A•U•T•I•S•M AU! [Invader Zim]

[9 7] •[FINAL]•

Eventualmente procedió a abrazarlo como lo hacía casi todas las mañanas, el ojiazul suspiró rendido y correspondió suavemente a este. El par de hermanos permanecieron abrazados por un momento hasta que finalmente se separaron.

—¿No irás a desayunar?– Preguntó el menor con un tono de inocencia.

—... ¿Cuantas veces debo decírtelo?– Mencionó el castaño —Iré cuando tenga hambre...– Repentinamente sus palabras fueron cortadas al ver como Tak pasaba frente a ellos, la pelimorada le dedicó una sonrisa de diversión... Una que sin dudas lo aterró.

Casi como si se tratara de un reflejo, el ojiazul cerró la puerta de imprevisto confundiendo un poco a Gir; pero al ver el por qué lo había hecho rápidamente se posicionó frente a esta mientras le dedicaba una mirada con cierto odio a la adolescente.

Esta última sólo rodó los ojos mientras se disponía a bajar hacia la cocina,"gracias a dios esto terminará rápido",  pensó.

Por otro lado, Zim se encontraba sobre su cama; estaba sentado mientras abrazaba a su pequeño peluche de alce en un intento por tranquilizarse al tiempo que se mecía lentamente de atrás para adelante.

Su respiración había comenzado a intensificarse un poco, obviamente las emociones como el miedo aún eran algo verdaderamente caótico para su cabeza. Pues (por exagerado que pueda sonar) cada vez que el ojiazul se aterraba demasiado prácticamente podía sentir como todo a su alrededor se distorsionaba u otras veces se "venía abajo".

•••

El azabache se encontraba revisando algunos de los lugares donde tenía contemplado llevar a Zim durante su cita... Y digamos que el criterio de Dib era un tanto "exigente" (o al menos para la mayoría de gerentes con los que tuvo que tratar).

—... ¿Y no podría encargarse del ruido sólo un poco?– Se le escuchó preguntar mientras hablaba por teléfono con uno de ellos —Mire, sucede que mi novio tiene el Trastorno del Espectro Autista y...– Irónicamente la llamada fue colgada antes de que pudiera explicar.

Eventualmente, y principalmente porque ese era el decimocuarto lugar donde lo rechazaban en las aproximadamente cuatro horas que llevaba de su búsqueda, azotó violentamente el teléfono contra la mesa mientras sentía como era carcomido internamente por una furia e impotencia enormes.

—¿Cuál demonios es tu problema?– Preguntó Gaz al notar la reacción del contrario 

—¡LAS PERSONAS SON EL MALDITO PROBLEMA!– Exclamó mientras golpeaba la mesa con fuerzas —No puedo creer que en pleno jodido siglo veintiuno exista gente tan... Maldición, ¡RETRÓGRADA!– El pelinegro podía sentir unas incontenibles ganas de romper en llanto debido a la furia.

—Bueno... No te culpes por esto– Habló la pelimorada en un intento por reconfortar al de gabardina —No es tu culpa que esos idiotas no estén preparados para atender a alguien como Zim, ¿por qué mejor no te olvidas del restaurante y sólo lo llevas a caminar?– Propuso.

Eventualmente Dib pudo sentir como unas pequeñas lágrimas comenzaban a rodar por sus mejillas, las limpió junto con la mucosa que brotaba de su nariz y posteriormente habló.

—...Esto no se trata del maldito restaurante– Mencionó —S-Sólo quiero que él se sienta... Incluido, ha pasado por tanto que esto es lo último que necesita antes de convertirse en un jodido antisocial– Concluyó para soltar a sollozar levemente, Gaz debía admitir que eso la conmovía un poco. 

Pues hasta ese momento no tenía idea de lo que el azabache sería capaz de hacer por el bienestar del ojiazul... Verdaderamente eso era algo de admirar.