JAEHYUN
Mis clases matutinas pasaron lentamente. Yo sabía que estudiar diseño de videojuegos iba a ser una gran cantidad de clases técnicas acerca de codificación y de informática, y estoy de acuerdo con eso. Pero algunos de los profesores realmente podrían trabajar en sus monótonas formas.
El calendario en mi teléfono me recuerda que tengo una cita con mi asesor en veinte minutos, lo cual es más que suficiente tiempo para ir a pie hacia el edificio de oficinas de la facultad. En mi camino, hago una parada rápida en los dormitorios Randall Hall para terminar con algún pobre diablo llamado Hoshi cuyo novio está harto de él. ¿Qué puedo decir? Son unos frescos cien dólares, y yo soy muy bueno botando gente. Estoy comercializando mi conjunto de habilidades.
—¿Jung JaeHyun? —soy saludado cuando entro a la oficina de mi asesora sólo cinco minutos después de nuestro tiempo programado para la reunión.
—Sí, ese soy yo —el agradable zumbido de un orgasmo y medio cigarro ha desaparecido, y dejándome inquieto sobre la razón por la cual esta reunión fue solicitada.
—JaeHyun, me alegra que hayas sido capaz de pasarte para conversar esta tarde. Me di cuenta de que no has pagado el saldo de este semestre todavía, y quería ver si necesitabas información de ayuda financiera.
Mis entrañas se retuercen, y me hundo en la silla frente a mi consejera, Mary.
—Se lo dije, no me gusta la idea de ponerle fin a la escuela con una deuda enorme. ¿Cuánto tiempo tengo para pagar el saldo de este semestre?
—Hasta el 17 de abril. Si no pagas para entonces, serás sacado de tus clases.
—Lo resolveré —le aseguro.
Siempre he encontrado una manera de pagar cada semestre, de una manera u otra. El semestre pasado fue cuando la idea de publicar el anuncio de romper con la gente por dinero vino a mí. Y eso me ayudó. Estoy seguro de que voy a encontrar una manera de pagar este semestre también.
—Si cambias de opinión, estaré feliz de darte más opciones de préstamos contigo.
—Gracias.
Lanzo mi mochila sobre el hombro y salgo de la oficina sin mirar hacia atrás.
¿Qué coño es lo que voy a hacer?
Tengo algunos de los grandes en mi cuenta de mi otro trabajo, pero estaba contando que fuera para gastos de manutención. Voy a tener que rezar mucho para que la gente necesite de alguien para hacer el trabajo sucio de dejar a alguien por ellos para este semestre si voy a pasar desapercibido.
Me dejo caer al lado de un árbol retorcido en el patio y entierro la cara en mis manos.
—Tengo que dejar a esta chica, pero no me gusta el drama, ¿sabes? —dice un chico por mi izquierda—Sé que habrá discusión y preguntas acerca de por qué las cosas no están funcionando. Es mi infierno.
Me río para mí mismo y sacudo mi cabeza. Romper es fácil; es mantener a alguien cerca donde está el truco. No pude hacer que mis padres no me abandonaran, no pude encontrar una familia de acogida que me conservara, y para cuando me di cuenta para qué era mi pene, no había oportunidad en el infierno de que fuera a darle la oportunidad a cualquier hombre de dejarme.
—Sería fantástico si pudiese pagarle a alguien para romper con ella por ti —el amigo del sujeto bromea y ambos se ríen.
Empujo mis pies y paso mis manos por mi cabello rebelde otra vez antes de girar para hacer frente a los hombres con mi mejor sonrisa.
—Disculpa, pero parece que tienes un problema con el que puedo ayudar. Los dos hombres comparten una mirada confusa.
—No estamos tratando de comprar drogas —dice uno de ellos, mirándome de arriba abajo.
