mis piernas en su cadera y pego más nuestros cuerpos.
-"Eres hermosa." -Sin hacerme esperar demasiado arrastra su polla por mi coño, cerniéndose sobre mi con una profunda embestida. La cabeza de Aki cae sobre mi pecho y yo refuerzo el agarre de mis piernas, enredando mis brazos en su cuello. La sensación es tan placentera para ambos, tan abrumadora.
Su polla se desliza hacía afuera y hacía dentro con facilidad, empieza a follarme desesperado, entrando con un golpe y saliendo lentamente, siguiendo su propio ritmo. Mis piernas tiemblan sin control y él lo nota, tomando mis muslos con firmeza para impulsarse. El sonido húmedo y obsceno hace eco en cada rincón de la habitación.
Gimo patéticamente con cada empuje de su verga, sin avergonzarme. Aki reparte besos por mi cuello tratando de silenciar sus propios gemidos.
La sobreestimulación está empezando a afectarnos a ambos. Nuestros cuerpos tiemblan y se tensan constantemente. Su polla está tan sensible que frunce el ceño con cada embiste. Agarra mi cara con su mano y toma mis labios entre los suyos, besándonos torpemente. Aki gime sobre mi boca mientras me besa con pasión, murmuro un té amo y deslizo mi lengua con la suya. Embiste sus caderas contra mí, con fuerza y precisión.
Ambos estamos perdidos por el placer. A penas sabiendo razonar. Mis uñas se entierran en su ancha espalda, dejando marcas rojizas. El jadea con satisfacción.
Me aprieto a su alrededor y parece que lo siente, pues sus embestidas aumentan. Me siento mareada y juro que puedo ver estrellas, estoy tan abrumada por la sensación placentera que no puedo soportar más y me corro.
Mis paredes lo aprietan con más fuerza y él se tensa. Gime mi nombre y finalmente se libera. Acaba tan profundo que siento su semen caliente en cada rincón de mi útero. El orgasmo nos abruma a ambos y Aki no puede soportar más su peso, cayendo sobre mi pecho con suavidad.
Acarició sus hebras azabaches con cariño y reparto besos en su frente. Aki sonríe con cariño y me besa el rostro. Nos acurrucamos bajo las sábanas y nos permitimos relajarnos.
Que gran noche.
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