La Princesa Del Olimpo

La Doncella

Atenea: Sophie, ¿Dónde estás?

Sophie: En la fuente. Volteo para verla

Atenea: Hermana no puedes estar aquí ahora.

Atenea: Ve inmediatamente a tus aposentos.

Ruedo los ojos y volteo para enfrentarme a ella.

Sophie: ¡Y por qué no!

Sophie: Desde que desperté me han querido encerrar en mis aposentos, sin darme explicación alguna.

Atenea: Y aun así estas aquí. Se cruzo de brazos con una sonrisa en sus labios

Sophie: Si y todavía no me dicen nada.

Atenea iba hablar cuando apareció Hermes y nos interrumpió, con una expresión de seriedad y enojo.

Hermes: Ahí estas pequeña escurridiza. Me señaló con el dedo

Hermes: A tus aposentos ahora, Atenea padre te está esperando en el salón del trono.

Atenea: Ya llego "él".

Hermes: Si.

Sophie: Oigan sigo aquí y quien es "él", acaso es del que me están escondiendo.

Hermes: Aún sigues aquí, vete a tus aposentos.

Me chaqueo los dedos y señaló el camino a mis aposentos, fruncí el ceño con enojo inventado y piso con fuerza el suelo antes de girar e irme.

Hermes: Oye oye, sin rabietas o la grande y mala hidra ira por ti. Corrió hacia mi con los brazos en alto

Corro mientras el me persigue, me pongo al otro lado de la fuente y empieza a confundirlo para escapar. El podría fácilmente atraparme pero eso arruinaría nuestra diversión.

Hermes: Te atrape. Me tomo de la cintura y me cargo como novia

Sophie: Ajaja, hermano ya suéltame.

Me soltó, tomo mi cabeza de los lados y dejo un beso en mi frente antes de empujar me para que fuera a mis aposentos.

Durante el camino los murmullos y gritos de mi padre, tíos, hermanos y los sirvientes se mezclaban llamando mi atención, me acercó apoyándome en uno de los pilares.

Al frente estában mi padre, mi tía Hera, mis tíos Hades y Poseidon a los lados de ellos, mi hermano Hermes a la derecha junto con Afrodita, Apolo y Artemisa, del lado izquierdo Helios, Hércules, Atenea, Dionisio, Hefesto y donde debería haber estado mi hermano Ares se encontraba otro.

La ira me empezó a llenar al ver a este idiota sentado en el trono de mi amado hermano y nadie dice nada. Solo estaban peleando con el sobre unas batallas y conquistas que el hacía, sin darme cuenta empiezo apartarme del pilar mostrando mi presencia.

Es alto de 1,94, delgado atlético estructura bien definida grandes músculos, con un tatuaje rojo que bajaba por la mayor parte de la parte superior del cuerpo y subía hasta la cara. En su rostro, además del tatuaje, tenis una cicatriz en el ojo derecho y una perilla negra y ojos color avellana.

Aparecían como el oro recién sacado de la tierra

¡Espera que estoy diciendo, ese imbécil se está sentado en el trono de mi hermano como si fuera suyo!

Voltea los ojos ante las palabras de mi hermana, y su mirada esta en mi, el miedo corrió por todo mi cuerpo al darme cuenta de eso y salgo corriendo de ahí. Al llegar cierro las enormes puertas y quito las telas que ocultaban mi cama, me acuesto y pienso en el hombre que vi.

Cierro los ojos y me dejó caer en los brazos de Morfeo rápidamente, luego de un tiempo de sueño sentí como me sacudían para despertarme, abro los ojos y veo al rey del Olimpo completamente enojado.

Sophie: Padre, que linda sorpresa verte aquí, ¿te hiciste algo en la barba?

Zeus: Fuiste a la sala del trono cuando te dije estrictamente que te quedaras AQUI. Los rayos empezaron a sonar

Sophie: Si te digiera que me equivoque en el camino me creerías. Le doy una sonrisa nerviosa

Zeus: Estas en problemas jovencita.

Sophie: ¡¡No es justo!! La que debería estar molesta soy yo. Nuevamente los rayos suenan de fondo pero esta vez fue por mi

Zeus: ¿Tu? Aquí la que rompió las reglas fuiste tu.

Sophie: Pero el que deja que un.. un inútil se siente en el trono de mi hermano eres tu.

Zeus: No me hables...

Sophie: Y no sólo haces eso sí no que también me ocultan cosas.

Zeus: Mi princesa eso no es cierto.

Sophie: Ah no entonces dime quien es el, de donde viene y por qué su estúpido trasero está en el trono de Ares.

Me levanto y me paro en la cama para parecer igual de alta que mi padre.

Zeus: Eso no te incumbe.

Sophie: Padre. Me cruzo de brazos

Zeus: Lo único que debes saber es que nunca debes acercarte a ese hombre y que el es el asesino de tu hermano.

Zeus: No volverás a ir al reino de Ares y a partir de mañana serás acompañada por guardias y tus hermanos.

Sophie: ¡No es justo! Es a el al que deberían de castigar no a mi.

Zeus: SUFICIENTE.

Las puertas de mis aposentos se abrieron de golpe mostrando a Athena, Hera y a Artemisa.

Hera: Si quiere ver al fantasma de Esparta que lo haga.

Hera: No se porqué tanto alboroto en querer protegerla.

Zeus: Lárgate mujer. La señaló y luego ella se fue

Atenea: Hermana debes entender a padre, el solo trata de protegerte.

Sophie: De que.

Artemisa: El Espartano, asesino a nuestro hermano y es una máquina de matar sin sentimiento.

Sophie: Pues eso no me importa, quiero mi libertad y quiero ir al reino de Ares.

Artemisa: Hacer eso es tentar al Espartano, no le agrada a nadie.

Artemisa: Exacto a Afrodita y Atenea. Murmura

Sophie: Pues que alguna de ellas me acompañe. Dijo sin saber el verdadero significado de las palabras de Artemisa

La habitación se queda en silencio por unos momentos, Atenea tenía la mirada perdida en la nada pensando en una solución.

Atenea: Padre si me permites la puedo llevar conmigo a la reunión que tengo con el.

Atenea: Se quedaría en la entrada así el espartano no la verá.

Sophie: Gran idea conozco los pasadizo secretos del palacio y hay uno en la entrada.

Zeus: Pero con una condición, no dejes que te vea.

Sophie: Lo prometo. Salto para abrazarlo y luego abrazar a mi hermana

Atenea: Vístete nos vamos ahora.

Me fui al otro lado de mi habitación y busque el vestido que utilizo para entrenar, el vestido era corto de color blanco con tiras de cuero en la cintura y lleve mi daga conmigo.

Sophie: Estoy lista.

Atenea lideró el camino y dejamos a mi padre y Artemisa.

Artemisa: Padre, sabes que no podemos dejarla aquí para siempre, y que kratos la vea.

Zeus: Lo se, pero no quiero perderla a ella también.