Cuentos cortos

El descanso

Una luz blanca iluminaba a un hombre que bebía una cerveza como único alimento. Cambiaba de canal aburrido, de pronto alguien vestido de blanco le pregunto ¿Porque no sales de aquí?. No le respondió había dejado hace mucho de molestarse en contestar y menos por el intruso. Ya que estaba aburrido y agotado de responder la misma pregunta de su esposa e hijos cada vez que tenía tiempo libre de su demandante trabajo por el cual apenas descansaba. Si quería descansar era problema suyo.

Se escuchó un estornudo, una extraña presencia vestida de color rojo con un tridente se limpiaba la nariz después de haber estornudado. Y luego dijo: Quédate dónde estás ¿Para que salir no te pierdes de nada a fuera?

El ángel se enojo iluminando su aureola de furia cegando al hombre y al demonio molestando a ambos. Estaba muy molesto porque el demonio estaba corrompiendo al hombre con la pereza, sigo hablando despotricando contra el demonio, luego procedió a hablarle como un niño al hombre de todas las actividades que podría hacer en el exterior, recomendando de forma enérgica el ejercicio para bajar la panza. Molestando aún más al hombre  ya que aquel angel lo estaba infravalorando sus esfuerzos que hacía todos los días y llamando vago en su cara en sus descansos ganado con creces.

El diablo ignoro todo lo que decía el ángel fijaba su vista este vago (compartía las misma percepción del ángel sobre el hombre, la que jamás admitiría ya que eran de bandos enemigos) cuya única suerte parecía no haberse quedado calvo, le interesaba ya que lo consideraba como una víctima fácil para robar su alma por lo que se mostraba amable y lo felicitaba, adulaba y le contaba de todos los programas entretenidos que poseía. Sin olvidar de hablarle de las ventajas de estar sentado de forma constante.

El ángel escucho aún más ofendiendo que antes de todo lo que le postulaba el demonio, ya que su postura era contra la pereza. Y se dirigió directo al demonio decidido a ganarle por el bien del humano, el otro que está vez se involucro más refuto todos los argumentos de su adversario convirtiéndose poco a poco en una acalorada discusión.

Ambos se dejaron llevar olvidándose de lo que venían en un principio, dejando al hombre solo frustrado tratando de ver la televisión pero cada vez los gritos de aquella pelea no le dejaban escuchar nada.

En un punto el hombre no pudo aguantar más así que les pidió que molestaran a otro mortal, el ángel y el demonio lo miraron un segundo y retomaron su acalorada discusión, molestando enorme al hombre que lo único que quería era disfrutar de su descanso. De forma impulsiva fue por su arma (que guardaba por protección) disparando al angel y al demonio que cayeron muertos.
Cuando el hombre se sentó volvió a disfrutar de su descanso con la sangre de ambos regando el suelo.