Capítulo 14: Insomnio

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Capítulo de regalo, como disculpa por haber tardado tanto en actualizar <3

Disfrútenlo :)

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Fue difícil para todos empezar esa nueva era con los de la cárcel. Yo no era la única que perdía los estribos, a veces Judith también tenía que marcharse para tomar el aire y aclarar sus ideas cuando pensaba en Noah, y Joy también cuando pensaba en Freddy muriendo frente a ella el día de la fábrica.

Todos estábamos haciendo mucho esfuerzo para empezar a construir esa confianza entre ambos grupos.

Unos días después de nuestra unión hicimos una expedición junto a Richard y Alicia, aprovechamos ese rato para hablar y programar proyectos futuros y entonces ahí pude ver con mis propios ojos que Richard, que cuando lo conocí parecía el asesino más frío de todos, sí quería un mundo mejor para su hija.

En esa expedición también tuve que enfrentarme a Morgan, el hermano del hombre al que maté a sangre fría el día que La Cárcel nos capturó.

Richard tuvo que sujetarlo porque el hombre vino directamente hacia mí cuando me vio, y después de una detenida charla con él terminó calmándose. Prometió mantener la paz pero también las distancias, y ese trato me pareció justo porque fue lo mismo que pedí yo con Sam.

No quería verlo por nada del mundo.

Ahora nos centrábamos en una misión conjunta; alejar a la maldita horda. Estaba en un punto medio entre La Cárcel y La Cabaña, por lo que ambos grupos estábamos en peligro.

—Si seguimos el plan será más que efectivo. —habló Richard mirando por los prismáticos.

—Bien, pues en marcha. —contestó papá.

Después de pensarlo detenidamente, lo mejor que podíamos hacer era conducir la gran horda con dos coches, alejarla bastantes quilómetros y luego volver. Los depósitos estarían llenos y si todo salía bien podríamos dormir tranquilos por las noches. La desventaja era que perderíamos uno de los coches, y Richard sería el que sacrificaría uno de los suyos ya que tenía cinco y nosotros tan solo dos.

—Te quiero de vuelta mañana. —le dije seria a mi padre. —Por favor.

—Lo haré. —besó mi frente. —Te diría que cuides bien de La Cabaña pero en mi ausencia... No puede haber una líder mejor.

Richard y Marcus irían en un coche mientras que mi padre y Sean en otro. Ambas hijas nos estábamos despidiendo de nuestro padre sobre aquel acantilado donde caminaban más de quinientos chasqueadores en el río seco de abajo.

A Joy y a mí nos costó despedirnos, pero la hora había llegado y tuvimos que dejarlo ir. La última imagen que tuve de él fue su saludo cuando sacó medio cuerpo por la ventana del copiloto de aquel Jeep.

—Estará bien. —escuché a Billie detrás de mí. —Es el hombre más fuerte que conozco.

—Lo se, pero odio las despedidas.

Dejé de mirar el rastro de arena que dejaban los coches mientras se alejaban y me acerqué a la hoguera que acababa de encender Alicia con su amigo Jeremy. A primera hora de la mañana hacía demasiado frío en estas fechas. Joy, Billie y yo nos sentamos una al lado de la otra y nos calentamos las manos frente al fuego.

—Alec, ¿me recibes? —observé a mi hermana hablando por el walkie.

—Te recibo. ¿Novedades? —contestó el chico tras la línea.

—Han salido.

—Por aquí todo en orden.

—Bien, nos vemos en la noche. —dijo Joy. —Cambio y corto.

La paranoia de QuinnDove le storie prendono vita. Scoprilo ora