Capítulo 175: 1982

Mulai dari awal
                                    

— Lo colgué mal. — Dijo Remus, regresando lentamente a su nido en el sofá, donde al menos estaba caloruso. Enroscó sus pies helados debajo de sí mismo y volvió a coger una botella.

— ¿Qué mierda ha estado pasando aquí? — Grant miró el desorden a su alrededor. Miró a Remus de nuevo, — ... Dios, no te ha dejado, ¿No?

Remus lo miró fijamente y no pudo evitarlo. Comenzó a llorar. Se inclinó hacia adelante de rodillas, dejó caer la cabeza entre las manos y lloró como un niño.

— Mierda, — Grant se apresuró a sentarse a su lado, sin importarle las latas vacías, los cojines y las mantas malolientes, — ¡Yo y mi bocaza! ¡Lo siento! No quise… — atrajo a Remus hacia él sin pensarlo, y debió haber sido horrible para él, porque Remus sabía que no se había bañado en años, todo lo que había hecho era beber y llorar durante días y días y días. Pero Grant lo abrazó firmemente.

— Se han ido. — Remus dijo, cuando pudo hablar. — Estoy solo.

— Carajo. — Dijo Grant. — No estás solo.

Remus lloró aún más fuerte.

...

No pasó un solo día, y no pasaría un solo día, durante muchos años, en el que no pensara en Sirius y sufriera. Era una tortura abstracta y cruel, y Remus se resignó a una vida de absoluta miseria.

Dondequiera que mirara, lo perseguían los pensamientos y recuerdos de sus amigos, de las cosas que nunca podrían hacer abora y de las cosas que él no había hecho a tiempo. Asistió al funeral, uno conjunto para Lily y James, seguido de un homenaje a Peter. Remus se sentó en la parte de atrás y se fue antes del velorio, en caso de que alguien intentara hablar con él.

Estaba aterrorizado de que alguien quisiera preguntarle sobre Sirius, que quisiera preguntarle lo que sabía. O de que le dijieran algo que no quería saber. Así que Remus no se quedó para recordar, o 'celebrar' la vida de sus amigos, (Honestamente, qué idea tan despreciable). Se fue a casa solo y se emborrachó. Se emborrachó todos los días durante semanas.

Se quedó en el piso del Soho; no tenía otra opción; estaba solo sin dinero, sin familia. Sin amigos.

La Orden se disolvió y aquellos que todavía tenían vidas que valían la pena vivir no querían andar con él. No podría encontrar ningún trabajo en el mundo mágico y, al no haberse sentido nunca como en casa, decidió retirarse.

Después de enterarse del destino de los Longbottom en el Diario El Profeta, dejó de leer los periódicos. No se volvió a conectar a la red flu, no usó magia en absoluto a menos que realmente tuviera que hacerlo. Dejó de ir al Callejón Diagon, y por todo lo demás, se quedó viviendo como un muggle.

Mary le envió postales desde Jamaica, desde Trinidad, desde Santa Lucía; parecía tener familia en todo el Caribe. Ella se la pasó escribiéndole "lo siento". Remus no sabía por qué; ambos habían perdido las mismas cosas. Al menos a ella le importaba lo suficiente como para ponerse en contacto con él.

Dumbledore en realidad si trató de contactarlo un par de veces, pero Remus deliberadamente se hizo difícil de alcanzar. Estaba furioso con el anciano, quien en lo que a Remus se refería nunca había levantado un dedo para ayudar. Quién los había metido a todos en la guerra, jóvenes como eran y estúpidos como eran, y que los vio morir uno por uno sin pestañear. Incluso el bebé, Harry, fue rápidamente derivado a algún rincón anónimo de Surrey. En lo que se refería a Harry, era posible que él nunca supiera sobre la existencia de los merodeadores. Mejor hubiese sido que nunca hubiesen existido.

All the young dudes - españolTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang