-CAPITULO 3-

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Isadora

Madrid, España.

Sábado, hoy me encontraba con Jorgelina. Digo me encontraba porque jamás tuve una cita con alguna de las chicas que estuve, no quiere decir que no quisiera tener pero... ya saben que pasa siempre. Me encantaría tener una cita, pero con esa chica que estuviera volando mi cabeza, con la chica que me guste enserio, con la chica que no pueda sacar de mi cabeza, bueno ya se entendió Isadora. Entonces como había hecho con todas iba a su habitación, la única chica que fue a la mia fua Barbara porque pensé que todo seria diferente y que acabaría diferente, pero me equivoque.

Tomo aire antes de golpear la puerta y ver aparecer a Jorgelina, me olio al otro lado de la puerta, porque la abrió antes de que mi manos rozara la madera. Estaba con una camiseta corta que le llegaba por arriba del ombligo y con unas simples bragas negras.

—Llegas tarde...— murmuro coqueta.

—¿Tú crees?— sonreí.

—Ajam. Ven aquí...— me agarró de la nuca para pegarme a sus labios.

Cerre la puerta detrás mio con la boca de Jorgelina comiendo la mia, me pego a una de las paredes de su habitación, sus manos paseaban desde mi cintura hasta mi trasero. Mordí mi labio inferior cuando empezó a besar mi cuello, quería bajar hasta mi pecho pero el top que tenia puesto se lo impedía, así que con una sonrisa picara en su rostro llevo la manos al nudo detrás de mi cuello desatándolo y liberando mis senos.

—Te quedan tan sexy...— beso entre mis pechos.

Una de sus manos termino masajeando, jugando, tocando, retorciendo mi pezón y la barra que los atravesaba, a eso se refería con que me quedaban sexy. Me los había hecho el años anterior, le había pedido a Toni si me acompañaba porque yo no quería ir sola y Amanda no podía acompañarme. Sentí como mi otra cima era encerrada por sus labios, como lo succionaba, mi espalda se arqueaba cada vez que los mordía o pellizcaba. Tome el doblez de su camiseta y la quite sin mucho más, la separe de mi pegándola contra la pared, haciendo que apoyara la mejilla contra esta para poder verme, masajee uno de sus pechos antes de besar sus hombros.

—Escupe...— ordene con mis dedos cerca de su boca.

Lo hizo sin rechistar, lo hizo con una sonrisa en su rostro. Meti mi mano dentro de sus bragas buscando hacer contacto con mis dedos lubricados por su saliva contra su humedad. Su trasero se pego a mi cuando arqueo la espalda, mis dedos separaron sus pliegues y la empecé a acariciarla lentamente. Me tomaba mi tiempo para jugar con su clítoris y con su entrada, metiendo uno de mis dedos para después sacarlo, la estaba torturando un poco y volvía a acelerar un poco los movimientos.

—¿Por qué no lo hiciste con tu saliva?...— jadeo.

—Para eso te la chupaba y ya...— susurre en su oído antes de meter dos dedos dentro de ella.

Llámenme estúpida o lo que quieran, pero jamás había tocado a una chica con mi saliva, eso lo creía algo muy íntimo, no era para cualquier revolcón de una noche o dos. Lo había hecho una sola vez con Barbara, justamente el día que ella termino con todo lo nuestro, algo muy noble de recordar.

—Dios...— gimió.

Agarre su muslo para levantar su pierna y que hubiera mas profundidad en las embestidas. Mis dedos se movían dentro de ella con velocidad, sentía como se apretaba alrededor mio, como su paredes se tensaban, acomode su pierna en el dobles de mi brazo para poder apoyar mi mano en la pared y tener mas estabilidad.

—Ahh..— apoyo la frente contra la pared— Lo haces mejor que mi novio.

Inmediatamente el calor y la excitación de mi cuerpo desaparecieron.

Una Segunda Oportunidad: Volumen I -EN PROCESO-حيث تعيش القصص. اكتشف الآن