Oker ni siquiera preguntó se tragó cuatro y suplicó ir con su hijo.

—Está bien, Ivory está cuidando de él, es un niño precioso, como su padre —le sonrió.

Aquella beta le cayó bien al instante, era quizás un poco demasiado alta para ser una beta, pero su mirada era tan calmada que irremediablemente Oker confió en ella.

Lo ayudó a volver a la cama, y pasado un rato le preguntó:

—¿Te encuentras mejor? —Oker solo asintió sintiéndose completamente abochornado.

Eran supresores de la más alta calidad, era como los que él tomaba cuando aún era alguien respetable.

Él jamás hubiera podido costearse esos medicamentos ahora, ¿se lo descontaría de su sueldo? El mero pensamiento le hizo tocar fondo y darse cuenta de cuán deprimente era su vida.

—Quiero ver a mi hijo —dijo a la beta— por favor.

La mujer le miró comprensiva y salió de la habitación, Oker intentó adecentarse, pero vio que era imposible levantarse correctamente. Tomó uno de los cobertores de la cama y lo colocó sobre el desastre de sus piernas.

La beta había abierto las ventanas en cuanto dejó a Oker en la cama, pero seguía oliendo cuando la mujer entró. El omega respiró aliviado al ver a su hijo corriendo hasta él.

De un salto subió a la cama y Oker le abrazó besando su cabecita.

Respiró su aroma infantil, solo se alegraba que aquello no parecía haber afectado a su cachorro, era aún lo suficientemente pequeño para no comprender el alcance de lo que había estado a punto de suceder.

Y en ese momento, recordó al alfa que lo había contratado, el que podría haber hecho lo que hubiera querido con él, pero que se había retirado dejándolo solo, calmando a su cachorro y dándole supresores de la más alta calidad.

Debería estar agradecido, pero en el fondo no lo sentía, él estaba en aquella situación por su culpa, odiaba tanto que su naturaleza hiciera eso con ellos. Odiaba tanto su vida, odiaba tanto solo poder confiar en las buenas intenciones de los demás.

No se dio cuenta de que había comenzado a llorar hasta que su hijo se secó las lágrimas que le estaban mojando la frente.

Estaba hecho un desastre, su ropa empapada, sin nada que ponerse y con un alfa que podía asegurar estaría hecho una furia y le culparía a él de todo.

—Vamos, pequeño —le dijo a Kyle secándole sus propias lágrimas del rostro—. Hay que volver al trabajo.

Su mente estaba intentando pensar en cómo salir de la cama, intentar asearse mínimamente y poder retomar el día.

Kyle le tendió su manita queriendo ayudarle a levantarse, y finalmente pudo hacerlo, iba a ser un día durísimo, pero tenía que hacerlo.

Cuando llegaron a la puerta, Oker tomó una profunda respiración. Lo que hubiera fuera de allí no le iba a gustar, así que trató de crear una coraza sobre él.

Al abrir la puerta, escuchó voces en el salón de la vivienda, reconocería el tono de ese alfa en cualquier lado. Sonaba molesto, muy molesto.

Oker apretó la manita de Kyle que no le había soltado en ningún momento, y cuando entró a la habitación vio al alfa con la mandíbula duramente apretada mientras la beta tenía su mano en su hombro.

No se había cuestionado quién era esa beta hasta ese momento, cuando los ojos oscuros del alfa le miraron supo que si hasta entonces había sido duro y desagradable con él, ahora su vida se había complicado muchísimo más. Podía notar el odio llegando hasta él casi golpeándolo.

Había puesto al alfa en evidencia delante de su pareja, y eso le iba a costar caro al omega, o eso era lo que él pensaba.

Ella solo apretaba con más fuerza su hombro, pero para Oker solo tuvo una sonrisa abierta.

El timbre de la vivienda sonó rompiendo aquel triángulo angustiante.

El alfa fue a abrir y Oker tuvo que contener la respiración. Por la puerta, un alfa rubio que no disimuló en oler el ambiente le clavó sus ojos oscuros, pero lo que más le sorprendió fue el omega que venía tras él.

Ambos se miraron sin poder creerlo.

—¿Oker? —preguntó el omega recién llegado.

—¿Milo? —consiguió rescatar hurgando de un pasado que le parecía casi irreal.

—¿Milo? —consiguió rescatar hurgando de un pasado que le parecía casi irreal

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Nuevos personajes  y viejos conocidos.

Ivory será lo desagradable que sea pero no se le puede negar su fuerza de voluntad.

¿Quién será este omega?

Muchas gracias por acompañarme, me dais la vida.

Aprovecho y os deseo unas felices fiestas, una feliz Navidad y sobre todo que la paséis como más os guste.

Nos vemos antes de que acabe el año.

Besitos

Sara

OmegaWhere stories live. Discover now