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19 y 17 años.





Remojó su pincel en una de las jarras que había llevado quitando la tinta que tenía para luego secarlo en un trapo lleno de manchas de todos los colores posibles. El viento movió un par de mechones negros como el carbón suyos flotando en el aire, una mano entonces tomó aquellos mechones rebeldes hasta colocarlo detrás de su oreja.

— Ya tienes muy largo el pelo —mencionó Minho aún peinando los cabellos con parcimonia— Me gusta.

— Me crece demasiado rápido como para detenerlo, es molesto a veces —volvió a llenar el pincel con pintura mezclando dos tonos que tenía en su paleta.

— Te ves bien, de hecho pareces un príncipe —apartó la mirada del sedoso cabello dándole una calada a su cigarrillo.

— Ese es un hábito desagradable —ignorando el cumplido que el mayor le dió le miró por un momento en forma de reproche— Creí haberte dicho que lo dejaras.

—Minho soltó una risa ligera— ¿Y qué va a hacerme?, ¿matarme? —bufó soltándo el humo— Pues se está tardando.

Hyunjin detuvo todo movimiento y le miró fijamente, esperando pacientemente a que el peligris notara su mirada pesada que obviamente no le tomó mucho hacer. Minho alzó una ceja en respuesta para luego sonreír con un poco de jococidad.

— Sabes que no me gusta cuando dices esas cosas —le regañó una vez más el pelinegro volviendo a pitar una flor en su cuadro.

— Jinnie no eres mi madre, nunca tuve una como para soportarla ahora —recostó entonces su cabeza en el regazo del chico quien solo rodó sus ojos— Estás muy amargado hoyo mejor dicho últimamente, ¿que tienes?. ¿Pubertad?

No recibió respuesta, en su lugar el chico siguió pintando su cuadro en silencio sin volver a voltear a verle en todo ese tiempo ni dirigirle la palabra. Minho por su lado no insistió y simplemente le acompañó en su silencio mirando todo lo que había a su alrededor buscando una manera de entretenerse.

Estaban a mediados de año, el segundo semestre en las escuelas estaba por empezar así como los segundos ciclos en las universidades. Las vacaciones de mediados de año estaban a punto de terminar al día siguiente volviendo a la transmisión habitual de todos los días y lo mejor de todo, al menos para el pelinegro, era que la temporada de lluvia estaba a punto de comenzar.

Los días seguían pasando, la vida seguía su curso como siempre y todo cambiaba. Hyunjin por ejemplo, ya llevaban 2 años de haberse conocido en el mismo jardín donde se encontraban a menudo, ahora su relación era más cercana y aquel muchachito de 15 años creció teniendo ahora 17 y un humor cambiante, constantemente a la defensiva para opinión y gusto de Minho.

Movió su cabeza un poco para poder observar la pintura que el chico pintaba aún estando medio terminar. Sabía exactamente cuál pintura estaba recreando, tantos años vividos en la tierra le dieron tiempo para informarse y aprender diferentes cosas de diferentes áreas.

— Te gusta mucho Van Gogh ¿no?, pintas muy seguido sus obras.

— Bueno es solo que...siento que son muy hermosas, sus obras me refiero —pausó sus movimientos observando el cuadro que tenía en frente— Siempre muy coloridas de alguna forma.

— Creí que no te gustaba lo colorido y que eras un emo dark —bromeó el mayor.

— Oh no me recuerdes esa etapa —soltó un sonido lastimero— Eso ya quedó atrás, las personas cambian ¿sabías?

Minho se quedó callado observando la pintura. Las personas realmente cambian ¿no es así?, todo cambiaba al final, todo....menos él.

De la nada se paró del asiento sin decir mucho sacando de nuevo un cigarrillo de la cajetilla que mantenía siempre en sus bolsillos y prendiéndolo mientras se alejaba hasta apoyarse en la entrada de la caseta. Hyunjin le miró alzando una ceja, conociéndo quizás la razón del repentino cambio de humor que parecía haber tenido el peligris haciendo que suspirara en entendimiento para que luego comenzara a guardar sus cosas con paciencia dejándolas de lado después para poder acercarse al chico.

Dile que lo amo [Hyunho]Where stories live. Discover now