1. Bienvenido a Mayonaka

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¿Dura competencia? Tch. Gran charla. Pez pequeño.

—Te veré dentro. Bienvenido a Mayonaka —dice Tachihara, extendiendo un brazo en dirección al carril derecho.

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—Vas a ganar, Zai. Es un hecho —insiste Ranpo, tan animado como siempre.

Dazai tararea, asegurándose de que el soporte de la antorcha esté firme, cada una de las tres puntas negras hundidas unos centímetros en el suelo.

—Ya veremos. Es bueno mantenerse humilde —responde una vez que está satisfecho. Ranpo coloca un puñado de maleza en la pequeña canasta hecha de alambre que se encuentra en la punta del soporte, y luego Dazai la enciende con un fósforo, alimentando la llama con las manos ahuecadas hasta que esté saludable.

Como el corazón y el alma de Mayonaka, casi siempre es su trabajo preparar las noches de carreras.

A decir verdad, Dazai es bastante confiado. Su respuesta es tanto un recordatorio para él como para Ranpo.

—¿Él va a ganar qué? —se acerca una voz conocida. Dazai se gira una vez que el crujido de la hierba seca bajo los pasos se acerca lo suficiente, y le sonríe a Yosano, cuyos rasgos están iluminados por la luz del fuego a un lado y la luz de la luna al otro. Ella lleva su pañuelo azul floreado para mantener el flequillo fuera de su cara esta noche. Es el que Dazai le regaló para su cumpleaños.

—¿Aún no te has enterado? —pregunta Ranpo—. Es la noticia en las calles.

—Bueno. Tú eres el chico de las noticias, no yo. Así que ilumíname —pide Yosano, dejando su caja de herramientas en el suelo para sacar una antorcha de la maleta que cuelga del hombro de Dazai.

—Gatsby. Ese ricachón de Fitzgerald —comienza Ranpo—. Hace unos días anunció una oferta para patrocinar la inscripción de uno de los corredores del círculo clandestino de Yokohama a la Fórmula 3, en California. El ganador comienza con tres días de escuela de carreras y luego compite en la temporada.

—¡Oh, mierda! —exclama Yosano, mirando entre Dazai y Ranpo mientras endereza la espalda, colocando las manos en las caderas.

—Es un gran problema, ¿verdad? —pregunta ella mientras el trío se mueve hacia la izquierda para terminar de iluminar el resto de su querido terreno. Están empezando a llegar más clientes habituales, instalando sillas de camping y provocando el alboroto reconfortante que tanto le gusta a Dazai.

—¿Uh- duh? —dice Ranpo—. Tienes que esforzarte, pero eso es un boleto para entrar a la lista de la F1. Imagínate eso, Akiko. Nuestro propio Dazai en la F1, justo donde debe estar.

Dazai le ofrece una suave sonrisa.

Justo donde debe estar, ¿eh?

Si los dichos como "la manzana no cae lejos del árbol" son ciertos, entonces Dazai en la lista de la F1 significa que terminará tres metros bajo tierra más temprano que tarde.

No le disgusta demasiado la idea.

Alguien enciende la música y los fuertes ritmos de EIFORYA de Armin van Buuren comienzan a despertar la adrenalina de Dazai.

—¿Pero qué tiene que hacer Dazai para conseguir la oferta? Mucha gente la quiere, ¿no? —pregunta Yosano.

—Una temporada de F1 suele durar unos 8 meses —explica Ranpo—. Así que Gatsby va a abrir su propia temporada esta noche. Una o dos carreras "oficiales" —hace comillas con los dedos—, por semana. En 8 meses, organizará un banquete para el círculo clandestino de Yokohama, donde los representantes de cada tribu votarán por el mejor conductor de la escena. Las carreras de aquí en adelante son importantes.

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