Capítulo 1: Se conocieron así - Parte 2

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Capítulo 1: Se conocieron así - Parte 2

Faltaba un buen trecho para que llegara al aeropuerto, cuando Justin vio un carro azul de último modelo detenido en la carretera. No pudo distinguir a la persona que estaba ante el volante, pero no le dio importancia. Siguió caminando hasta que escuchó una voz femenina que lo llamó:

-Oiga, señor...

Se detuvo en seco. Una mujer joven, muy bella por cierto, se había bajado del auto y lo miraba fijamente.

Justin se acercó a ella.

-Buenos días ¿Puedo ayudarla?

-Espero que sí. Llevo aquí más de una hora y nadie había pasado. Mi auto se detuvo de pronto. Sé manejarlo, pero no sé nada del motor.

-Me temo, señorita, que no voy a poder ayudarla. Nunca he tenido un auto. Lo único que puedo hacer por usted es llamar a un garaje cuando llegue al aeropuerto para que vengan a revisarle el auto y se lo arreglen.

Justin se fijó un poco más en la muchacha. Le calculó unos 22 años, de pelo negro y ojos grises. Fina y bien vestida, era muy linda.

-Necesito estar en Atlanta al mediodía.

-¿De verdad no puede ayudarme?

-Lo siento, no sé nada de autos, señorita -le dijo con cortesía.

-Me llamo Grace Palvin. -sonrió-

¿Palvin? Le sonaba ese apellido. Trató de recordar de qué, pero no lo logró. Se alzó de hombros.

-Encantado de conocerla.

-¿Va usted a Atlanta?

-Sí, tomaré el avión.

-No puedo esperar eternamente. Ayúdeme a empujar el auto al borde de la carretera. Pediré a un taller de mecánica que lo arregle y me lo lleve a Atlanta. Me iré con usted.

-Como guste.

Justin esperó a que Grace cerrara su auto y caminaron juntos en silencio. Fue ella quien lo rompió y le preguntó:

-¿Vives en Atlanta? Perdona que te trate de tú, pero somos jóvenes, no veo por qué debemos hablarnos con tanta seriedad.

-Sí, ¿y tú?

-Yo también. Fui a pasar el fin de semana con mi hermana menor, que está estudiando interna en un colegio aquí, en Canadá un poco lejos de casa, pero bueno... Tenía que pasar por esta carretera para llegar al aeropuerto y regresar a Atlanta, pero el auto se descompuso.

Justin no le hizo preguntas. Caminaba a su andar un poco indolente, del hombre que nunca tiene prisa por nada.

De pronto, Justin dijo:

-Tal vez al auto no le ocurra nada y simplemente se quedó sin gasolina.

Grace se detuvo en seco.

-Que tonta soy. No se me ocurrió fijarme. Es posible que sea eso.

-Estamos a tiempo de regresar y chequearlo antes de que llegue el avión. Vamos.

-No quiero abusar de tu amabilidad. ¿Cómo te llamas?

-Justin Bieber 

-Me suena tu nombre.

Llegaron al auto y, efectivamente, estaba sin gasolina.

-Voy a ir a ver a Steven, que vive cerca de aquí, él siempre tiene gasolina almacenada en su casa.

Su amor fue asíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora