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02. yoongi, un doncel

Entre las familias existe la peculiaridad de mantener secretos. En la mayor parte de los casos prefieren proteger su reputación frente a la sociedad, por ejemplo; quienes poseen un estatus social con una base sólida de privilegios pueden callar a cualquier persona y eliminar un hecho, los secretos para ellos funcionan como cuchillos que llevan un gran peso sobre sí, listas para atacar a cualquiera y hundir el filo en el pecho de la víctima. Hay secretos que permanecen en la garganta como un fuerte nudo y nunca son pronunciados, llegando hasta el lecho de su muerte.

A Min YooRim le bastó una llamada de tres minutos para revelar el secreto que amenazaba el quiebre definitivo de su apellido y la integridad de su familia.

Tenía treinta años cuando murió desangrado en su habitación, sosteniendo en sus brazos a una recién nacida envuelta en el saco de quién alguna vez llamó amante, fue encontrado por la única mujer en la que había confiado, su hermana.

Más tarde, por las noticias se escuchó que un secretario de la compañía Min se había aventado desde un puente por haber perdido a su familia.

Min YoonJi no podía tener hijos, pensaba que su fertilidad había sido transportada a su hermano menor, aunque ese pensamiento la abrumara, el sentimiento de amor incondicional que le tenía era superior a cualquier otro, por lo que prometió cuidar y amar a la niña como a su propia hija.

Min Sejeong nació con una cuchara de oro en la boca debido a que su padre perteneció a un Chaebol, nunca le faltaría nada en ningún ámbito social y sentimental, de eso se aseguró YoonJi.

Cuando Sejeong cumplió veinticinco años conoció a Ahn Taemoo, un hombre honesto con cierto complejo narcisista, pero tierno al final del día que la amaba como nadie, a los veintisiete cuando se convirtió en directora de la empresa de su padre, decidieron casarse y más tarde tuvieron a su primer y único hijo; Min YoonGi, quien heredó los ojos celestes de su abuelo y el rubio de su madre junto a su sonrisa, un niño energético y sumamente dulce.

La infancia de YoonGi concluyó como una de las etapas más felices de su vida, y con ella, dio inicio a una complicada adolescencia.

En la escuela le enseñaron que las niñas llegaban a una etapa llamada menstruación que las acompañaría toda su vida, eso significaba que su cuerpo estaba cambiando, por lo que no esperaba la noche que despertó llorando por el insoportable dolor en su abdomen, encontrando en su cama una enorme mancha roja.

Su abuela se enteró de su estado y de forma inmediata le dijo a Sejeong que le realizara exámenes y estudios de sangre, pero siempre de forma privada.

Encontraron en su vientre la formación de un útero y en la sangre ovarios, también supieron que tenía una baja producción de esperma, dando como respuesta su estado estéril. Dichos resultados fueron los mismos que le dieron al padre de Sejeong años atrás.

Ante el grave estado de desconcierto que presentaba el matrimonio, YoonJi tuvo que hablar, sin poder creer que lo que había matado a su hermano también podría acabar con su pequeño YoonGi, el niño risueño de catorce años que no entendía la tristeza de sus padres ni mucho menos, la gravedad del asunto.

El momento en el que YoonGi fue informado de su "capacidad" entró en un trance que le quitó el habla por casi una semana. Su abuela YoonJi le dijo que él era un "Doncel", un hombre que podía quedar embarazado, pero no había problema en ese entonces porque para la familia Min, YoonGi dirigiría su atracción a las mujeres.

ㅡLa señora de la farmacia me estaba juzgando cuando pagué la prueba de embarazo, dijo que había sido una calienteㅡ dijo Jisoo, en un tono molesto, pero la escena de la farmacia pasó a segundo plano cuando el silencio seguía siendo su respuesta. ㅡYoonGi, respondeme por favor ¿está todo bien?ㅡ insistió.

Dentro del baño, entre las cuatro paredes se encontraba un desdichado adolescente que se observaba en el espejo con la mirada perturbada, esperando a que la respuesta fuera negativa y que su vida continuara como hasta ahora, la mano le temblaba al tomar la prueba para verificarlo, implorando a toda deidad existente una respuesta a su favor.

Cerró los ojos, tomó aire y exhaló, un nudo en su garganta lo obligó a finalmente abrirlos y ver la prueba de embarazo.

ㅡUn bebéㅡ murmuró para sí mismo totalmente petrificado, apretándose el estómago con el antebrazo, su puño de manera involuntaria se alzaba y lo golpeaba con un gran resentimiento.

ㅡEstoy esperando un bebéㅡ sollozó.

En ese momento reconoció al sentimiento tan abrumador que lo quemaba por dentro hasta hacerle perder el equilibrio y la respiración misma, deseaba como nunca antes desaparecer o que todo fuera un sueño y nada, absolutamente nada estuviera formándose dentro de él.

YoonGi era un adolescente, no tenía nada que ofrecer más que su apellido.

A lo lejos logró escuchar el sonido de un tintineo, como las llaves cuando eran sacudidas. Jisoo abrió la puerta con gran fuerza solo para encontrar a su primo menor postrado en el suelo, a su lado estaba la prueba de embarazo y el horror también la atacó al ver el resultado.

Pronto se sintió envuelto en un par de brazos, aunque deseó que fuera JiMin su consuelo, eran de la castaña que le susurraba palabras de aliento o eso creía, porque para sus oídos solo eran zumbidos inentendibles.

ㅡGatito por favor, escúchame.

Por su cabeza sólo pasaban miles de incógnitas y escenarios deprimentes donde era abandonado con una gran barriga en un oscuro callejón.

¿Qué pasaría ahora?

¿Qué iban a decir sus padres?

¿JiMin sería capaz de abandonarlo?

¿JiMin iba a tratarlo cómo a un fenómeno?

ㅡNoona, no quiero.

ㅡ¿A qué te refieres, gatito?

ㅡNo quiero tenerlo, no quiero que crezca ¡Noona, haz que desaparezca por favor!

ㅡNo puedo hacer eso YoonGi.

El aire empezó a quemar sus pulmones y su conciencia se perdió, inundando por el miedo sólo podía alcanzar a llorar, llorar hasta desgarrar su garganta.

ㅡ¡No quiero, no quiero, no quiero!

ㅡGatito, mi pequeño gatito, está bien, llora todo lo que quieras y grita, noona va a cuidarte.

Y YoonGi solamente se dedicó a desahogarse.