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Hoy decidí tomarme un día libre, por lo que quise aprovechar para descansar... Recalco, quise.
Quise, porque lo habría logrado si no hubiera venido a despertarme un niño.
—¡Mamá! ¿Podemos visitar a Makino? ¡Por favor!— Dijo Luffy saltando sobre la cama lleno de energía.
—¿Por qué? Yo la veo todos los días.— Dije haciéndome la desentendida.
—Mouu, ¡No es justo! ¡Tú la ves siempre pero yo nunca!— dijo el niño haciendo berrinche.
Luego de un pequeño suspiro y procesar cuál sería la "rutina" el día de hoy, comencé a hablar. —Supongo que está bien, pero déjame arreglarme primero, peque.— dije luego de un suspiro al pensar que tal vez vería a cierto pelirrojo.
Un momento... ¡Debo devolverle su sombrero! Es cierto, pero huele tan bien... ¡Ugh! Odio que mí propia consciencia me juegue en contra la mayoría del tiempo.
Luego de pensar que me pondría hoy y terminar de alistarme, fui a la habitación de Luffy para ayudarlo a él.
—Luffy, busca que ropa quieres usar.. ¡Si lo haces rápido tendrás un premio!— dije con la intención de apurar a mí pequeño.
—¡Ya voy mamá!— dijo empezando a correr, es un chico tan carismático.
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No solo me había sorprendido el verla por aquí tan temprano, mí sorpresa había sido mayor al verla entrar con un niño... ¿Será su hijo?
—Buenos días.— Saludó en general Yara.
—¡Makino!— dijo el niño al cual no conocía corriendo hacia la chica.
Noté como se sentó a mí lado viendo con ternura al mocoso... El niño me cae mal.
—Buenos días, Shanks.— me habló sonriendo sutilmente hacia mí, recién ahora me doy cuenta de que tiene mí sombrero... ¿Tan embobado me había quedado con ella que no lo noté hasta ahora?
